El presupuesto asignado al Congreso de la República para este año supera con creces las cifras registradas en períodos anteriores. A la fecha, el monto destinado al Poder Legislativo alcanza los S/928,2 millones, cifra mayor en 43% a los S/649,6 millones recibidos en el 2021, durante el inicio del actual período parlamentario.
Si bien en los años de pandemia el gasto del Congreso se estancó e incluso tuvo un leve descenso, fue en el 2022 y en el 2023 cuando el presupuesto de este poder del Estado aumentó significativamente. Los montos más altos se aprobaron o modificaron durante las dos últimas gestiones de la Mesa Directiva, a cargo de los congresistas María del Carmen Alva (Acción Popular) y José Williams (Avanza País) [ver gráfico].
Los gastos que demandará el legislativo para este año ya superan los recursos asignados a los despachos ministeriales e instituciones anexas de tres sectores del Ejecutivo. Entre estos figuran Cultura (S/713,4 millones), Comercio Exterior y Turismo (S/615,7 millones), así como Mujer y Poblaciones Vulnerables (S/869,9 millones), según cifras extraídas del portal Consulta Amigable del MEF.
La partida presupuestal más abultada –y donde se aprecia un mayor crecimiento– corresponde a los gastos de personal y obligaciones sociales, que solo en los últimos dos años se elevó en 47%, pasando de S/447,2 millones a S/659,5 millones.
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En la región
El gasto para el funcionamiento del Congreso también es mayor al promedio de parlamentos del continente. El Perú tiene el cuarto presupuesto más alto de la región, solo por debajo de Argentina, México y Brasil. Pese a tener menos integrantes (130 legisladores), los recursos del Parlamento nacional son más altos que los de Colombia y Chile, países que tienen más representantes y son bicamerales.
"La partida presupuestal más abultada –y donde se aprecia un mayor crecimiento– corresponde a los gastos de personal y obligaciones sociales"
Este hecho también se refleja en el ránking de inversión por parlamentario, en el que el Perú ocupa el segundo lugar de la región, solo superado por Brasil (país que tiene 594 congresistas). Para este año, el gasto anual promedio por legislador asciende a S/7,1 millones (US$1,9 millones al tipo de cambio en abril).
Fiscalización necesaria
¿A qué se debe el incremento abrupto en el presupuesto del Legislativo? Hugo Rovira, director general parlamentario del Congreso, señaló a El Comercio que este hecho estuvo relacionado con los gastos y la contratación de personal para la instalación de los actuales congresistas, el pago de liquidaciones de los trabajadores del período 2020-2021, la instalación de comisiones de control parlamentario y la reparación de infraestructura dañada.
“Fueron cinco años [de inversión] en blanco que han tenido que actualizarse, también está la restauración del Museo de la Inquisición, que es el más visitado del Perú y es una joya histórica. Estamos adquiriendo un nuevo sistema de votación, y en la construcción de un nuevo edificio donde funcionará la biblioteca del Congreso”, explica.
Rovira, quien ocupó el cargo de oficial mayor durante el período 2021-2022, añade que las inversiones y procedimiento cuentan con un control concurrente. “El Congreso es la institución más vigilada. Tenemos una oficina de auditoría que supervisa”, anota.
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¿Existen mecanismos legales para monitorear las asignaciones al Legislativo? Alejandro Rospigliosi, abogado constitucionalista y exjefe del centro de estudios constitucionales del Congreso, resalta que la contraloría debe tener un rol más activo en supervisar el gasto parlamentario. Remarca que actualmente existe una sobrepoblación laboral, en la que se cuentan más de 3.600 trabajadores internos, sin contar el personal de confianza designado por los congresistas.
“Cuando había más parlamentarios, entre senadores y diputados, el gasto era mucho menor. Lo que se debe hacer es reducir los módulos de personal. Hay trabajadores nombrados que no los puedes sacar, pero también ha entrado mucho personal para pagar favores políticos. Los primeros pueden pasar a trabajar en los despachos congresales o en las bancadas. No se debe contratar más personal externo”, explica.
El especialista sostiene que uno de los problemas que impide el control de los gastos es que el Legislativo aprueba cada año su propio presupuesto, a diferencia del resto de organismos del Estado.
“El problema no es tanto la remuneración de los congresistas, que es similar respecto a la de otros países, sino los gastos de la institución, que son mucho más altos que en otros parlamentos. Por ejemplo, en el Perú a alguien se le ocurrió que el puesto de parlamentario andino sea ajeno al puesto de parlamentario. Es una duplicidad de sueldo y más gasto”, anota.