30 de noviembre del 2015. Jefferson Farfán salía al campo del estadio Al Rashid de Dubái vestido de blanco. Su equipo, Al Jazira, enfrentaba al Al Ahli por la Liga Árabe del Golfo Pérsico. Fue un partido difícil, que exigió al peruano a exhibir su máximo rendimiento. Casi siempre por derecha, en acción individual o buscando alguna asistencia sorpresiva. Hasta que en el minuto 67 un balón aéreo marcó un destino que aquí comenzamos a lamentar. Farfán saltó y el tobillo izquierdo soportó el peso de todo su cuerpo en la caída. Lesión que provocó su cambio inmediato y posterior operación. Su equipo perdió 4-1 aquella noche. No había alerta roja con el peruano, hasta que en esa intervención quirúrgica en Holanda detectaron que había una rotura de ligamento.
Jefferson volvió con muletas a Lima y el signo de interrogación que se ha instalado en la Videna de San Luis se relaciona con el tiempo de su regreso. ¿Jugará ante Venezuela en marzo por Eliminatorias? La respuesta hoy es que Farfán está con un pie fuera de ese encuentro. A Jefferson le duele, a nosotros también.
En esa lista de pendientes que ha dejado Ricardo Gareca antes de viajar a Argentina aparece el nombre del ‘10’ de la blanquirroja. Ha pedido un seguimiento riguroso a su rehabilitación. “Farfán ha sido el mejor jugador peruano en el arranque de las Eliminatorias. Nosotros nos preocupamos por su paso al fútbol árabe, pero él respondió con goles. Esperamos que llegue, pero hoy es duda”, dijo Juan Carlos Oblitas, director deportivo de la Federación Peruana de Fútbol.
Llamó la atención ver a Farfán con muletas en el partido de homenaje a Aldo Olcese, el último sábado en el estadio Iván Elías Moreno de Villa El Salvador. Era una imagen muy similar a la exhibida a mediados del 2014, cuando una lesión en el cartílago de la rodilla derecha lo postergó casi un año de los campos de juego. Verlo en ese estado a menos de tres meses de reanudarse las Eliminatorias no puede ser señal de buenas noticias para el futuro inmediato.
ENERO SE DEFINE
“Aún no tenemos una fecha oficial de retorno de Farfán. La quincena de enero se le retirará la férula que tiene en el tobillo y después de eso se podrá hacer un estimado realista. Pero siendo optimistas, vamos a estar al límite de los tiempos”, informó el doctor de la selección peruana, Julio Segura. Ese tipo de lesiones puede complicarse más de la cuenta y quizá dos meses no alcancen para ver a Farfán en su plenitud física ante Venezuela y Uruguay (partidos que se jugarán en la tercera semana de marzo del próximo año).
Según las proyecciones que han hecho hasta el momento en Videna, el mejor desenlace para Farfán sería que llegue recuperado aunque con pocos minutos de fútbol encima para dos encuentros de mucha exigencia.
En dos semanas se podrá tener un alcance rea lista de la situación, de todas maneras Farfán se mantiene en comunicación con parte del comando técnico de Ricardo Gareca (el preparador físico Néstor Bonillo para ser más específicos). “No vamos a hacer que Jefferson se exija más de la cuenta. Si no puede llegar lo lamentaremos, pero su salud es primero”, explicó Segura, quien será el encargado de dar una información más certera en los próximos días. Carlos Zambrano lesionado, Farfán también, Ascues sin jugar (Carrillo también), en resumen no será un inicio de temporada fácil para Gareca. Este ‘Tigre’, por ahora, seguirá aferrado al beneficio de la duda.
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— El Comercio (@elcomercio) diciembre 23, 2015
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