Marco Quilca León

Era el partido más importante de la selección peruana en los últimos años. La gran final. Y, más allá de las ilusiones, se obtuvo un resultado acorde al presente de ambas selecciones: empate sin goles entre el penúltimo de la tabla de posiciones pasadas once fechas (Perú, siete puntos) y el último (Chile, seis). La desazón del hincha que casi llenó el Monumental a pesar del caos generado por el cierre de avenidas cercanas al estadio de Ate por la cumbre del APEC, iba de la mano con la tristeza que reflejan los rostros de la delegación nacional que miraba pasar por sus ojos la peor sensación del mundo: quedarse casi fuera del Mundial a falta de algunas jornadas por delante.