Esta prolongada historia de coincidencias comenzó hace casi cinco años. Esa victoria de Perú frente a Brasil 1-0 en Boston, tan polémica como improbable, fue decisiva para que Ricardo Gareca y Tite hoy sean los entrenadores con más largos procesos en toda Sudamérica (ambos solo superados por el ‘Maestro’ Tabárez). En el caso del ‘Tigre’, ese gol con la mano de Ruidíaz, fue la primera de varias hazañas conseguidas con la selección peruana. Y por el lado de Tite, esa caída de la ‘canarinha’ determinó la salida definitiva de Dunga y la llegada del extécnico del Corinthians a la escuadra pentacampeona del mundo.
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Ese 12 de junio del 2016 amaneció con algo de frío a pesar del verano. La selección peruana tuvo más de una charla técnica emotiva para calentar esa sangre. Luego del almuerzo en el hotel Westin de Boston, quien tomó la palabra fue el psicólogo de la selección, Marcelo Márquez, una de las principales columnas de apoyo de la selección en su clasificación mundialista. “Una de las cosas que más nos repetía Marcelo era que nunca dejemos solo a un compañero. Sobre todo, en el caso de una lesión o alguna injusticia arbitral”, recuerda Christian Ramos, zaguero mundialista. Para ganarle a Brasil no bastaba con un buen esquema o alguna inspiración. Tocaba exhibir toda la fortaleza mental y escribir una página tan histórica como imborrable.
Hasta Boston llegaron entre cuatro a cinco mil hinchas peruanos. Raúl Ruidíaz, dentro del equipo, mantenía sus funciones como suplente natural de Paolo Guerrero. A pesar de la necesidad de sumar tres puntos, Gareca fue cauteloso al momento de enviar su once inicial con un solo hombre de punta (Paolo). Con el empate sin goles, Perú quedaba eliminado de la Copa América Centenario. Pasaban los minutos, la presión crecía y la temperatura bajaba.
El gol más largo de una Copa
El enorme marcador electrónico y el termómetro nos decían que estábamos bajo cero. Para la última media hora, Gareca decidió el ingreso de Ruidíaz por Edison Flores. El reloj marcaba las nueve de la noche en Fóxboro, cuando Ramos decidió despejar largo al área rival. El balón lo rechazó a medias el brasileño Miranda y Guerrero ensayó una pared con Andy Polo, quien ganó la banda y lanzó su centro más celebrado. Se escuchó un grito prolongado que tuvo 240 segundos de incertidumbre. ¿Había sido mano o no de Ruidíaz? El árbitro Andrés Cunha hizo un gesto para señalar que tocaba esperar antes de hacer oficial el cobro del tanto. Se venían los cuatro minutos más largos para Ricardo Gareca como técnico de la selección.
De pronto, Cunha le habló a su micrófono portátil. Todavía los jueces no habían corrido al centro del campo. La terna uruguaya quería el apoyo de los árbitros asistentes en medio de esta jugada que ni siquiera la televisión pudo enfocar con claridad. En ese tiempo no existían las licencias para utilizar el VAR (‘sistema de videoarbitraje’, por sus siglas en inglés) en partidos oficiales. Hoy ese gol habría sido anulado sin contemplaciones y este equipo renovado de Gareca iba a quedar fuera de la Copa América en primera ronda. “Recordé lo que habíamos conversado con Marcelo [el psicólogo] y salí corriendo con Corzo para hablar con Cunha”, comenta Ramos. En esos cuatro minutos se jugó otro partido. Y también tenía que ganarlo Perú.
Doscientos cuarenta segundos tuvieron que pasar para que se tomara una decisión con este gol. Cunha se sacudió los audífonos y señaló el centro del campo. Gol peruano para ganarle a Brasil después de cuarentaiún años en una Copa América y clasificar a los cuartos de final del torneo. Las cámaras de todas las cadenas internacionales minutos después confirmaron la mano de Ruidíaz.
