Ellas no lo saben, todavía. Gracias a toda la selección femenina Sub 20 que hace historia en el torneo sudamericano en Guayaquil, no solo va a cambiar el respeto, la atención, el seguimiento a lo que hacen las chicas en un campo de juego: están modificando nuestra geografía.
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Gracias a Lucía Arcos, segura portera. Gracias a Sashenka Porras, la joya. Gracias a Emily Arévalo, la inmensa back. Gracias a Mía León, leona en el medio. Gracias a todas ellas, las calles de Lima y el país ahora tendrán algo más noble que choferes histéricos, algunos árboles y esa única, otoñal neblina. Desde ahora, nuestra geografía callejera incluirá miles de muchachas con shorts, botines y una pelota dando botes, camino a entrenar.
Eso es realmente hacer historia.
¡Hola, @SeleccionPeru! 🤗⚽
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) April 17, 2024
Estás clasificada a la Fase Final de la CONMEBOL #Sub20Fem. 🏆🇵🇪#CreeEnGrande pic.twitter.com/ZvtiKECFRq
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VALERIE.
Tan hincha como los muchachos que cuelgan las banderas en el alambrado, tan profesional como le enseñó en casa su mamá catedrática, Valerie Gherson estaba a punto de cumplir 18 años cuando tuvo que tomar una decisión que iba a cambiarle de vida: aceptar una beca en Estados Unidos, jugar por el Louisiana Tech Soccer y lo más importante, dejar la U, sus amigas, sus afectos y el sueño que había ido creciendo mientras se entrenaba en Campo Mar: salir campeón con el equipo del que es fanática. “No sabes cómo lloraba el día que se fue”, me explica Carlos Felipe Barrientos, jefe de marketing del club crema, ahora que Valerie, la mediocampista con más gol de esta selección Sub 20, declara a la cámara de DirecTV. Perú ha ganado 2-1, está clasificado al Hexagonal final del Sudamericano femenino que da cuatro cupos al mundial, y Gherson, la muchacha que cumplirá 19 años cuatro días después de la próxima Navidad, declara con absoluta sencillez pese a la magnitud histórica de lo que ella y sus compañeras acaban de hacer.
Justo aquí, en un país como el Perú donde a las mujeres todo les cuesta el doble, las convierte en material noble.
-Estoy feliz por meter el gol -dice, solidaria- pero más feliz por el colectivo, por mis compañeras. Si lo dijera una política triplicaría cualquier aprobación.
Ese día en que se fue del club estudiantil, y en consecuencia la selección le quedaba más lejos, Valerie Gherson lloró con inocencia, como si esa tarde de despedida se le acabara el mundo, y se prometió volver jugar en el Centenario de la U y volver a la selección. Y miren qué regreso: golazo a Argentina, de antología, de 30 metros; frentazo a Uruguay, los reyes/las reinas -l@s inventor@s- del juego aéreo. La puerta grande hoy, en estos días en que ellas -y nosotros con ellas- sueñan con el mundial, le está quedando chica. Las lágrimas son ahora, dulces.
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BIRKA.
La frase no es de ahora, la dijo hace una semana, tras vencer a Ecuador, pero hoy recién alcanza la dimensión de una cita célebre: “No somos el peor equipo del campeonato y aquí lo vamos a demostrar”.
Se llama Birka Ruiz, juega con la número 7 y va por el extremo derecho, como antes el wing, como tantos señores que jugaron en ese mismo puesto y defendían la misma camiseta que ella: la blanquiazul de Alianza Lima. Más allá de gustos, de camisetas, de mapas de calor, es la mejor futbolista que presenta Perú en este sudamericano. Tiene ese tranco lento, con la pelota pegadita, que puede engañar al rival. O que para eso sirve. Y tiene patada al gol, que eso es lo que hoy cotiza: un atacante -no le llamemos extremo, o carrilera, nada de eso- cuesta en soles si insinúa pero se valora en dólares si concreta. Birka ya anotó dos. Este martes, cuando Perú tenía el 1-0 a los 70 minutos, pero Uruguay y sus gigantes levantaban la cancha con los bíceps e inclinaban la cancha hacía el pórtico de Lucía Arcos -qué seguridad frialdad categoría, maravilloso-, Birka Ruiz recibió un pase sombrero cerca al área grande, corrió con la intensidad de sus 18 años, con el fuego que nunca más se tiene a otra edad que no sea esa, y marcó el 2-0 que puso las cosas en su sitio. La bendita justicia poética. El silencioso equipo peruano, las chicas de la Sub 20 en quienes solo creen sus padres y sus amigos antes de subirse al avión a cualquier competencia, tenía listo el triunfo. Sufrimos el descuento de Cola y los segundos finales no se narraron, se rezaron. Y fue 2-1. David vencía a Goliat.
Hoy Birka tiene 2.440 seguidores en Instagram. El gol a Ecuador la puso en los ojos de América. Este a Uruguay fue pura dinamita. En Trujillo todos dirán ahora que te acompañaron al colegio, que te vieron cruzar la Plaza de Armas, que fueron contigo a veranear a Huanchaco. Pronto esos dos mil, serán dos millones. Y si el mundial es posible, muchos más.