Jefferson Farfán: ¿debe ser llamado a la selección peruana?
Jefferson Farfán: ¿debe ser llamado a la selección peruana?

Es la discusión del momento: ¿Lo necesita el equipo peruano? ¿Encaja? ¿No tenemos otro igual? Estas preguntas (y otras), tratan de ser resueltas en esta nota. Dos periodistas de DT El Comercio exponen sus argumentos a favor y en contra de su retorno.

FARFÁN NO DEBE VOLVER

Por Jasson Curi Chang

Actitud. Farfán tiene antecedentes de indisciplina, pero también episodios de vida disipada. Por ejemplo el caso Golf los Incas, los ampays que lo vinculan más a su novia que a la práctica. En un contexto en el que se pretende dar la imagen de selección saneada de vicios, no se vería bien llamarlo. Rompería la idea de las últimas convocatorias. Más si se percibe que solo con él se hace la excepción.

Físico. Farfán viene de una operación que le quitó ritmo y potencia a su fútbol. Cuando un jugador deja a Alemania y se va a Arabia es por algo. Ya cruzó los 30 y no precisamente libre de lesiones. Su físico no es el mismo y, si no hay cuidado, se podría estar convocando el recuerdo del mejor Farfán, no a un Farfán activo y útil para Perú.

Cupo. Citar a Farfán es de alguna manera tapar la posibilidad de que otros, más jóvenes, tengan minutos con la selección. Es cierto que Benavente y Flores no destacaron contra Ecuador, pero el relevo generacional les corresponde a ellos. Es más, gente como Carrillo tienen más derecho a la vuelta que él. Insistir con la 'Foca' es no asumir que ya el rol de titulares les corresponde a otros.

FARFÁN SÍ DEBE VOLVER

Por Miguel Villegas

Jerarquía. Farfán juega por Perú como si jugara en el patio de su casa. Le sobra calidad y nivel para ponerse la blanquirroja. Su último show goleador no ocurrió hace 5 años, por si acaso. Se dio en el 2015 y cuando ya arrastraba problemas físicos. Goles a Chile, golazo a Paraguay y muy aceptable Copa América. El punto es que, mejorando el estado en su club, tiene rollo para ser citado.

Polifuncional. Farfán puede jugar en cinco posiciones del ataque, virtud que no es común en los citados actualmente. Farfán puede ser punta, puede ser media punta y puede ir por cualquiera de los extremos, además de ser 10. Ya no tiene la potencia para hacer todo el recorrido, pero sí la calidad y maña para convertirse en variante de Gareca en partidos calientes. Por ejemplo, los que vienen con Argentina y Chile.

Química con Paolo. Jugaron juntos de niños y se comprenden como pocos. Desde Los Reyes Rojos hasta la actualidad. Si no fueron dupla ofensiva más veces fue por la terquedad de los técnicos que apostaban por la dupla Guerrero-Pizarro. Farfán era el gran sacrificado al ser retrasado a la banda o a la volante. Ahora, sin Pizarro, podría verse algo de estos dos juntos. Aunque ya sean treintones.

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