En julio, Renato Tapia es patria. Lo es en Perú y, ahora, también en España. Lo recibe la liga de las estrellas con esas destellos que presagian darle a su carrera el salto de calidad prometido. Llega al Celta de Vigo, que hace dos décadas miraba al mediocampo de la selección peruana a la hora de fichar extranjeros como Chemo del Solar o Juan José Jayo, y ahora le puso la camiseta a Tapia, el volante nacional con mayor proyección en el fútbol europeo durante toda la era de Ricardo Gareca en la Blanquirroja.
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Con Pizarro retirado y Rhyner en trámites de ser habilitado para jugar por la Blanquirroja, Tapia se convierte en el embajador peruano en las cinco grandes ligas de Europa. Firmó por cuatro años, en la edad ideal para la madurez futbolística en los que juegan en su posición en el campo. La noticia se confirmó ayer, pero se conocía desde hace semanas atrás cuando terminó su vínculo con el Feyenoord de Holanda. El club tulipán lo acogió durante las últimas cinco temporadas -con un breve paso por el Willem II- tras ficharlo del Twente, su primer equipo en la Eredivisie.
En unos días cumplirá 25 años, justo el 28 de julio, pero que no confunda su edad ni sus siete campañas entre la Primera y Segunda División de Holanda. Tapia, como Guerrero en el Bayern Múnich o Zambrano en el Schalke 04, se saltó el paso por el torneo local e inició muy joven en Europa. A mediados del 2013, dejó las bases formativas del club Esther Grande de Bentín y comenzó a jugar en el Jong Twente, filial del primer equipo.
Su adaptación fue acelerada y terminó la temporada 2013-2014 alternando en el banco del Twente. Luego, en cadena sucedieron una serie de eventos afortunados. Se consolidó en el plantel, se hizo un espacio en la selección peruana tras la Copa América de Chile 2015, y lideró el recambio generacional de Gareca tras un amargo inicio en las Eliminatorias.
Hacia adelante, frente a nuestros ojos vimos en quién se convirtió Tapia. Lo apodamos de cariño el “capitán futuro”, y se tomó en serio el apelativo. Sin llevar la cinta, es una de las voces del plantel que clasificó al Mundial de Rusia 2018 y, luego, fue finalista en la Copa América de Brasil 2019. Los 53 partidos y tres goles en la selección peruana hablan de la confianza que Ricardo Gareca depositó en él, a pesar de que en Feyenoord no siempre tuvo una gran continuidad.
El Celta de Vigo contó con el peruano Francisco Duclós en sus divisiones menores entre 2015-2016. Fue el último nacional, pero pasó sin levantar polvo. Antes, Chemo del Solar protagonizó un curioso momento acabando como arquero de un partido del equipo. O la vez que Jayo perdió una final contra otro peruano en la Copa del Rey. ¿Cuál es el feeling con el estadio de Balaídos? ¿Qué curiosidades esconde la rivalidad contra el Deportivo La Coruña?
—Bajo los palos—
A mediados de 1996, Chemo del Solar ya tenía un espacio en la Liga española. Había hecho relaciones con Jorge Valdano y Ángel Cappa en Tenerife (1992-1995) y sufrió un descenso con el Salamanca (1995-1996). Justo al inicio de las Eliminatorias a Francia 98 rompió palitos con la selección peruana tras la segunda fecha (empate 1-1 ante Colombia) y el Celta de Vigo apareció en su vida.
El equipo español puso 1.2 millones de dólares en la mesa para su fichaje y lo convirtió en la contratación peruana más costosa. Ese mismo año, el Puebla de México pagó 850 mil dólares por el Chorri, emblema de la selección en las Eliminatorias.
En Vigo apenas estuvo una temporada y jugó 31 partidos (29 en Liga y 2 en Copa del Rey) y anotó un gol. Paralela a esta temporada, Perú arañaba el boleto al Mundial francés y Chemo cambiaba el Celta por el Valencia. Sin embargo, su paso por el cuadro céltico quedó marcada por una anécdota bajo los tres palos.
