Ahora que la serie alemana Dark en Netflix abrió la imaginación de millones en el mundo con los universos paralelos, un ejercicio apocalíptico para todos los hinchas de la selección peruana sería pensar que, al otro lado del espejo, el Mundial Rusia 2018 volvió a ser una utopía. Es decir, no hubo boleto ni clasificación. Ni repechaje ante Nueva Zelanda, ni puntos en el TAS. Y siendo más crueles, capaz tampoco existió Ricardo Gareca hasta el final de las Eliminatorias. Como la realidad es la que prevalece, será saludable recorrer punto por punto cómo sí se consiguió la clasificación y ponerle fin a 36 años sin cantar el himno nacional en una Copa del Mundo.
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A la amarga cuarentena con sus desabridas noticias se le ha combatido con píldoras edulcorantes de nostalgia. A historias como la belleza técnica de Roberto Chale en México 70, el desarme del once titular de España 82 con el Nene Cubillas como antagonista o el mito de la marca de Reyna a Maradona en las Eliminatorias de México 86 han servido para meguar los más de cien días de aislamiento social. Mientras descubrimos qué haremos cuando culminen las efémerides mundialistas, hagamos un repaso de los momentos claves que encumbraron el proceso del ‘Tigre’ hacia Rusia 2018.
¿Sufrió algún caso de indisciplina la era Gareca? ¿Cómo llegó a consolidar su equipo base? ¿Cuánto a favor jugaron las decisiones del TAS? Así se consiguió el cupo mundialista.
-Disciplina: cero tolerancia-
Del aeropuerto a la Videna. De la Videna al hotel. Del hotel al estadio. Del estadio al hotel. Y del hotel al aeropuerto. Lo pensó Oblitas, lo ejecutó Gareca.
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En los últimos 30 años, ni la picardía de Chale pudo evitar que algún jugador se le “escapara”. El técnico en las Eliminatorias a México 86 reconoció que descubrió a Julio César Uribe saliendo del Country Club de San Isidro sin permiso. Peores casos se vivieron luego: seleccionados descubiertos bebiendo cerveza en el Complejo Deportivo de Miramar (1996), Juan ‘Chiquito’ Flores aprovechando para salir a una fiesta en plena fecha eliminatoria (2000). Habitaciones del Golf Club Los Incas utilizadas como discotecas (2007). El casino Veneto como tentación en un viaje a Panamá (2010).
Se acabó, gritaron en Videna. Nunca más. “Si un futbolista viene a jugar por la selección con un boleto de avión pagado por la federación, se debe totalmente al equipo. Los permisos son para que estén con la familia, no para hacer vida social”. La declaración de Juan Carlos Oblitas, en su cargo de director deportivo de la FPF, ya no era una advertencia, sucedió tras una salida noctura de Luis Advíncula a una discoteca del sur de Lima. El lateral estaba en el Perú para enfrentar a Venezuela y Uruguay por la quinta y sexta fecha, respectivamente, de las Eliminatorias en marzo del 2016. Su atrevimiento le costó caro.
“Tenía día libre. Al día siguiente puede hacer lo que quiera, es su día libre. Es como ustedes (periodistas) tienen un día libre y lo disfrutan. Es un día libre, puede hacer lo que quiera”, dijo, en cambio, Claudio Pizarro, capitán hasta entonces, tras ser consultado por el mismo tema.
Dos posturas que entrelíneas se leen como “cuidar al grupo”. Sin embargo, la política sobre la disciplina era una de las patas donde Gareca y Oblitas querían sostener el sueño mundialista. El primer aviso fue suficiente para endurecer las formas. En adelante, todo seleccionado -en tiempo de fecha FIFA- dormía bajo el resguardo de la FPF en el Swissotel. Había permisos, sí. Los familiares podían visitarlos, también. Pero durante esas estrictas semanas en las que se debían a la selección, la disciplina tenía concentración total.
No fue necesario cerrarle -en público- las puertas de la Blanquiroja a quienes no estaban alineados con estas normas. Simplemente, Gareca hizo de la Copa América Centenario el modo prueba que, luego, trasladó a las Eliminatorias.
“El plazo límite de regreso a la concentración era las 2:00 p.m., faltaban diez minutos para que el reloj marque esa hora y Raúl Ruidíaz apareció apurado con dos bolsos de ropa. ‘¿Ya son las 2?’, nos preguntó preocupado a los periodistas que esperábamos cualquier novedad del equipo en las afueras del hotel. ‘Aún no, Raúl, tranquilo’, respondimos, y el delantero respiró hondo antes de entrar al hall”, escribió Pedro Canelo en DT El Comercio para graficar mejor que ahora con Gareca no había medias tintas.
