Las últimas informaciones relacionadas con Paolo Guerrero lo muestran lejos de los campos de juego. Hace poco lo vimos en un encuentro para líderes en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y luego en una visita a la sede de Los Olivos de la Universidad César Vallejo, propiedad de su empleador.
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“Mi consejo para los estudiantes es: disciplina, sacrificio, mucho coraje y osadía (…) Yo he tenido muchos desafíos. Siempre trato de ser el primero, siempre trato de ganar títulos que en mi profesión son muy importantes”, dijo a los alumnos de la casa de estudios poeta.
Guerrero no juega por la UCV desde el 29 de abril, cuando los trujillanos vencieron 2-1 a Sporting Cristal en casa. Esa noche estuvo solo los primeros 45 minutos y tuvo que ser reemplazado a causa de una lesión que después se confirmó que es un desgarro muscular.
Días atrás, en DirecTV Sports, Jorge Fossati señaló que Guerrero “llega sin problemas” a la Copa América “tal vez sin los minutos que quisiéramos” por su problema muscular. Sin embargo, en su última conferencia de prensa indicó que lo habían entendido mal y que se refería a los partidos previos al certamen.
No es la primera vez que el ‘Nono’ tiene un desencuentro con la prensa por sus declaraciones. Lo importante, sin embargo, es que el delantero está en sus planes para la justa continental. La pregunta obligada es si ha hecho méritos para tener esa consideración.
La respuesta es un rotundo no. La presencia de Paolo ha sido irrelevante en el ataque trujillano. A la fecha ha jugado apenas nueve partidos, tanto por la Liga 1 como por la Copa Sudamericana. Ha marcado 3 goles y dado una asistencia. Cierto es que la versión 2024 del cuadro que dirige Chicho Salas es una de la peores de la UCV desde que apareció en Primera División. Y en la Sudamericana su desempeño ha sido paupérrimo. Pero Guerrero no le ha dado el toque de calidad a un plantel que por nombres tendría que estar en otra posición.
Sobra decir que si no fuera el ‘Depredador’, Fossati ni se preocuparía en mencionarlo. Su presencia responde más a lo que alguna vez fue que a su actualidad. ¿Pero en esas condiciones lo necesita Perú?
La realidad de la blanquirroja es que carece de jugadores con pólvora en los botines, a excepción de Lapadula. Alex Valera es también una lucecita de Navidad que se prende y apaga en cualquier momento. Solo porque no existe quien lo reemplace, se justifica que Guerrero mantenga posibilidades de ir a la Copa América. Parafraseando a quien fuera su amigo, Claudio Pizarro, “es lo que hay”.