Sucedió el 19 de mayo de 1997. Con la Liga casi liquidada por el Real Madrid, el Barcelona visitó el estadio de Balaídos y consiguió una victoria por 3-1 con doblete de Óscar y tanto de Ronaldo. Ese Barza era dirigido por el inglés Bobby Robson, tenía de capitán a Pep Guardiola y tenía también de figuras a Luis Figo, Emmanuel Amunike, Iván de la Peña y Luis Enrique.
En el minuto 73, el arquero del Celta de Vigo, Diezma, fue expulsado tras falta contra Amunike. Con el partido sentenciado, el técnico Fernando Castro dio la aprobación para que Chemo del Solar se cuadrara en el arco. Y el peruano no lo hizo mal. En la primera jugada contuvo un potente disparo de Ronaldo. En los 17 minutos en el arco, no hubo más goles en el arco del Celta.
Que Chemo haya jugado de arquero tiene una excusa, que reveló muchos años después. “En menores jugué de mediocampista y también de arquero. Jugué de arquero incluso un par de partidos en la ‘U’ cuando tenía más o menos 15 o 16 años. No recuerdo con exactitud. Contra Municipal, por ejemplo, estuve los 90 minutos en el arco en un partido en el Lolo Fernández”, confesó hace unos meses el técnico de César Vallejo en el programa de YouTube “A Presión”.
—La final peruana—
Existe una página en internet que se llama “yojuegueenelcelta.com” y tiene el archivo de todos los jugadores españoles y extranjeros que pasaron por el Celta de Vigo. Sobre Juan Jayo, quien llegó a inicios del 2001, acota. “En su media temporada en el equipo vigués jugó 14 partidos de liga, y disputó también un partido frente al Stuttgart en la Copa de la UEFA”, suscribe el portal.
Es cierto, Jayo apenas jugó medio año en el Celta de Vigo y le sirvió para entrar en la historia del club. “Agradezco la confianza que ha depositado el Celta en mí. Espero no defraudar a nadie”, fue lo primero que dijo el volante nacional, quien estuvo acompañado por su representante Carlos Delgado, según El Comercio. Llegó a un equipo que meses antes había ganado la Copa Intertoto. Además, en la temporada 2000-2001 acabó en el sexto puesto y consiguió clasificar a la Copa de la UEFA, hoy Europa League.
La cereza de ese Celta, que contaba con jugadores como Eduardo Berizzo, Pablo Cavallero, Catanha, Giovanella y Aleksandr Mostovói, sería la clasificación a la final de la Copa del Rey contra el Real Zaragoza. El partido en semifinales contra el Barcelona fue una cruenta lucha, en la que el Celta -con Jayo de titular- acabó con nueve hombres.
“El Barza se dejó remontar un 0-1 y Rivaldo falló un penalti clave. En un partido áspero, un Celta muy leñero”, publicó el Diario Mundo Deportivo. Jayo recibió dos estrellas de tres por su participación en el partido.
Sin embargo, sería la final contra el Zaragoza el que tendría preparado algo especial a Jayo. El rival de la definición de la Copa del Rey contaba en sus filas con Miguel Rebosio. El 30 de junio del 2001, en el estadio Olímpico La Cartuja, Sevilla, ambos equipos se enfrentaron.
Jayo y Rebosio fueron titulares y el Zaragoza ganó por 3-1. “Rebosio celebra, Jayo lo sufre”, tituló DT El Comercio sobre la noticia.
“Así, el defensa peruano Miguel Rebosio, el medio paraguayo Roberto ‘Toro’ Acuña y el delantero brasileño Paulo Roberto Jamelli saborearon el éxito de ser campeones. La cara amarga de la derrota la vivieron en sus carnes los ocho sudamericanos del Celta. Ellos fueron los argentinos Pablo Cavallero, Fernando Cáceres, Gustavo López y Eduardo Berizzo; los brasileños Everton Giovanella, Luis Eduardo Schmidt ‘Edú’ y Henrique Guedes ‘Catanha’, y el peruano Juan José Jayo, quienes tuvieron que conformarse con el subcampeonato y deberán esperar otra ocasión para saborear el sorbo ganador de la Copa”, reporta un clave de la agencia EFE sobre la final.
