Rumbo a Francia 98, ambos, Juan Reynoso y Juan Carlos Oblitas vivieron un clima de descrédito parecido al que se vive hoy: la selección recién empezaba a conectar, ganaba otra vez partidos, y se iba esfumando esa nube horrible sobre Videna que sugería lo inminente: nunca vamos a clasificar al mundial.
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De todas las cosas que le preocupan al Ciego, Director General de Selecciones, mensajes entrelíneas tras su conferencia de prensa, estas son las que creemos más importantes de explicar. O tratar de hacerlo.
Al final, nuevamente, el camino se hace al andar.
1. “Juan está muy preocupado, como todos. Pero yo jamás me he inmiscuido en la parte técnica”.
¿Cuál es la verdad sobre la continuidad de Juan Reynoso? Vamos por partes. En principio, el comando técnico de la selección ha tenido reuniones con Agustín Lozano y Juan Carlos Oblitas para escuchar sus primeras conclusiones, jugadas 4 fechas de Eliminatorias. Pero además, sobre lo más importante hoy: “respaldar” (Oblitas dixit) una gestión que no ha empezado bien en resultados (un punto de doce) pero que es similar en estadísticas al proceso rumbo a Qatar 2022. “El técnico de la selección es Juan Reynoso, y tenemos que ser todos los que trabajamos alrededor de él proactivos, sobre todo para esta fecha de noviembre, así de simple”, dijo. Reynoso seguirá trabajando con obsesión para encontrar un once ideal, y el mejor plan de juego posible para no perder más puntos y, además, no perderá un gramo de poder para sus pedidos -por ejemplo, que los campos principales de Videna sean de uso exclusivo para la selección adulta, al punto que el femenino no puede entrenar ahí-. Sin embargo, también es real que a finales de noviembre, antes que todos nos vayamos de vacaciones, Reynoso, Oblitas y Lozano se reunirán para definir el futuro de la selección. Pase lo que pase. Gane o pierda. No es muy difícil intuir lo que puede pasar si Bolivia y Venezuela nos dejan en el sótano de la tabla.
2. “No quiero que se pierda la empatía que tenía la selección con la gente”.
Es, por supuesto, el gran drama nacional hoy. No que Polo no pueda tirar los centros que sí ejecuta en la ‘U’, o que Zambrano se lesione, o que Paolo tenga movimientos de paquidermo. El grave problema emocional, tocado en extenso por Oblitas en conferencia, es la aparente ruptura de esta selección con sus hinchas, no quizá con los Sentimiento Blanquirrojo, La Franja o La Blanquirroja -que igual se agarraron a piedrones en el Hilton de Lima y en los aledaños a la concentración peruana en Santiago-, sino con los otros, los que se habían reconciliado con el equipo tras Rusia, los que habían descubierto con sorpresa lo importante de su nacionalidad/uniforme/pijama; los que dejaron las camisetas de CR7 y se pusieron las de Cueva. Es curioso -o triste- que sean precisamente dos hombres que sufrieron las esquirlas de los 90, época en la que miles de peruanos se declaraban, con orgullo, NUNCA HINCHAS DE LA SELECCIÓN, a quienes les vuelva a pasar. Reynoso no lo dimensionaba, y la información que maneja DT es que el Ciego se lo ha hecho ver, con un par de ejemplos muy didácticos. La verdad, la ruta es única: la gente conectará si Perú gana en Bolivia y luego a Venezuela. Nada más.
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3. “Sí, lo que dijo Ricardo fue en un momento inoportuno”.
