Cartera de nuevos proyectos de cobre hasta el 2030 en el Perú representa el 60% del monto proyectado en Chile

Según el documento, elaborado por el Ministerio de Energía y Minas, el 48,3% del monto total (US$2.591 millones) fue invertido en las regiones del sur, que actualmente enfrentan bloqueos y conflictividad social. Solo la región Moquegua recibió uno de cada cuatro dólares invertidos. En tanto, la actividad de exploración representó el 8% de la inversión minera en dicho período (US$429 millones).

Si bien estos resultados muestran un ligero avance a nivel local, aún están en niveles inferiores respecto a los principales competidores a nivel regional. En el 2022, Perú habría concentrado la cuarta parte de las inversiones mineras dentro de la Alianza del Pacífico, de aproximadamente US$21.612 millones. El monto recibido representa, por ejemplo, 30% menos que lo proyectado en Chile para el mismo período (US$7.860 millones)

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Durante los últimos cinco años, el perfil del Perú para atraer inversiones mineras ha ido deteriorándose más aceleradamente que otros países de la Alianza, descendiendo desde el puesto 5 en el 2018 hasta el 42 en el 2021 en el índice de atracción de inversiones elaborado por el Fraser Institute. De acuerdo con la última medición, Colombia ocupa el puesto 29, Chile el puesto 31 y México el puesto 34 de un total de 84 jurisdicciones evaluadas.

La inversión futura para nuevos proyectos mineros de cobre de Perú representa el 60% de la de Chile (primer productor a nivel global). Para el período 2022-2030, el monto estimado por el Minem alcanza los US$38.521 millones, mientras que el monto a invertir en el país sureño bordea los US$65.262 millones, según la Comisión Chilena de Cobre (Cochilco).

Entre los proyectos que demandarán más inversión a nivel local figuran La Granja (US$5.000 millones), El Galeno (US$3.500 millones), ambos ubicados en Cajamarca; así como Los Chancas (US$2.600 millones), ubicado en Apurímac. En tanto, las minas que concentrarán un mayor monto en el país sureño serán Quebrada Blanca Fase 2 (US$6.160), El Abra (US$5.000 millones) o Nueva Unión Fase II y III (US$3.700 millones).

La conflictividad social y la incertidumbre política observada el año pasado estuvo acompañada de un descenso en la producción de algunos metales. El cobre fue el único de los cinco principales minerales de exportación que registró un leve aumento (+4,9%) según el Minem [ver gráfico]. La producción del metal rojo alcanzó las 2.468 miles de toneladas métricas finas (TMF). La reducción en la producción de Las Bambas (-12,2%) se vio ligeramente compensada con el inicio de operaciones en Quellaveco (Moquegua), así como por el aumento en la producción de Marcobre (Ica).

En el 2022, los mayores envíos correspondieron a las unidades Antamina (Áncash) y Cerro Verde (Arequipa), que concentran el 38% del total nacional, mientras que Las Bambas representó el 14% respectivamente.

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¿Qué retos le esperan a la industria minera peruana en el 2023? En diálogo con El Comercio, Víctor Gobitz, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, señaló que es esencial que el Gobierno busque reducir la conflictividad social y que se enfoque en las mejoras de infraestructura para el sector y de conectividad para recuperar terreno en la región. Añadió que la tendencia internacional es un mayor consumo de cobre, por lo que el potencial peruano es alto.

“El 70% del portafolio de nuevas minas son de proyectos de cobre. El escenario internacional es favorable, el Perú tiene un buen portafolio, pero la conflictividad social no ayuda. Si no logramos un diálogo entre actores y atraemos la inversión para la exploración minera, podemos perder el paso”, afirmó.

Sin embargo, de no incentivar la inversión y reducir la conflictividad, el Perú quedará en desventaja competitiva frente a Chile, principal productor de cobre del mundo, y otros países emergentes de la región.

“Puede que el potencial minero del Perú no se desarrolle en plena capacidad y eso es darle potencial de desarrollo a otros. Chile es un competidor neto, pero también hay jurisdicciones como México, Brasil o Ecuador que tienen equivalencia potencial y pueden atraer las inversiones”, advirtió.

Marcial García, socio de Impuestos de EY Perú, coincidió en que si se extiende la conflictividad otros países de la región se verán beneficiados, y el Perú perderá potenciales compradores.

“Chile produjo más de 5 millones de toneladas de cobre en el 2022 y el Perú produjo algo más de 2 millones de toneladas. Chile produce bastante más y tiene 21% de reservas de cobre del mundo. A pesar de sus problemas sociales, es un país mucho más estable a los ojos de los inversionistas”, indicó en el mismo sentido.