En un exagerado intento de mantener viva la llama de las Eliminatorias, juguemos a pensar como Ricardo Gareca. Tras cinco años en el cargo de la selección peruana, una clasificación al Mundial de Rusia 2018, un tercer lugar (2015) y luego final de Copa América 2019, ¿qué era lo que todos imaginamos que seguiría haciendo el ‘Tigre’ respecto a su inamovible sistema táctico de cuatro defensas, dos volantes, dos extremos, un mediapunta y un centrodelantero (4.2-3-1)? Parecía evidente: en adelante, lo podía repotenciar y consolidar.
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