General silencioso en la defensa. Nunca una palabra de más, nunca una indisciplina, nunca una patada de cárcel. Si uno piensa en una carrera ejemplar para contarle a los hijos, la de Alberto Rodríguez completa casi todos los requisitos. Campeón e hincha de su club, Cristal, esperó con paciencia la mejor oferta para irse a Europa –al Braga de Portugal– y desde ahí, o incluso desde mucho antes, fue el dueño absoluto de un puesto que por años le perteneció a Juan Reynoso, el hombre que hoy todos golpean. Es más, si alguien viera hoy videos de esos años –2006 o 2007– podría decir que Rodríguez, el Mudo, tenía todo para ser mejor que él.

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