Ese gol imposible en estos tiempos de VAR encaminó el inesperado éxito peruano en la Copa América Centenario. Ese quinto lugar en Estados Unidos con un plantel renovado, con la mayoría de jugadores del torneo local, le daba legitimidad a Gareca como técnico. Su aceptación en encuestas hechas desde entonces no han bajado del 65 por ciento. Ese resultado, además, determinó la salida de Dunga como técnico de Brasil y la contratación, casi inmediata, del hoy casi indiscutible Tite (cuestionado solo por la Confederación Brasileña de Fútbol por sus críticas a la Copa América).
Debilidad por un Guerrero
Ricardo Gareca, en esta Copa América, quiere recuperar el grito de gol. Si bien se ganó en Quito, aún es un déficit el que Perú tiene en su zona de ataque. Con Paolo Guerrero y Jefferson Farfán recuperándose de lesiones, ahora la apuesta es por Gianluca Lapadula, quien ya tiene dos asistencias en Eliminatorias.
Paolo, sin duda, se hará extrañar y Gareca lo sabe. En los seis años que tiene el ‘Tigre’ en el blanquirroja, Paolo ha sumado 19 goles. Su producción de 5 tantos en las pasadas Eliminatorias fueron determinantes para la clasificación a Rusia 2018. Con Gareca como técnico, fue el fin de la era Pizarro y la consolidación de Guerrero como goleador, capitán y referente.
Por el lado de Tite, existe el mismo respeto y admiración. El técnico del pentacampeón del mundo se ganó el crédito del fútbol sudamericano con el título Mundial de Clubes con el Corinthians. El gol, en esa definición ante el Chelsea, fue de Paolo Guerrero. La huella del ‘9’ peruana se ha mantenido en el ‘Timao’, tanto así que hoy existe la posibilidad que vuelva a vestirse con ese uniforme albinegro.
Cinco en cinco años
Cinco años han pasado y cinco partidos entre ellos también. Cuatro triunfos de Tite y solo una victoria de Gareca. Más allá de las diferencias estadísticas, este cotejo que se jugará a las 7 p.m., en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro, será un duelo de dos entrenadores que se conocen muy bien. Sacará ventaja, sin duda, el que tenga a la mano el factor sorpresa. El que no tenga miedo al cambio. Aquel que sepa cuál es el momento ideal para olvidarse de un libreto que el rival sabe de memoria.
Será el debut de Perú en la Copa América 2021. Otra vez en tierras brasileñas y otra vez con unas Eliminatorias en desarrollo. Con menos intensidad que hace cinco años, el ‘Tigre’ Gareca asume este torneo como una posibilidad para ensayar modificaciones y aumentar nombres a su universo de convocables. Pero no es el único. “Estoy haciendo algunas modificaciones porque estoy buscando más alternativas”, dijo ayer Tite en conferencia de prensa.
En el caso de Ricardo Gareca, también existe la intención de probar variantes, aunque en este partido mantendrá la base que viene de ganarle en Quito a Ecuador por las Eliminatorias. El único cambio sería el de Aldo Corzo por Luis Advíncula, quien no fue a la Copa América para disputar el ascenso en España con el Rayo Vallecano. Incluso se mantendría en el once Marcos López, debido a que Miguel Trauco presentó una tos leve ayer. El lateral de Saint Etienne fue aislado por precaución y después regresó a la concentración, al salir negativa su prueba por COVID-19.
Será un debut de Copa América sin Paolo Guerrero ni Jefferson Farfán. Algo que no ocurría desde hace veinte años. Es la hora de Lapadula como carta principal de ataque, y de Pedro Gallese como capitán. Más allá del 1-0 a favor, en el amistoso del 2019 lo de Gareca solo ha sido caídas en partidos oficiales con Tite. Este encuentro, a su vez, también debe confirmar si estamos ante una recuperación sostenida de la selección. En Quito, Perú estuvo a la altura. En Río, la selección busca recuperar la alegría que alguna vez tuvo. Una alegría de carnaval.
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