Vilas triunfó en el Torneo de Roland Garros 1977, en el Abierto de Estados Unidos 1977, el Abierto de Australia 1978, y el Abierto de Australia 1979. (Foto: AFP)
Vilas triunfó en el Torneo de Roland Garros 1977, en el Abierto de Estados Unidos 1977, el Abierto de Australia 1978, y el Abierto de Australia 1979. (Foto: AFP)
/ JUAN MABROMATA jm/ii
Ricardo Montoya

- “Quisiera que usted me entrene, señor Vilas”.

–¿A qué estás dispuesto para llegar a ser un buen tenista?

El chico, el mejor juvenil de su provincia, titubea y no responde.

–Toma este cuchillo y córtate un dedo. Le dice Guillermo clavándole la mirada.

–No, no, ¿cómo me pide eso?, responde el joven profundamente decepcionado.

–Está bien. Si quieres, dentro de un tiempo volvemos a hablar. Nos vemos.

Cuando el muchachito se marchó, Vilas, al cabo de un par de segundos incómodos, se confesó con sus amigos.

–Si cogía el cuchillo, les juro que lo entrenaba.

Es el polifacético Walter Vargas en “Cambios de frente” el que recoge la leyenda y la comparte. Ese era Vilas en estado puro. Un obsesivo de su profesión, capaz de testear todo, hasta la hipotética incondicionalidad de un potencial alumno. Vilas, el que enamoraba princesas escribiéndoles poesías; Vilas, el que disfrazaba de soberbia su timidez; Vilas, el primer latino en merecer el número uno y no conseguirlo por un absurdo sistema de puntuación; Vilas, el que rockeó con Spinetta un disco abominable; Vilas, el que ahora, dolorosamente, se descascara y lo advierte.

Vilas fue ganador de 62 torneos de ATP. (Foto: AFP)
Vilas fue ganador de 62 torneos de ATP. (Foto: AFP)
/ ALEJANDRO PAGNI

“Querido Willy: te debemos tantas alegrías. Espero que siempre recibas el respeto y la dignidad que todos nos merecemos, en las buenas y, sobre todo, en las malas. Ojalá que, en este momento, podamos estar a tu altura. Un abrazo enorme, leyenda”, escribió, solidario e inusualmente certero, Diego Maradona en sus redes sociales.

Las informaciones cada vez más sólidas dan cuenta de que Guillermo presenta un sensible deterioro cognitivo que le impide, a veces, reconocer a algunos de sus amigos más cercanos. Según los diarios platenses, la situación lo mantiene en su residencia monegasca, apartado de la vida pública ya desde hace algunos años. Incluso Modesto ‘Tito’ Vázquez, compañero de dobles de su juventud, declaró: “Nadie lo dice, pero creo que tiene principios de Alzheimer”.

En su carrera, Vilas ganó cuatro torneos de Grand Slam. (Foto: AP)
En su carrera, Vilas ganó cuatro torneos de Grand Slam. (Foto: AP)
/ Kathy Willens

Guillermo Salatino, por su parte y desde el respeto, contó que hace un tiempo no pudo grabar su programa de entrevistas con él porque Willy estaba “en otro lado”, pero que guardó silencio al respecto porque antepone la amistad por sobre su labor periodística.

Vilas es considerado el padre del tenis en su país, y uno de los próceres del deporte blanco en el continente. Alcanzó 62 títulos en su carrera (noveno en la historia) entre los que se incluyen cuatro coronas de Grand Slam. Y fue la piedra angular sobre la que se cimentó la legión argentina primero y luego algunos protagonistas del circuito ATP como Juan Martín del Potro y Diego Schwartzman.

Es posible, sin embargo, que en un tiempo Guillermo no recuerde bien todo esto. El Alzheimer, a diferencia de otras enfermedades que se limitan a consumir la salud física, tiene la osadía de despojar al paciente de su identidad. Se atreve a atrofiarle la memoria. Guillermo lamentablemente olvidará, está claro, escrito, lacrado, gran parte de lo que hizo por el deporte que tanto ayudó a crecer.

El tenis y los hinchas agradecidos, en cambio, jamás olvidaremos que con Vilas fuimos mucho más felices de lo que en los libros se dice que se puede.

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