Importante que lo diga el Ciego, el padre de los tres últimos procesos eliminatorias, el cerebro detrás de Gareca y el protector -hasta hoy- de Reynoso. Porque cuando alguien sugiere que la conferencia privada de Ricardo Gareca, ese prohombre que por suerte dirigió a la selección ocho años, pudo haber sido modificada, revisada, editada, curada, de tal forma que no exalte más los ya de por sí incendiarios ánimos de los hinchas con celulares 5G, los rostros cambian, endurecen. Parece una ofensa. Un atento contra su libertad de expresión. Oblitas lo dijo con contundencia: “Lo que declaró Ricardo es algo que siempre lo ha dicho. Lo que sí creo que fue dicho en un momento que no fue oportuno, sus palabras fueron desafortunadas por el contexto”, y también recordó que Ricardo “quiere lo mejor para la selección”. Nadie más que él puede saberlo. Lo concreto es que, si alguna posibilidad de retorno a Videna existía para Gareca, al menos en la gestión Lozano, esta es imposible. Más claro fue el cuestionado presidente de la FPF en su IG, hace unos días: “Contamos con jugadores de gran talento y la garantía de que el grupo de trabajo de Juan Reynoso labora sin desmayo -a diferencia de otros-, pensando en el bien común de la selección y de toda la Federación; sin intereses superficiales que otros muestran y que alcanzan a confundir a la opinión pública, pero no a quienes conocemos desde dentro la verdad de las cosas”. Triste que termine así un ciclo. Gareca no vuelve a Videna ni siquiera como aviso de Scotiabank.
4. “Lo de Paolo fue un exabrupto”.
La inédita hagiografía sobre Paolo Guerrero tiene una fecha clave: febrero de 1985. En ese verano, la selección se preparaba para jugar la Eliminatoria rumbo a México y goleó 3-0 a Bolivia en el Nacional, con poco más de 14 mil hinchas según el Archivo Histórico de El Comercio. Eso es papel sepia. Lo realmente importante es que esa tarde, Paolo Guerrero salió como mascota del brazo del Ciego Oblitas, en la que es, según sus biografos, la primera foto oficial del 9 con la camiseta de Perú. Digo esto porque la relación entre ambos es así de íntima, se pierde en el tiempo y es precisamente Oblitas quizá el único en Videna que puede sentarse a carajear al delantero sin que esto signifique ningún quiebre en su relación. Este miércoles el Director General de Selecciones lo recordó. “Tengo muy buena relación con Paolo”. DT maneja la información de que una de las primeras cosas que hará Oblitas en las próximas semana es tener una reunión con Guerrero. No solo para redirigir su atención a lo verdaderamente importante -y no a vociferar contra quienes, como él mismo dice, “no hemos pateado nunca una pelota”-, sino porque muy probablemente, Paolo Guerrero, 39 goles con Perú, será suplente de Gianluca Lapadula para la fecha doble. No debe quedar ninguna chispa que lo haga estallar.
5. “Me siento frustrado con el tema. Debemos tener cuidado (al hablar) porque vamos a necesitar a los jugadores de la Liga 1. ¿Pero qué estamos haciendo para mejorar?”.
Este jueves, muy temprano a la mañana, Juan Carlos Oblitas sostendrá una reunión con Jesús Gonzales, gerente de la Liga 1, para retomar, seguramente mirando el torneo del 2024, el único camino posible para que los clubes se conviertan en instituciones, sus futbolistas crezcan en un ambiente competitivo, sean vendidos al exterior y ese dinero reinvertido y, al final de la cadena, más y mejores futbolistas nutran a la selección. La cita tiene que ver con una pregunta de Jean Pierre Maraví, reportero de DT, quien le consultó a Oblitas si cree lo mismo que Reynoso, para quien Grimaldo y Reyna “no están ni para 60 minutos” en Eliminatorias. Sin instituciones con inversores, con carácter de industria, la selección peruana seguirá siendo esto que ya parece una mala broma: una isla. Es, por supuesto, la gran deuda de la gestión Oblitas, que no ha podido influir demasiado en un torneo competente, con mejores horarios, canchas en buen estado, vestuarios dignos, directivos intachables. Y la condena eterna con que seguramente terminará su gestión Agustín Lozano: un fútbol peruano de coiffure, que maquilla su rostro si clasifica al mundial 2026, pero de puertas hacia adentro tiene caries, manchas insalvables y otros graves problemas de salud.