Desde que tiene uso de razón, Marco Romero recuerda esas tardes en las que iba al estadio a ver a Alianza Lima con su padre. Desde las 11 de la mañana hasta las seis de la tarde, se la pasaba viendo partidos junto a su papá. “Recuerdo que mi papá llevaba una bolsa gigante de panes que había preparado con todo lo que había podido, desde huevo, mantequilla, jamón, pollo. Todo lo que había encontrado en la casa lo había metido en 20 panes”, cuenta entre risas.