Tengo que discrepar abiertamente con esa publicidad donde se elevaba al hincha peruano en el altar de los héroes desconocidos. Ese entusiasta spot definía a los fanáticos deportivos de este país como fieles en los días buenos y malos, como seres entregados al amor incondicional por sus colores a pesar de perder en casi todos los torneos internacionales. Casi seres desprendidos y abnegados que soportan todas las derrotas desde que mirábamos el fútbol en blanco y negro. Solo nos basta leer un ratito las reacciones del “hincha” en redes sociales cada vez que juega nuestra selección Sub 20 para derrumbarnos esta ilusa teoría. Como diría el narrador de la TV, acéptalo Perú, y se lo canto a mi patria: no somos cantera de hinchas.
Solo un caso para entender que estamos en pañales como país futbolero: el blooper del arquero Prieto de la Sub 20. Después de un error garrafal al momento de querer parar una pelota, este golero pasó de crack a casi un jugador retirado. Primer acto, el partido ante Ecuador: “Prieto es un arquero con notables condiciones”. Segundo acto, el partido ante Argentina: “Prieto nunca podrá tapar en el fútbol profesional, que se retire, que se largue”. Tercer acto, el partido ante Bolivia: “Prieto se recuperó, es un arquero con reflejos”. Lo elevamos, lo matamos, lo resucitamos (y en menos de tres días). Dile bipolaridad futbolística, si quieres, o inmadurez para analizar el deporte. Pero esos “hinchas” que salieron a destruir a un golero de 19 años no son los mismos del mencionado comercial de una marca de cerveza.
Criticamos a los medios deportivos por vender humo, a los dirigentes por perpetuarse en el poder y a los futbolistas por tomarse todo el trago de la discoteca cuando aún no han ganado nada; sin embargo como hinchas también tenemos deudas eternas. El fanático peruano no reflexiona, no mira las situaciones en su verdadero contexto. Exige resultados como si fuéramos Alemania o Brasil. Al primer resultado negativo pide cabezas y castiga con su ausencia en los estadios. El hincha peruano tampoco merece ir a un Mundial porque es parte de una interminable cadena que nos lleva hacia la tentación del fracaso.
¿Perú es un país futbolero? Falso. Perú es un país donde el deporte que más gusta es el fútbol pero no es futbolero. Argentina es futbolero, Brasil también o hasta Uruguay. Aquí recién estamos dando los primeros pasos. Con una hinchada más realista y sensata, en la Federación Peruana de Fútbol estarían buscando técnicos de menores antes que un entrenador A1 para el equipo mayor. Hay urgencias todo el tiempo y eso también hace daño. Debemos calmarnos un poco para comenzar de cero (sobre todo ahora sin Burga). Aprendamos a esperar para algún día ser hinchas que empujen el carro. Por ahora estamos muy lejos de ese mundo ideal: el fanático peruano no hincha, el fanático peruano lincha.