Londres (EFE). El suizo Roger Federer, cuarto cabeza de serie en Wimbledon, selló hoy su pase a la segunda ronda al darle una paliza al italiano Paolo Lorenzi por 6-1, 6-1 y 6-3, en una hora y 33 minutos.
Federer, de 32 años y cuarto jugador del ránking de la ATP, lució su mejor juego en la pista 1 del All England Club de Londres, donde ganó el primer set en tan solo 24 minutos al italiano, también de 32 años y número 83 del mundo.
Lorenzi no pudo parar el juego del suizo en el primer duelo en el que ambos se enfrentaban y se quedó de nuevo a las puertas de la segunda ronda, como ya le ocurrió el año pasado.
Fue un partido aparentemente sencillo para el suizo, que en la próxima ronda se enfrentará al ganador del encuentro entre el luxemburgués Gilles Muller, que ocupa el puesto 103 en la ATP, y el francés Julien Benneteau, número 46.
Federer llegó a Londres después de ganar por séptima ocasión en Halle, en cuya final venció al colombiano Alejandro Falla, dispuesto a conquistar su octavo título de Wimbledon. Si el suizo gana sería el décimo octavo Grand Slam de su carrera.
Tres saques directos y un juego ordenado sin errores le sirvieron al suizo para superar sin dificultades el primer parcial, en el que el italiano apenas tuvo tiempo de anotar ningún punto. Federer es líder en esta superficie con catorce títulos sobre hierba a sus espaldas.
El año pasado, sin embargo, el suizo no tuvo la fortuna que había cosechado entre 2003 y 2007, así como en 2009 y en 2012, cuando se proclamó ganador en Londres, y perdió en segunda ronda ante el ucraniano Sergiy Stakhovsky, número 90 del ránking de la ATP.
Para el italiano, que nunca ha ganado un partido a cinco sets, esta fue la cuarta vez que caía en la primera ronda de Wimbledon. La primera vez que jugó cinco parciales fue contra el francés Nicolás Mahut, en la primera ronda de este torneo en 2012, en un encuentro en el que fue derrotado por 6-3, 5-7, 6-7, 7-5 y 6-2.
El acierto a la raqueta del suizo, que se llevó muchos aplausos de la pista 1 del All England Club, unido a los fallos no forzados de su rival, que no tuvo ninguna oportunidad en todo el partido de romperle el servicio, forjaron la ventaja de Federer en el marcador.