Jorge Barraza

Lo más difícil en una Selección es acertar con el técnico. Argentina metió un pleno con Scaloni, Uruguay con Tabárez primero y con Bielsa después, Colombia con Lorenzo. En anteriores Eliminatorias, Chile se ganó la lotería con Bielsa y Sampaoli, Colombia con Maturana y Pekerman, Bolivia con Azkargorta… No sólo llegaron al Mundial, impusieron una línea de juego, promovieron jugadores, generaron felicidad. Hicieron época. Perú también dio en el clavo con Gareca. Lo tenía, lo disfrutó, reencontró el estilo peruano con él, quintuplicó sus ingresos gracias al DT. Cuarenta mil peruanos orgullosos acompañaron a la Bicolor en Rusia. Pero se decidió eyectarlo del cargo para poner a alguien más maleable al poder. Y cortó de cuajo el exitoso proceso. La peruana, que era una selección competitiva, dejó de serlo. El mismo día en que se posesionó a Juan Reynoso quedó claro que no funcionaría. Gareca era dueño del cargo, Reynoso un inquilino.