Gareca, el fan del Bambino Veira que no pudo jugar un Mundial
Gareca, el fan del Bambino Veira que no pudo jugar un Mundial
Redacción EC

será el entrenador de la selección peruana. Esta mañana arribará a Lima para firmar contrato hasta el final de las Eliminatorias Rusia 2018. En el 2009, el 'Tigre' dio una entrevista a la revista argentina "El Gráfico" en la que recuerda su paso por Boca Juniors y River Plate, su ausencia en el Mundial de México 86 -pese a que él le dio la clasificación-, su relación con Diego Maradona y su admiración por Veira.

La siguientes son citas de Gareca en cuanto a estos temas. 

Peleado con Boca

Yo nací en Boca, jugué ahí muchos años. Pero el club nos debía plata, era una ruina. En 1985 apareció Hugo Santilli, el presidente de River, y se empeñó en ser el primer dirigente de River  que le sacó dos jugadores a Boca en forma directa. Oscar Ruggeri y yo. Él quería hacer algo que conmoviera el fútbol, aprovechó que nosotros estábamos por el 20 por ciento en Boca, que había una huelga, y nos llevó. La hinchada de Boca no lo tomó bien. El día que nos pusimos la camiseta de River para El Gráfico, yo lo miraba a Oscar, él me miraba a mí y no entendíamos nada. Imagínate el contraste del azul y amarillo al blanco y rojo. “Nos van a matar”, decíamos con la mirada. Lo peor fue un cantito cada vez que jugaba. “Gareca tiene cáncer, se tiene que morir”. Tremendo. Nos puteaban en todas las canchas, aunque mi paso por River terminó siendo breve, apenas 6 meses. Y me fue bien, si me hubiese quedado la gente me habría terminado queriendo.

El paso por River y América

Luego de River pasé al América de Colombia. Quería irme al exterior. Antes había desechado ofertas de Italia, del Torino, pensando que se presentaban todos los días, pero cuando me quise ir, no fue así. Pasé al América con tanta mala suerte que vino por la final de la Libertadores justo River. Gente de Boca llegó a decirme que si yo me ponía la camiseta de Boca abajo y la mostraba, me perdonaban mi paso por River. Se corrió esa bola y la gente me tomó de punto, pero yo no acepté, porque nunca me metí con el hincha, aunque me putearan de todos lados. También, en Cali había forcejeado con Funes porque estaban haciendo tiempo. Y el tema clave fue que la gente de River estaba loca por ganar la Copa, ciega por ese objetivo, se comentó lo de la camiseta y entonces al hincha se le vino a la cabeza que había sido jugador de Boca y empezaron a putearme. El día de la final me cruzo con Ruggeri, que es un pillo. Vino a saludarme, a mufarme en realidad. Me expulsaron. Nos ganaron esa final.

Estilo Bambino Veira

Yo tuve a los mejores entrenadores argentinos: Menotti, Bilardo, Basile, Veira, Ochoa Uribe, Brindisi, Manera. De todos saqué algo, pero si me apurás y me pedís uno, te digo el Bambino Veira. Es práctico, directo, veía bien la situación, trabajaba lo indispensable. Bilardo influyó mucho y me quedó el sabor amargo de haber ido al Mundial 86, luego de haber hecho todo el recorrido. El gol a Brasil en el 93. El gol a Perú en el 85. Creo que si hubiera estado en el país quizás me habría sostenido más, al irme a Colombia quedé medio desprotegido. Alguna vez declaré que Bilardo sufrió presiones, pero yo era medio impulsivo y con los años me amoldé. Me daba bronca haberme bancado la peor etapa, cuando había que dar la cara para sostener un proceso, porque Bilardo era cuestionado por todos lados, y después quedarme afuera. Con los años uno entiende que el técnico tiene que tomar decisiones, pero en la lista aparecieron jugadores que nunca habían estado antes, como Enrique, Borghi, Almirón, Tapia, otros que habían renunciado. No sé, en mi vida no fui buchón, ¿me entendés? Y no voy a ser buchón ahora después de tantos años. Me lo voy a llevar adentro.

El amigo de Diego

En la gira que hizo Boca por China, en 1982, yo compartía la pieza con Maradona. Un día pasé por un negocio y comenté, al pasar: “¡Qué lindo reloj!”. Unos días después, para el 10 de febrero, que es mi cumpleaños, me lo regaló. Diego es así. Conmigo fue muy generoso, aunque creo que es generoso con casi todos. A mí me invitaba a todos lados, me quería sumar a su círculo, pero yo fui un tipo muy quedado. El me quiso llevar al Barcelona, a todos lados… por ahí el hecho de que pasara de Boca a River no le gustó mucho, pero igual mantuvimos el feeling. No lo veo mucho ahora. Solo a veces. Cuando yo viví en Córdoba y le hicieron la despedida a Valencia, Diego estuvo. Fuimos con Hugo Alves, el hotel era un mundo, pero nos hizo pasar a su suite, dejó toda la gente con la que estaba, trajo una mesa y armó una picada con nosotros, como si hubiese estado el día anterior con él. Diego es así. Conmigo se portó 10 puntos siempre.

Fuera de México 86

Debuté por mi selección en el 80, con el Flaco Menotti. Me agarraron Kempes, el Pato Fillol, el Conejo Tarantini y me llevaron a su habitación a tomar mate. Me hablaron y me aconsejaron. Unos fenómenos. En la cancha me fue muy mal: jugué un solo partido, contra Polonia, perdimos, el Flaco me sacó al comienzo del segundo tiempo y la gente me silbó largo y tendido. Igual, no le reprocho nada a Menotti: se venía el Mundial 82 y él tenía que resolver, no había muchas pruebas. Anduve mal y fue mi único partido. Fue un golpe, sí. Esa misma noche fui a comer con amigos y entró al bar el Beto Alonso. Se acercó y me dijo que había estado en la cancha pero que no me volviera loco, que mi carrera recién empezaba. Fue un gesto bárbaro que siempre valoré, por eso al Beto lo tengo allá arriba. Cuando llegó Bilardo jugué siempre entre el 83 y el 85 que me fui a Colombia. Hice el gol a Perú de la clasificación a México 86, pero no me llevaron. Prefirió a Valdano, Almiron y Pasculli. Passarella también se portó bien cuando me llamó después de México 86 y me dijo: “Mirá que esto también es tuyo”. Esas cosas no me las olvido.

LEE TAMBIÉN:

Contenido sugerido

Contenido GEC