El ‘rally’ del dólar, probablemente, no va a terminar. Distintas instituciones financieras y consultoras locales, como el BBVA Research que presentó esta semana su informe Situación País, ya estiman que esta divisa podría llegar a los S/4, e internacionalmente, la famosa moneda verde se fortalece frente a otras, como el euro o la libra esterlina. Que el dólar haya alcanzado la paridad con la monera del bloque europeo quiere decir, entre otras varias cosas, que para los estadounidenses ir a disfrutar el sol en el viejo continente es más barato. A nivel macro, la zona euro está siendo vista de manera distinta por los inversionistas.
Por cómo están las cosas, y con los distintos riesgos identificados por los agentes del mercado, para predecir la dimensión de la subida del dólar se podría hasta necesitar de una bola de cristal. Y es que, Europa depende del suministro de gas ruso, el Banco Central Europeo se unió a otros más de 20 bancos centrales del mundo al subir su tasa de interés de referencia para controlar la inflación, China ve su crecimiento ralentizado, y el riesgo de recesión en Estados Unidos es cada vez menos un escenario alternativo.
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En síntesis, la cosa no pinta bien afuera. Y, aunque el Perú está acostumbrado a ir en piloto automático a pesar de las desavenencias políticas, toca internalizar también que el precio de los ‘commodities’ están ya estabilizándose. El cobre, metal de exportación para el Perú, continuaría moderando su precio, lo que sin duda causará un cambio en las cifras de la balanza.
Si a todo esto que ya está pasando en el mundo le sumamos: (i) las cinco investigaciones que hoy enfrenta al presidente de la República; (ii) la parsimonia del Congreso; (iii) la elección de la nueva Mesa Directiva; (iv) la tremenda posibilidad de que la creatividad regulatoria continúe tan viva y rebosante como en el primer semestre; (v) la poca/nula capacidad de gestión del Ejecutivo, (vi) y la poca probabilidad de que indicadores como la inversión privada repunte, ¿qué nos queda? Un segundo semestre en el que la cautela se convierte en un aliado, y en el que las decisiones de compra o consumo reflejarán claramente el ánimo de los peruanos. A un año de gobierno, a cumplirse este jueves, hay que ajustarse los bolsillos, estar preparados para las sorpresas, hacer más y hablar menos.