—Balaídos, 1982—
Para los que el último domingo vimos por primera vez -vía Latina- el partido entre Perú e Italia por el Mundial de España 1982, no es un dato menor el estadio donde se disputó. En España, la prensa deportiva suele darle vida a los nombres de los estadios. Es común leer y escuchar, entonces, el Bernabéu, La Rosaleda, el Sánchez Pizjuán, El Madrigal o Balaídos.
Este último es el estadio del Celta de Vigo y fue remodelado para la Copa del Mundo de 1982. El coloso con capacidad para 29 mil personas fue testigo de los tres partidos de la selección de Italia en el Grupo 1 del Mundial. El segundo fue contra Perú el 18 de junio.
Esto decía El Comercio sobre José Velásquez, protagonista de un tropezón con el árbitro alemán Walter Eschweiler en la mitad de la cancha. “Se movilizó por todo el campo, ya sea en función defensiva u ofensiva. José Velásquez levantó la moral de un equipo que no encontraba la brújula por la ineficacia de Uribe, la falta de fuerza de Barbadillo y la inseguridad de la defensa”, cita.
“El capitán lució su habitual garra. No solo le ganó el duelo a Paolo Rossi, sino que empujó a sus compañeros al ataque. Rubén Toribio Díaz había exigido a Zoff con un potente tiro libre. Y a falta de siete minutos para el final logró el ansiado empate, en complicidad con Fulvio Collovati”, se publicó en DT El Comercio sobre Rubén ‘Panadero’ Díaz, autor del gol que decretó el 1-1 final en Balaídos.
—El Dépor, el rival—
Cuando Renato Tapia jugue la temporada 2020-2021 con el Celta de Vigo, es probable que no haya clásico gallego. Este derbi lo protagonizan el Celta y el Deportivo La Coruña que, tras una pésima campaña en LaLiga SmartBank, descendió a la Segunda B de España (Tercera División).
Las distancias entre las categorías en las que juegan auguran que no habrá clásico gallego en LaLiga Santander hasta al menos la campaña 2022-2023, y esto prometiendo que el Dépor debe ascender de categoría dos años consecutivos. A menos que un cruce por la Copa del Rey les regresa la rivalidad a ambos clubes en las canchas.
El Dépor, campeón de la liga española y Copa del Rey, atraviesa por un pésimo momento, pero no ha estado alejado su relación con los peruanos. Alberto Rodríguez llegó a La Coruña en junio del 2012 para firmar por un contrato, que al final fue disuelto. Hasta posó para medios españoles con indumentaria del club, pero nunca fue presentado, ni tampoco debutó.
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“Alberto Rodríguez no jugará en el Deportivo de La Coruña. Después de cinco días de culebrón, el club blanquiazul lo ha descartado por «motivos administrativos», según reza un comunicado en la web oficial del Dépor. En la misma nota, se afirma que tras los exámenes médicos que se le realizaron al central peruano, Rodríguez es «apto a todos los efectos» para jugar al más alto nivel. Pero el Dépor reconoce que el jugador estaba en fase de recuperación de una lesión, lo que seguramente le haría difícil comenzar la temporada”, publicó la Voz de Galicia sobre la noticia.
El más reciente caso de un peruano en el rival del Celta de Vigo es Beto da Silva. El delantero peruano sorprendió con su fichaje por el Deportivo La Coruña a inicios de la temporada 2019-2020. Tras 9 partidos -solo 1 de titular- y 237 minutos con la camiseta del Dépor, Beto eligió retornar al fútbol peruano para jugar en Alianza Lima. Entre casos extradeportivos y pandemias, con los íntimos apenas ha jugado dos duelos, mientras que su ex club se fue al descenso.
Esta es la relación del Celta de Vigo con los peruanos. La apuesta por Renato Tapia es alta, pero ‘Cabeza’ promete estar a la altura de la misión.
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