Llegó al Perú procedente de Bolivia como ganador del torneo sudamericano Sub 15. Ni Argentina, ni Chile ni Colombia pudieron detener a su equipo. Aun así, su continuidad en la selección se puso en duda. “Nadie me habló para renovar”, le dijo a Deporte Total, una vez en suelo peruano. Hoy, la vida le devuelve el esfuerzo y la perseverancia a Juan José Oré, de 60 años. Acaba de ganar el único oro en la historia del fútbol peruano en un torneo olímpico y sus palabras apenas se entienden, entrecortadas por la emoción del título. Él y sus muchachos lograron lo que nadie creía. Y así lo hace saber a 13 horas de diferencia a través del teléfono.
“Logramos un sueño que era el oro. Estoy orgulloso de estos chicos, logramos lo que nadie creía. Esto va para todo el Perú. Ahora vamos a tener más opciones de ganar, vamos a trabajar con ellos con miras a la Sub 20”, alcanzó a decir, emocionado, mientras las lágrimas peleaban por desbordarlo, a Radio Programas. Oré lo hizo una vez más. Obtuvo, como bien dice, lo que nadie creía. Y no es la primera vez. Antes clasificó a la generación de Néstor Duarte, Irven Ávila, Reimond Manco, entre otros, al Mundial Sub 17 de Corea, torneo en el que alcanzó los cuartos de final.
Oré se ha convertido en uno de los técnicos más exitosos en la historia del fútbol peruano. No por su filosofía, tampoco por su estilo de juego, sino por sus logros: la clasificación al Mundial Sub 17 en Corea, el título del Sudamericano Sub 15 en Bolivia y la medalla de oro en Nanjing 2014. Oré acaba de ganarle a Corea del Sur en la final de los Juegos Olímpicos de la Juventud y festeja con la misma algarabía que cuando anotó su primer gol oficial con 19 años y con la camiseta de Universitario de Deportes.
Hay muchos analistas, entrenadores, jugadores e incluso periodistas que han postulado en muchas ocasiones a Jota Jota Oré como entrenador de la selección mayor. Los argumentos son diversos. El más fuerte: el éxito que ha logrado con algunos de los equipos de menores que ha dirigido. Y digo algunos porque también ha tenido tropiezos. Oré, con medalla de oro y todo, también ha sabido perder. No obstante, lo más importante es que ha sabido levantarse de los tropiezos. El sueño de la mayor, sin embargo, está lejos de las aspiraciones del entrenador. Y ya alguna vez lo dijo. Y bien claro: "Lo mío es trabajar en menores, la formación. Esa es mi vocación". Y no se equivocó.