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Advíncula, arrepentido, tuvo que pedir perdón en una entrevista con Daniel Peredo en Rosario, Argentina. Gareca, quien siempre prioriza al grupo, se tomó algunos meses para perdonarlo y otros meses más para volver a confiarle la banda derecha.
-El once de memoria-
¿Saben cuándo comenzó a jugar juntos el once titular de las Eliminatorias con Gallese, Corzo, Ramos, Rodríguez, Trauco, Tapia, Yotún, Carrillo, Flores, Cueva y Guerrero? Existe un partido exacto, pero un antecedente que vale recordar.
Si bien Ricardo Gareca fue armando sus líneas en la Copa América 2016, mientras que en ese momento apenas tenía 4 puntos en las Eliminatorias, recién en la fecha 9 rumbo a Rusia 2018 supo cuál sería el equipo titular con el que sacaría adelante los partidos. El empate 2-2 contra Argentina en Lima, sin embargo, no tuvo a André Carrillo en el extremo derecho. El ‘Tigre’ alineó a Cristian Benavente, en el partido que sería el último intento del ‘Chaval’ en las Eliminatorias.
Gareca escribió en su pizarra por primera vez el once base en el partido contra Paraguay en Asunción. La reacción tras el primer tiempo abajo (1-0) fue suficiente para convencer al comando técnico. El 4-1, digamos, selló el inicio de una equipo que cambió algunas piezas en el camino, pero que se consolidó bajo los ideales del entrenador argentino.
El ‘Flaco’ solo pudo contar con su equipo a plenitud en los partidos contra Venezuela (2-2) en Maturín, Ecuador (2-1) en Quito y Colombia (1-1) en Lima. Los demás partidos, el esquema táctico 4-2-3-1 contó con recambios que si bien cayeron ante Brasil (2-0), supo encontrar fortalezas frente a Uruguay (2-1), Bolivia (2-1) y Argentina (1-1) en la segunda vuelta de las Eliminatorias.
Para no olvidar. El equipo titular contra Colombia en la fecha 1 estaba conformado por Gallese, Advíncula, Ascues, Céspedes, Ballón, Lobatón, Carrillo, Cueva, Pizarro y Guerrero. Solo cuatro jugadores llegaron al final del proceso.
Luego, Corzo le ganó la pulseada a Revoredo por el hueco dejado por Advíncula. Ramos era frecuente, pero solo el recorrido hizo que se haga inamovible junto al ‘Mudo’ Rodríguez. Trauco aprovechó los reflectores de jugar en la ‘U’ para apoderarse de la banda izquierda, dar el salto a Brasil y, ahora, jugar en Francia. Yotún, por su cuenta, dejó de ser defensor para convertirse en un volante aplicado con traslado, toque y pase largo. A su costado, Tapia es autoridad en el trajín del equipo. El caso de Flores tampoco iba a tardar. ‘Orejas’ es el modelo de jugador que mezcla talento y disciplina para conseguir sus objetivos. El premio mayor ha sido su polifuncionalidad en Perú.
Más allá de los intérpretes, Gareca consiguió lo que sus antecesores fallaron: un equipo y, sobre todo, un equipo que juegue. La muestra se dio en el repechaje contra Nueva Zelanda. Con Guerrero ausente, Farfán ocupó su lugar y marcó el primer gol que nos regresó a una Copa del Mundo. El 2-0 de Christian Ramos acabó una larga espera de 36 años oscuros e inscribió los nombres de los nuevos héroes de la historia del fútbol peruano.
-Ases del gol-
A falta de un dúo, mejor un trío de goleadores. Ni camino al Mundial de Fracia 1998, la selección peruana encontró tantos artilleros en el mismo proceso. Por ejemplo, el ‘Chorri’ Palacios anotó 7 goles en aquellas clasificatorias, y el centrodelantero titular Flavio Maestri solo marcó 2 tantos. Si la mirada es más cercana, rumbo a Brasil 2014, el máximo anotador de Perú fue Jefferson Farfán (5 anotaciones), y le siguieron los puntas Guerrero (3) y Pizarro (3).
En cambio, hacia Rusia 2018 la selección de Ricardo Gareca logró contar con la efectividad de tres seleccionados. Al olfato goleador de Paolo Guerrero (5 dianas), capitán y emblema del equipo, aparecieron las figuras oportunas de Edison Flores (5) y Christian Cueva (4), cada uno con su propio libreto.
De principio a fin, Guerrero fue clave cada vez que le tocó. Anotó en el último minuto de la derrota en casa contra Chile (4-3) sabiendo que los goles a favor importan en las Eliminatorias. Y así fue, Chile se quedó fuera del Mundial por diferencia de goles. En el cisma del proceso, el ‘Depredador’ puso su firma para encaminar el empate (2-2) contra Venezuela en Lima.
