Según un estudio de Promperú presentado en octubre pasado, dentro de los principales destinos turísticos para la reactivación del sector –en un horizonte de tres a seis meses– se encontraban, principalmente, Cusco y Arequipa; dos regiones que, a la fecha, vienen siendo fuertemente impactadas por el panorama de protestas en el país.
En estimaciones de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), son S/500 millones a la semana, desde el sector turístico, los que se están dejando de inyectar a la economía nacional. Además, el gremio indica que este año, apuntaban a recibir a 2 millones de turistas extranjeros, una cifra que ya no se podrá alcanzar, en palabras del gerente general, Carlos Loayza.
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“El turismo se basa en confianza, certidumbre y seguridad. Hay países que están recomendando a sus compatriotas no venir al Perú por la situación convulsa que estamos viviendo”, afirmó Loayza.
En cuanto al turismo interno, informó que este está paralizado al 100%. Así también, alertó que distintas empresas del sector se han acogido a los programas de ayuda y podrían verse perjudicadas.
“Ahora, con estas condiciones, ten la seguridad que vamos a tener un retroceso y peligroso impacto negativo además en muchas pequeñas y medianas empresas que se han acogido a Reactiva Perú”, informó.
“Estas pequeñas y microempresas, que se han acogido [al programa], en esta última semana no están facturando nada. ¿De dónde van a tener el flujo para poder pagar sus compromisos”, añadió.
A la fecha, son cinco aeropuertos los que se mantienen cerrados: Arequipa, Andahuaylas (Apurímac), Cusco, Juliaca (Puno) y Ayacucho. De ellos, Cusco –sin contar Machu Picchu–, Arequipa y Puno, representan el 40% de la actividad turística.
En sus palabras existe, además, un daño reputacional ocasionado al destino peruano. En esa misma línea opinó Jessica Luna, gerente general de Comex Perú, quien señaló que los pequeños empresarios del sector todavía están muy golpeados tras los efectos de la pandemia del COVID-19.
“En el sector turismo no solo nos preocupa la pérdida de ingresos en el corto plazo, sino la afectación que está habiendo sobre la percepción de inseguridad y de confianza que hay en el Perú. Eso toma mucho tiempo recuperar. El retroceso ha sido enorme”, destacó.
De cerca, los empresarios del sector manifiestan que ya vienen registrando cancelaciones y postergaciones. Este es el caso del hotel Atoq San Blas, ubicado en la ciudad de Cusco.
“Siempre que hay este tipo de paralizaciones nos vemos afectados de distintas maneras. Mayormente se ven afectados nuestros huéspedes. [...] Tenemos noticias de que [hoy] deberían reabrirse las operaciones del aeropuerto. A causa de ello, estamos con huéspedes en el hotel que no pueden regresar a sus países, ni continuar con sus viajes”, afirmó la gerente general del hotel, Maira Loaiza.
“Hemos tenido muchas cancelaciones para los próximos días e incluso para una época muy crítica para la hotelería en Cusco, que es Año Nuevo. Son fechas de altísima ocupación; sin embargo, hemos tenido ya algunos requerimientos para cancelaciones”, agregó.
En ese sentido, comentó que hace cuatro días, registraba una ocupación del 90% del hotel para Año Nuevo. Ahora, la cifra cayó a 67%. “Asimismo, para los próximos siete días, hemos perdido el 15 a 20% de ocupación por cancelaciones de huéspedes que no han podido llegar”, remarcó.
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Juan Fermín, empresario del rubro y administrador del hotel Sillustani –con sedes en Puno y Arequipa– manifestó también que vieron sus reservas canceladas para fin de año. En su caso, fueron el 80% en ambas regiones. En el caso de reservas de turistas extranjeros, informa, las perdieron en su totalidad.
“Las cancelaciones inmediatas han sido de estos últimos cinco días, de último momento, porque [las personas] no pueden viajar desde Cusco o Puno. Lo otro, es que teníamos reservas hacia más adelante –dos o tres semanas–, que han hecho la mayoría sus cancelaciones”, explicó el ejecutivo.
En ese sentido, remarcó que el impacto en el turismo puede prolongarse en un horizonte de tres a cuatro semanas, debido a las expectativas de las personas en relación a sus viajes ya planificados y viajes que estaban próximos a programarse.
“Por más que se solucione en una semana, esto va a tener un rezago siquiera de un mes [para recuperarse]. Al cerrar nuestros locales, afecta directamente [a varias personas]. Ahora trabajamos con seis personas, cuando en una temporada normal deberían ser 15″, comentó. “En Arequipa pasa lo mismo”, agregó.
Denilzon Colque, encargado de Promoción y Marketing de la empresa Sandía Perú Travel, en Puno, informó paralelamente que algunas personas ya tenían reservas desde hace tres meses, incluso, para las fiestas de fin de año.
“Algunas personas han cancelado su tour y prefirieron el lado boliviano para hacer sus visitas. Y algunos pasajeros también han realizado postergaciones como para enero, a fines de enero”, comentó.
En esa línea, estimaron que el impacto económico es del 60% de sus reservas canceladas hasta la fecha.
“Los tours más recomendables que estaban saliendo eran Uros, Taquile, Amantaní y la Ruta Aimara –que estaba siendo promocionada después de la COVID-19–. Nosotros estamos adentrándonos [también] en la selva puneña. Justamente, hicimos bastantes promociones para visitarla. Todo estaba programado para estas fiestas navideñas. Como no hay transporte interprovincial, no podemos realizarlo. No sabemos qué es lo que va a pasar”, especificó.