La Selección Peruana atraviesa un proceso de renovación. Tras el exitoso ciclo de Ricardo Gareca, con la histórica clasificación a Rusia 2018, no hubo un respaldo sólido para continuar ese camino. Esto le costó el puesto a Juan Reynoso, dando paso a Jorge Fossati, quien, tras la victoria ante Uruguay en las Eliminatorias 2026, devolvió una ilusión al pueblo peruano de cara al próximo Mundial. Un proceso que sigue en marcha, donde Fossati ya ha tomado decisiones importantes que marcan un contraste con la era del ‘Tigre’.
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El Comercio ha realizado un análisis comparativo de los procesos dirigidos por Ricardo Gareca y Jorge Fossati al frente de la Selección Peruana, identificando cinco ejes fundamentales que diferencian ambas gestiones: desde las estrategias tácticas implementadas y la confianza depositada en los jugadores nacionales e internacionales, hasta el manejo de los referentes del equipo, la apuesta por la renovación generacional y la experiencia previa de los entrenadores en el fútbol local.
1. Enfoque táctico
Durante la era Gareca, la Selección Peruana adoptó varias estructuras tácticas, dependiendo del rival y las circunstancias. Su esquema principal fue el 4-2-3-1, que llevó al equipo al Mundial de Rusia 2018, destacando el rol de un enganche clásico, como Christian Cueva, y el equilibrio defensivo. Para las Eliminatorias a Qatar 2022, Gareca consolidó el 4-3-3, con jugadores como Yoshimar Yotún y Sergio Peña en la mitad del campo, mientras Cueva actuaba como extremo izquierdo con libertad para crear. Perú bajo su mando era un equipo ordenado, capaz de incomodar a cualquier rival con movilidad y transiciones rápidas. Además, en algunos partidos, optó por un 4-3-1-2, dependiendo de la flexibilidad de sus jugadores.
Fossati, en cambio, ha apostado por un 3-5-2, un sistema que es nuevo en la selección. Este esquema es más exigente físicamente, sobre todo para los carrileros, quienes deben cumplir con funciones tanto ofensivas como defensivas. La clave de este planteamiento es mantener el equilibrio por las bandas, con jugadores como Marcos López o Luis Advíncula (Andy Polo) encargados de recorrer el campo. Este sistema busca mayor flexibilidad y control en el mediocampo, lo que permite adaptarse mejor a las características del equipo actual, aunque requiere tiempo para que los jugadores lo asimilen completamente.
2. Jugadores extranjeros vs locales
Durante el ciclo de Gareca, la base de las convocatorias de la selección peruana estuvo conformada mayormente por futbolistas que militaban en ligas extranjeras, con menor protagonismo para los jugadores de la liga local. En el repechaje contra Australia, por ejemplo, el 68% de los convocados jugaba en el extranjero, mientras que solo el 32% provenía de la Liga 1.
Fossati ha cambiado este enfoque, dándole mayor importancia a los jugadores que destacan en el campeonato peruano. En las últimas convocatorias, el porcentaje de futbolistas locales ha crecido considerablemente. En las fechas 7 y 8 de las Eliminatorias, los jugadores de la liga local representaron el 36% del plantel, y para las jornadas actuales esa cifra ha aumentado al 48%. Esto refleja un mayor respaldo al talento emergente del medio nacional, con ejemplos como Jean Pierre Archimbaud (Melgar) y Luis Ramos (Cusco FC), quienes fueron convocados en lugar de ‘extranjeros’ en sus mismas posiciones, como Pedro Aquino y Santiago Ormeño, ambos en la liga mexicana.
3. El trato hacia los referentes
Gareca mostró una lealtad inquebrantable hacia los referentes de la selección, como Paolo Guerrero, André Carrillo y Christian Cueva, a quienes convocaba a pesar de no estar en su mejor momento en sus clubes. Su presencia en el once titular era vital para el actual entrenador de Chile. Estos tres jugadores devolvieron esa confianza con grandes actuaciones, siendo importantes, sobre todo, en el proceso rumbo a Rusia 2018.
Poco más de siete años después, estos tres futbolistas ya no pasan por su mejor momento en lo deportivo. Cada uno, desde lo que le ha tocado vivir actualmente, se mantiene jugando; hoy, Guerrero y Cueva en la Liga 1 y Carrillo en Brasil. A pesar de estar en el torneo local, Fossati tiene claro que deben mostrar una mejor versión para ganarse ese llamado a la bicolor y no negocia con los rendimientos. Igual pasa con Carrillo, que en Corinthians aún no es titular y solo ha tenido destellos en algunos minutos de juego sin sostener rendimientos.
4. Apuesta por la renovación generacional
Durante la segunda etapa clasificatoria de Ricardo Gareca, su confianza se centró en jugadores veteranos, lo que evidenció una falta de apuesta por el recambio generacional. A pesar de contar con referentes como Paolo Guerrero y Jefferson Farfán, Gareca mantuvo un grupo de futbolistas que, aunque experimentados, no ofrecían la frescura necesaria para enfrentar los retos de las Eliminatorias. Al llegar al repechaje para el Mundial de Qatar 2022, quedó claro que la selección necesitaba una renovación. Los promedios de edad del plantel, que alcanzaban los 30.4 años en el último partido clasificatorio, mostraban que no había suficientes jóvenes listos para asumir roles importantes.
En contraste, el actual entrenador, Jorge Fossati, ha tomado un enfoque diferente, priorizando la integración de jóvenes talentos en sus convocatorias. Con futbolistas como Diego Romero, Oliver Sonne, Piero Quispe, Joao Grimaldo, Maxloren Castro y Erick Noriega, Fossati está apostando por un recambio claro y efectivo. Su estrategia de involucrar a jugadores en sus primeros años de carrera, como el caso de Castro, que a sus 16 años ha demostrado su potencial, marca un cambio significativo respecto a la era de Gareca. Este enfoque no solo revitaliza la selección, sino que también abre la puerta a una nueva generación en el combinado nacional.
5. Experiencia en Liga 1
La experiencia en la Liga 1 marca una diferencia significativa entre los ciclos de Gareca y Fossati al mando de la Selección Peruana. Mientras que Gareca tuvo un paso fugaz por Universitario de Deportes entre 2007 y 2008, Fossati dirigió al mismo equipo en 2023. Esta reciente experiencia en el fútbol peruano le otorga a Fossati un conocimiento más profundo de la realidad del fútbol local, sus fortalezas, debilidades y las características de los jugadores. Al haber trabajado de cerca con muchos de los futbolistas que ahora dirige en la selección, Fossati cuenta con una ventaja al momento de conocer sus capacidades, limitaciones y cómo sacarles el máximo provecho.