De los 44 ministros de Salud que el Perú suma desde julio de 1980 hasta la fecha, solo 18 han sostenido sus gestiones por más de 300 días. En una revisión a los nombramientos y retiros de titulares en ese sector, ECData identificó, además, que la tendencia de menor tiempo en el cargo se ha acentuado en los últimos siete años.
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El récord lo tiene el período 2021-2026, que incluye los mandatos de Pedro Castillo y Dina Boluarte, donde se han producido más cambios de ministros de Salud tras un promedio de solo 115 días en el puesto. La renuncia de Rosa Gutiérrez el último jueves colocó, entonces, al Minsa en el cuarto lugar de las carteras de mayor volatilidad dentro del Ejecutivo. César Vásquez, quien juró al cargo este lunes para suceder a Gutiérrez Palomino, es el ministro número 44 en lo que va de las últimas cuatro décadas.
El exministro de Salud, Hernando Cevallos, refirió a El Comercio que esta alta rotación –al margen de malos nombramientos o perfiles que no dan la talla para administrar el sector– es también un reflejo de años acumulados de precariedad política y falta de reformas.
“Es la traducción de que el Estado peruano no tiene un modelo de gobierno serio ni sostenible. Pero hay otras razones: la propia crisis del sector Salud, que es muy frágil, muy postergado y, en general, desfinanciado; y la falta de un modelo de reforma del sistema sanitario, que devenga de un diagnóstico serio y de una decisión de cambios que lo acompañe. Si a la dificultad para concretar políticas a mediano y largo plazo se le suman los vaivenes políticos, naturalmente la fragilidad de permanencia en el puesto va a ser cada vez mayor”, dijo.
Salida previsible
Una potencial censura por parte del Congreso fue lo que empujó a la ahora exministra de Salud, Rosa Gutiérrez, a renunciar al cargo. La saliente funcionaria cargaba con cuestionamientos desde mediados de marzo, cuando se conoció que había viajado para un evento en Estados Unidos mientras 17 regiones del país se encontraban en emergencia por el ciclón Yaku.
Pero fueron sus más recientes errores de manejo político y de gestión frente a la epidemia del dengue los que generaron mayores consensos en su contra desde el Parlamento, el gremio médico y la propia población. Para junio, la última encuesta de Ipsos reveló que la desaprobación de la funcionaria era de 68% y que solo un 15% de personas consultadas la respaldaba. Así, Gutiérrez se convirtió, con apenas seis meses, en la quinta titular en ser retirada del Minsa desde julio del 2021.
“La ministra Gutiérrez falló en el trabajo de articulación [que requería la epidemia]. Si hubiera tenido un liderazgo real, los esfuerzos de prevención y respuesta al dengue se habrían movilizado mejor. Quien la suceda en el cargo tiene que tener liderazgo, capacidad de convocatoria, experiencia en el campo clínico y un equipo técnico bueno. Todo para que en el corto y mediano plazo se superen los errores de la anterior gestión”, cuestionó Raúl Urquizo, decano del Colegio Médico del Perú (CMP) en diálogo con este Diario.
La noche del jueves, Gutiérrez se había presentado a petición del pleno del Legislativo para rendir cuentas sobre su actuación ante el dengue. Previo a comunicar su renuncia a los parlamentarios, pidió disculpas por haber prometido, un mes atrás, que el Minsa resolvería la epidemia “en 15 días”. Hasta el 16 de junio, las muertes por la enfermedad solo en este año superaban las 200 y los contagios eran más de 130 mil.
Para la politóloga Kathy Zegarra, la salida de Gutiérrez era inminente, pero también ha sido la reacción de un gobierno sin bancada, que tenía mucho apoyo político que perder si es que mantenía a la ministra. “Ante una situación tan catastrófica como la del dengue, llama la atención que la respuesta [del Minsa] haya sido tan mala políticamente. Y, si bien hay problemas estructurales, en el país ya hemos conocido otras situaciones en donde se ha actuado de manera más rápida y concreta. Eso no hubo. También está claro que, al apartar a la ministra, el gobierno ha buscado evitar conflictos con el Congreso o con ciertos grupos políticos que le generan supervivencia”, señaló.
Expectativas
El exministro Hernando Cevallos remarca que estar al mando del Minsa implica capacidades no negociables tanto en lo técnico como en lo político. “Se tiene que fortalecer el rol rector del sector, conducir las políticas generales, alinear a los gobiernos regionales y locales en ese sentido, ejercer la ley, cuidar que se ejecuten bien los presupuesto. Pero algo fundamental también es el liderazgo: que los mensajes lleguen a todo el país y que se regenere la confianza en los servicios. Eso último requiere capacidad política”, expresó.
Raúl Urquizo, del CMP, coincidió en que la reforma sanitaria es clave para la estabilidad en la administración del sistema: “Sin ello, las gestiones ministeriales siempre van a tener poco margen para solucionar problemas de fondo. La pandemia [del COVID-19] visibilizó la precariedad en la que estamos, con servicios insuficientes y equipos anacrónicos, pero los políticos han olvidado que para salir de eso es urgente una reforma”.
La politóloga Kathy Zegarra añadió que el gobierno de Dina Boluarte tiene una visión cortoplacista por su debilidad frente al Congreso y esto lo aparta de tareas como el impulso de cambios estructurales.