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Durante el 2023, el debilitamiento de la actividad económica ocasionó que la recuperación del empleo total y de calidad a nivel de Lima Metropolitana fuera menor que en años anteriores. Según el INEI, la Población Económicamente Activa (PEA) ocupada alcanzó los 5,2 millones, mientras que la PEA adecuadamente empleada (que labora más de 35 horas semanales y sus ingresos alcanzan para cubrir la canasta básica) alcanzó los 3 millones. Ambas categorías aumentaron en 197 mil y 190 mil empleos en relación al 2022, el crecimiento más bajo de los últimos tres años.
Si bien hubo un crecimiento del empleo en general desde el final de la pandemia (en casi 303 mil puestos de trabajo), esta ha sido impulsada principalmente por trabajos de baja calidad o productividad. Al cierre del 2023, faltaba recuperar más de 110 mil empleos adecuados en Lima Metropolitana con relación al año 2019, mientras que los subempleos aumentaron en más de 413 mil en el mismo lapso.
La afectación y posterior recuperación del empleo total también difiere por sectores económicos. En el último año, solo la construcción tuvo un retroceso (-28.700 puestos), a diferencia de la manufactura (+3.800 puestos), el comercio (+21.900) y los servicios (+201.600). Asimismo, dicha actividad reportó el menor aumento de empleos totales en comparación al 2019 (+12.400 puestos), por debajo de la manufactura (+21.400), comercio (+151.500) y servicios (+128.700).
Sin embargo, la brecha de empleo adecuado respecto al año previo a la pandemia todavía persiste en tres de los cuatro principales sectores económicos de la capital. A excepción del rubro comercio, donde se generaron 40.500 empleos de calidad, la manufactura, la construcción y especialmente los servicios aún no alcanzan el nivel de puestos de trabajo adecuados en comparación al 2019. En el primero queda por recuperar 37.900 puestos adecuados, mientras que en el construcción, 9.900. La brecha más grande se observa en servicios, donde faltan 1,3 millones de trabajos en condiciones adecuadas [ver cuadro].
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Factores detrás
Para Paola Herrera, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), la creación de empleos totales y adecuados (formales y con buenos ingresos) durante el 2024 en sectores como servicios dependerá de la recuperación de la capacidad adquisitiva de las familias en un contexto de baja inflación, a través de un impacto positivo en el consumo, así como de la recuperación que pueda tener la inversión privada, principal generadora de empleo de calidad.
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“En el primer trimestre de este año, si se cumplen los pronósticos del clima, que no son tan graves como esperábamos antes, podría ser que haya una panorama laboral similar o un poco mejor al del año pasado. Y, luego, para el otro trimestre va a importar mucho qué es lo que se puede hacer para mejorar expectativas, reactivar proyectos mineros, de inversión, e ir avanzando con la recuperación. Pero a largo plazo va a importar que se trate de mantener la mayor estabilidad de regulación laboral posible. Hace un par de años se empezaron a mencionar reformas que aumentaron rigideces y las empresas empezaron a preocuparse. Hay que darles la seguridad de que no les resultará más difícil contratar formalmente”, explica.
La especialista añade que, en servicios, donde se concentra la gran mayoría de empleos de la ciudad, el aumento de subempleo fue mucho mayor que en el resto respecto a la prepandemia. “Hasta el 2022, tenía dificultades para recuperar sus niveles, incluso de empleo total, versus el 2019. Esto debido a rubros que habían sido golpeados por la poca reactivación económica tras la pandemia. Por ejemplo, el turismo es un sector que todavía no logra recuperar su nivel prepandemia porque hemos perdido el atractivo de turistas internacionales y se ha desencadenado un menor dinamismo para otros subsectores como hoteles restaurantes, transportes y artesanía”, puntualizó.