El capitán empujaría al equipo, también, contra Argentina en Lima tras pase de Trauco, de cabeza frente al arco de Venezuela en Maturín, arrastrando a Godín para iniciar la remontada ante Uruguay en el Estadio Nacional. Su atrevimiento para patear un tiro libre indirecto contra Colombia provocó el autogol de David Ospina, y así fuimos al repechaje.
Flores antes de ser amado como el ‘Orejitas’ recibía pifias de la hinchada. Era acusado de hacer una jugada demás frente al arco cuando estaba cerca de convertir. Todo comenzó a cambiar en Santiago con el marcador 1-0 abajo. Edison recibió de Aquino al borde del área y sacó un puntazo que venció a la defensa chilena y al arquero Claudio Bravo.
Listo, bajó la presión. Anotaría en la brillante noche en Asunción y participaría en el autogol que cerró la goleada peruana (4-1). Hizo explotar al Nacional la noche que le volteamos el partido a Uruguay (2-1). Por si hacía falta, regresó al Monumental para sacar un zapatazo contra Bolivia (2-1). Pero, sin dudas, su gol a Ecuador en Quito fue el más gritado por millones.
La valoración con Cueva es doble. ‘Aladino’ anotó cuatro goles y dios tres asistencias. Desde el punto de penal, cuando no fallaba, facturó frente a Ecuador (victoria 2-1) y Argentina (empate 2-2) por la primera rueda. En las revanchas, se hizo presente contra Paraguay en Asunción (victoria 4-1) y Bolivia en el Monumental (victoria 2-1). Además, su importancia en el equipo se mide con los tres pases goles que dio en condición de visitante: Paraguay, Venezuela y Ecuador.
No menos importante fueron los aportes de Jefferson Farfán (3) solo en el inicio de las Eliminatorias. Pusieron su nombre en las estadísticas Ruidíaz, Tapia, Ramos, Carrillo y Hurtado.
-El milagro del TAS-
Un poco de suerte, quizás; error del contrario, tal vez. Como todo guion de película, la clasificación a Rusia 2018 tenía que tener un elemento de sorpresa externa. Y eso fueron los puntos que consiguió la selección peruana por la mala inscripción del paraguayo nacionalizado boliviano Nelson Cabrera.
En cancha, los altiplánicos vencieron por 2-0 a un equipo que Ricardo Gareca recién componía tras la Copa América Centenario. La altura de La Paz es un demonio que solo la FIFA nos ayudó a vencer. Y en el estadio Hernando Siles, la selección boliviana había cometido una gravísimo falla.
Nelson Cabrera nació en Itauguá, Paraguay, y tenía 30 años cuando comenzó a jugar para el Bolívar de La Paz. Tres temporadas más que regulares en el equipo paceño fueron suficiente para que consiga su nacionalización boliviana y pueda defender los colores de la selección.
La prueba fue la Copa América Centenario, donde jugó 180 minutos entre los partidos contra Argentina y Panamá. Ambas derrotas, en tanto, no dieron señales a la falta que se estaba cometiendo. Si bien Cabrera ya contaba con la nacionalización boliviana, la FIFA estipula que un jugador solo es elegible si reside en su nuevo país por lo menos cinco años. Cabrera apenas no llegaba al cuarto año en Bolivia.
Nelson Cabrera participó de los últimos ocho minutos del partido contra Perú (victoria 2-0). En la misma fecha doble de las Eliminatorias, saltó al campo 13 minutos contra Chile (empate 0-0) en Santiago. Fue la ANFP chilena la que se percató del error e inició un reclamo frente a la Comisión de Justicia de la FIFA.
“El reclamo se basa en que este hecho viola el estricto cumplimiento de la normativa FIFA de elegibilidad para ser seleccionado. En ese sentido, es importante señalar que tal como Chile hace esfuerzos para cumplir con todas las exigencias, pretendemos que nuestros rivales hagan lo mismo”, citaba el anuncio de Chile.
Desde la FPF tardaron más días, pero se unieron a la denuncia con un tono más conciliador, ya que el reclamo a destiempo tenía la probabilidad de no recibir respuesta. “El reclamo se va a hacer para que se tenga más cuidado en este tema. Conociendo el reglamento dudo que tanto Chile como Perú consigan algún beneficio, pero más allá de eso buscamos la transparencia. Yo presumo que si Bolivia se ha equivocado ha sido de buena fe”, señalaba el gerente de selecciones Antonio García Pye, un mes después del partido.
