Silvio Berlusconi revolucionó la Serie A. Controvertido, pero también arriesgado para tomar decisiones en el mundo del deporte, sobre todo para convertir al AC Milan en una potencia del fútbol mundial.
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Estuvo 31 años al mando del cuadro milanés y logró un total de 29 títulos, entre ellos cinco de las siete Champions League que tiene el cuadro rossonero en sus vitrinas.
Constelación de figuras
Fue quien logró juntar en el Calcio a jugadores de la talla de Marco Van Basten, Ruud Gullit y Frank Rijkaard, y luego tener a figuras como Paolo Maldini -de casa- Seedorf, Pirlo y Kaká, el que compró también a Ronaldo y tuvo en sus filas a Ronaldinho.
El Milan de Sacchi también es el Milan de Berlusconi, y el de Fabio Capello, que hicieron del equipo un plantel ganador entre 1986 y 1996, una década de títulos: cinco Serie A, Tres Champions y dos Intercontinentales.
“Soy el presidente que ha ganado más que nadie, incluido Santiago Bernabéu”, recuerdan que solía decir por toda la cosecha de títulos que ganó al mando del equipo que siempre amó.
Fue tan grande el Milan que formó que copó el podio del Balón de Oro por dos años consecutivos. En 1988 con el tridente holandés Van Basten, Gullit y Rijkaard y al año siguiente nuevamente con el goleador como el mejor del mundo, seguido del italiano Franco Baresi y Rijkaard. Van Basten repitió en el 92. Época dorada para los rossoneros.
“Era como un padre”, los recuerda el AC Milan, por la cercana relación que siempre buscó con sus jugadores. El que comparó los movimientos de Van Basten con el del bailarín soviético Nureyev, el que acompañó a Shevchenko cuando operaron a su padre, o simplemente, el que participaba en las celebraciones particulares de sus ‘hijos’, como los matrimonios y cumpleaño.
Sin Maradona
Pocos le decían que no al Milan, o a Berlusconi. Pero hubo un jugador que se resistió a la oferta de los rossoneros y no por no querer jugar en San Siro, sino por cuestiones emotivas. Y no pudo ser otro que Diego Armando Maradona.
Silvio Berlusconi buscó a Diego tras el éxito que había cosechado en el Napoli para que sus primeros años en el Milan sean con el campeón del mundo en sus filas, pero había más que un contrato que romper, era el vínculo que había entre Maradona y Nápoles.
“Maradona era Napoli, era el símbolo del mayor equipo de la historia de Nápoles. Y los íconos como él no se compran ni se mueven. Habría sido como quitarle el corazón a toda una ciudad y traspasarlo a Milan”, reconoció el miso Berlusconi sobre ese episodio hace unos meses, según cita “El Gráfico”.
El AC Milan estaba dispuesto a pagar lo que pida Maradona, doblando lo que ganaba en el Napoli. Y en 1987 se puso en contacto con su representante Guillermo Coppola y ofrecía, además del contrato por cinco años con un sueldo millonario, un departamento en la zona más exclusiva de la ciudad, auto de lujo y tener vínculos con la empresa de comunicación que lideraba Berlusconi.
En Napoli los hinchas se enteraron de la reunión de Coppola con Berlusconi y llegaron a poner una bomba en el canal de TV del millonario empresario. Diego tuvo que aparecer ante la prensa para resolver el tema. “No voy a aceptar preguntas. Solo les voy a decir una cosa: mi amigo y representante Guillermo Coppola viajó a Milan para juntarse con Berlusconi porque tiene la editorial más grande de Italia y quiere hacer un libro mío. Es la última vez que les permito meterse con mis decisiones personales”, fue lo único que dijo.
Días después, Diego firmó su renovación con en Napoli por tres temporadas y con el triple sueldo de lo que venía ganando. El AC Milan no pudo llevárselo, Berlusconi no pudo tener al astro argentino, su más grande obsesión para iniciar su proyecto en el cuadro rossonero.
El mercado de pases del verano europeo del 2016 fue uno de los últimos en los que participó Silvio Berlusconi al mando del AC Milan y aquel año fue que fichó a Gianluca Lapadula.
El atacante peruano en ese entonces venía de ser el goleador de la Serie B y lograr el ascenso con el Pescara. Su olfato goleador no pasó desapercibido para Silvio Berlusconi, que buscaba darle nuevos aires al Milan. Por eso llegaron el defensa Gustavo Gómez (Lanús), el volante José Sosa (Besiktas) y el peruano Lapadula, por quien el cuadro milanés pagó 10 millones de euros por un contrato de cinco años.
"El día antes de fichar por el Genoa, llamó Berlusconi y yo elegí al Milan. Yo era el hombre más feliz del mundo. No podía decirle que no a los rossoneri. Milan para mí fue la culminación de un sueño y una larguísima subida desde abajo", contó sobre lo vivido en esa negociación el mismo Lapadula.
Si bien no le fue cómo hubiera querido -8 goles en 29 partidos-, Gianluca Lapadula quedó muy agradecido a Berlusconi por la oportunidad, por eso cuando el directivo vendió el club, el peruano mostró su aprecio en redes sociales.
"¡Ser elegido por el presidente Berlusconi fue un gran honor! ¡Gracias por todo!", tuiteó Gianluca junto a una foto del presidente con todos los trofeos que ganó al mando del Milan.
En enero del 2017, dos meses antes de la venta del club, Berlusconi fichó a jugadores como Matías Fernández y Deulofeu, pero su destino ya estaba sellado. En marzo vendió sus acciones y se retiró del fútbol.
Tras dominar el fútbol a fines de los 90′, el nuevo siglo trajo cambios y tras el éxito al mando de Carlo Ancelotti (Champions 2003 y 2007), llegó el ocaso para los rossoneros y Berlusconi decidió vender el club en el 2017 al consorcio chino Li Yonghong, y con eso se cerraban 31 años de historia de Silvio al mando del club.
Este 12 de junio se cerró otra historia, la del mismo Berlusconi. Ex primer ministro de Italia, exitoso empresario y creador del Milan de los 90, falleció a los 86 años producto de una leucemia en el Hospital San Raffaele de Milán. Todo el pueblo rossonero aún le dice “Hola presidente”, mientras su enorme sonrisa aparece en los recuerdos.
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