Los costos de los fletes marítimos continuarán a niveles altos en el corto plazo, según el área de estudios económicos de Scotiabank. Katherine Salazar, analista del área, señaló que estos costos están 2,5 veces por encima de los niveles prepandemia.
“Prevemos que no vamos a volver a ver niveles como los máximos de octubre del 2021. Es probable que haya correcciones en los siguientes meses, pues actualmente seguimos 2,5 veces por encima de los niveles prepandemia y hay bastante espacio por debajo para seguir corrigiendo”, indicó.
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La especialista sostuvo que a futuro los precios de los fletes marítimos no alcanzarán los valores máximos de octubre del 2021, pero que para el 2023 se verán correcciones –disminuciones– mayores de las que se han venido registrando para el comercio mundial marítimo.
“Que esperemos que los precios se mantengan altos no significan que no veamos correcciones ahora. Sí las estamos viendo, pero son graduales. En el 2023 las correcciones serían más amplias para el índice Freightos, ya que mide el comercio mundial marítimo para transportar todo tipo de bienes, mientras que las correcciones importantes para el índice Baltic, que exclusivamente mide la carga a granel seco, se verán hacia fines de año, debido a que mide solo una cesta de bienes”, sostuvo.
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En esta línea, Jan Hoffman, líder del Departamento de Logística Comercial de la Agencia de Comercio y Desarrollo de la ONU (Unctad), apuntó, durante el VI Foro Logístico de la Asociación de Exportadores (ADEX), que estos altos costos de fletes marítimos también han tenido un impacto en la inflación en el ámbito mundial. Según los datos actualizados de la Unctad, el costo de los fletes generará un impacto en la inflación de 1,6% para el 2023.
Efectos
Los altos costos, sumados a problemas logísticos en el comercio, han afectado a las empresas exportadoras. Según Gonzalo Cáceres, gerente comercial de la pesquera TASA, también se afrontó la poca disponibilidad de contenedores. Ambos aspectos han llevado a que se genere un desfase entre los períodos de facturación y cobranza, dijo el ejecutivo.
“Por el lado comercial, entre finales de 2020 a la fecha, hemos tenido que afrontar problemas logísticos que antes no teníamos. No solo tarifas más altas, si no poca disponibilidad de contenedores, roleo frecuente de naves, poca visibilidad y proyección de nuestros productos a destino. Esto, asimismo, ocasiona desbalance en nuestra gestión de caja, dado que los periodos de facturación y cobranzas se desfasaron. La demanda se reactivó de manera rápida a fines del 2020, donde la cadena logística no estaba lista”, acotó.
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Giancarlo Riva, socio de Global Trade Services de EY Perú, sostuvo que la situación de precios altos en los fletes marítimos termina trasladándose al precio final del producto importado.
“Al verse afectado el precio final, el producto que es comercializado localmente llega con este impacto y quizás habrán algunas empresas o importadores que lo transfieren, probablemente deciden trasladar ese mayor costo y eventualmente otros deciden no necesariamente hacerlo y, al asumirlo, afectan también su margen”
Giancarlo Riva, socio de Global Trade Services de EY Perú.
Rafael del Campo, director de ADEX, consideró que los costos altos de los fletes marítimos conllevarían a que las importaciones nacionales se enfoquen en traer insumos intermedios en vez de importar insumos cuyo valor es menor que el precio de los fletes. Asimismo, señaló que los costos altos conllevarán a que las importaciones se enfoquen en los insumos intermedios para la fabricación de productos finales. “Vamos a seguir para 2022 teniendo una balanza comercial positiva”, acotó.