Marcos López camina despacio al borde de la cancha del estadio Nacional, se toma la zona posterior del muslo derecho. Preocupa. El lateral izquierdo de la selección peruana, uno de los mejores en el empate 1-1 ante Panamá, salió lesionado y todos en el banco de la blanquirroja preguntan por él. Era una de los posibles titulares en la próxima fecha de Eliminatorias y ahora es un peligroso signo de interrogación. En una hora decisiva para sacar conclusiones, Ricardo Gareca pudo confirmar lo que pocos queremos reconocer: Perú, en su momento más importante de los últimos cuatro años, tiene muchos sueños, pero pocos recambios.