En unos pocos días, el mundo conocerá quién gobernará Estados Unidos por los próximos cuatro años. Aunque la campaña ha estado marcada por hitos y caos, como el cambio de candidatura demócrata y los intentos de asesinato contra el contendor republicano, las encuestas de intención de voto ciudadano se han mantenido siempre ajustadas. A la fecha, no hay un favorito que se imponga, y los candidatos –la vicepresidenta Kamala Harris y el exmandatario Donald Trump– siguen centrando actividades proselitistas en estados que podrían definir su victoria.