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Con la guardia abajo, desde Bolivia aceptan la culpa: hubo un error. El presidente de la federación boliviana Rolando López desestimaba que le quiten los puntos. “Es una reacción tardía (de parte de Chile y Perú) y ese será nuestro argumento, no podemos hacer otra cosa”, afirmaba.
El argumento de la FPF, entonces, cambió. El reclamo, con el aval de que Bolivia reconocía el error, se podía convertir en tres puntos valiosos en la tabla de posiciones. “Se han presentado las impugnaciones de Chile y de Perú y estamos a la espera de que la FIFA tome una decisión. Básicamente nuestro argumento es el mismo que el de Chile. Hacerle saber a la FIFA que hay una irregularidad que no ha sido posible detectar de inmediato, pero que existe y que Bolivia reconoce”, comentó García Pye.
El 1 de noviembre del 2016, el Perú entero abría los ojos con un comunicado desde Zúrich, Suiza. “Ambos partidos se han declarado perdidos por Bolivia, con un resultado de 0-3 a favor de Perú y 3-0 a favor de Chile. Además, se ha impuesto una multa de 12.000 CHF (12 mil dólares) a la FBF desde la Comisión Disciplinaria de la FIFA”, señaló la FIFA.
El caso no terminó con esta sentencia. Bolivia elevó el caso al Tribunal de Arbitras Deportivo (TAS por sus siglas en inglés). Fue secundado por Uruguay, Colombia, Ecuador y Paraguay. Del otro lado, Perú y Chile eran apoyados por Argentina, selección que dependía de estos resultados para mantenerse en zona de clasificación a Rusia 2018.
Los idas y vueltas terminaron, finalmente, el 29 de agosto del 2017. El TAS desestimó el reclamo boliviano y mantuvo los puntos ganados por Perú y Chile en mesa. Por cuestiones del destino, sin estos puntos valiosos, la selección peruana se habría quedado tras 18 fechas de las Eliminatorias con 23 unidades. En cambio, los chilenos habrían clasificado al repechaje como el quinto de Sudamérica con 24. Al fin un desenlace feliz.
-Fuertes de local, seguros de visita-
Si bien la mirada está en cuánto sumamos para ir a Rusia 2018, el enfoque tendrá que ser cuánto debemos sumar para clasificar a Qatar 2022. Ser invencibles en el Estadio Nacional e irse de asalto fuera de Lima. Decálogo del pensamiento Gareca.
¿Cómo se cosecharon los 26 puntos hacia la última Copa del Mundo? El arranque, hay que aceptarlo, fue lamentable. Apenas 4 puntos de 18 posibles sirvió para que Ricardo Gareca gire el timón. Quizás no buscando al inicio los resultados, pero sí oxigenando a la selección peruana con un recambio generacional saludable.
El segundo semestre del 2016 es recordado por dos hechos. Perú consigue puntuar perfecto en la fecha doble ante Bolivia y Ecuador (con ayuda de la FIFA y el TAS) y, en adelante, solo pierde de local contra el Brasil de Tite. En todas las siguientes fechas dobles, la selección peruana al menos consiguió un punto. Empata contra Argentina, y pierde ante Chile. Vence a Paraguay, y cae ante el ‘Scratch. Los 14 puntos en 12 fechas jugadas daban signos de recuperación a pesar del octavo puesto en la tabla de posiciones.
El 2017 fue determinante. La selección peruana inició una racha positiva que solo se terminaría en el debut mundialista. Sacó puntos claves en sus visitas a Venezuela, Ecuador y Argentina, y cuando tocó jugar de local se encontró con victorias respaldadas por buen juego -Uruguay y Bolivia- y un empate -Colombia- empujado por el sueño de ir al menos al repechaje contra Nueva Zelanda.
Para mayor casualidad, las dos únicas fechas dobles que Perú consiguió embolsar seis puntos de seis posibles fue ante Bolivia y Ecuador, en la ida y la vuelta.
Camino a Qatar, los objetivos no deben apuntar distinto. Excepto Brasil, a las demás selecciones se les debe hacer sentir el rigor que Lima no es una plaza sencilla. Solo ganando los ocho partidos en mención se podrían tener 24 puntos seguros. El segundo mejor escenario serían seis victorias y dos empates, adelantando que las Eliminatorias siempre guardan sorpresas y que Perú no perderá nunca el invicto de local.
Asimismo, de las nueve visitas al extranjero, las plazas de Paraguay, Venezuela y Ecuador brindan oportunidades de victorias. En Argentina, Uruguay y Colombia se han conseguido puntos en procesos anteriores. Brasil, Bolivia y Chile, justo el primer partido de las Eliminatorias a Qatar 2022, son sedes donde se espera a una selección peruana dando un golpe de autoridad.
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