Ha sido futbolista, trompetista, entrenador, profesor de salsa y ahora, asistente técnico.
Ñol volvió a casa. A la Videna de San Luis, al aroma del vestuario que cualquier perfume quisiera, al lugar donde todos anhelan estar y al mismo tiempo no estar. Nolberto Solano (12 de diciembre de 1974), el más joven de siete hermanos, el Maestrito para Diego Armando Maradona y el indisciplinado para algunos de sus más severos críticos, será el asistente peruano del argentino Ricardo Gareca en la selección, su casa.
En el 2011, Solano ya sabía que sería asistente. Se lo dijo al diario “The Guardian” de la época, cuando decidió dejar de recibir órdenes para ordenar. Ñol empezó a cargo de la categoría Sub 11 de Newcastle. “Quiero ir lento, ser entrenador y luego asistente”, reconoció en la entrevista .Y, de hecho, cumplió el camino que fijó: entrenó a Universitario y José Gálvez en la Primera División de Perú y al Internacional de Toronto, en Canadá.
No será una cabeza táctica. Tampoco decretará órdenes. De eso se encargan Gareca, Santín y Bonillo. Aquí las funciones están delimitadas. En la selección, Ñol será un gerente de egos. Una de sus misiones es guiar a los más chicos y comprometer a los más experimentados. De Deza hasta Guerrero. La elección de Solano por encima de otros candidatos arroja una lectura: entre todos (Pedraglio, Zegarra, SIlvestri o Cominges) es quien inspira más respeto en los elementos del equipo. Y no es para menos. Jugó diez años seguidos en la Premier, participó en tres eliminatorias y conoce las mañas de algunos futbolistas.
A los más grandes los conoce. A los más chicos no tanto. Y es precisamente con estos últimos con los que surge un primer reto. En octubre del 2014, Solano lanzó una fuerte crítica contra los más jóvenes en una entrevista con “Perú 21”. “No comen ni viven fútbol. Confunden las cosas. Polo andaba con chofer cuando jugaba en Perú, Dios mío. A veces el chico piensa que el fútbol es escuchar música, comprarse un carro y comer cebiche. Así se destruyen solos”, sostuvo. Pues ahora de él también depende que el convocado juegue diez puntos y no cuatro. De él también depende que los jugadores que vuelan no caminen. Que la música u otros hobbies les pueden levantar el ánimo, pero que el fútbol debe ser su verdadera pasión, como él piensa y predica.
Y a eso sumó otras críticas: “Nosotros queremos ir a la Fórmula Uno con un Tico”.
La gerencia de egos no será la única labor de Ñol. También servirá al comando técnico con análisis de rivales en videos e in situ. Solano estuvo colaborando con Víctor Rivera con el equipo Sub 22 que se prepara para los Panamericanos. De hecho, ofreció continuar dándole una mano durante sus tiempos libres; sin embargo, Gareca le pidió que se enfoque en mayores. Irá a los estadios, realizará diagnósticos tácticos, etc. Una fuente cercana a la Videna contó a Deporte Total que una de las ideas es enviar a Solano a ver los amistosos de Brasil -rival de Perú en la Copa América- ante México y Honduras antes del certamen.
Será la cuarta Copa América del Maestrito. La primera fuera del campo. A los 40 años, Solano deberá demostrar que está preparado para el cargo. Demostrar que tiene lo que no tuvo Ruud Gullit en Newcastle. “Era un fantástico entrenador, pero creo que no tenía la suficiente experiencia para manejar un vestuario con grandes personalidades como Shearer”, dijo. El tiempo y el momento de Ñol llegó en la selección. En el presente está acusado de estafa y la pregunta resulta necesaria: ¿Es buena imagen para la selección? Ñol se ha subido al Tico que pretende ir a la Fórmula Uno.
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— DT El Comercio (@DTElComercio) May 10, 2015
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