El dinero se encuentra en un proceso de cambio. Dada la rapidez de las nuevas tecnologías, se encuentra adoptando nuevas formas en un momento en el que mundialmente experimentamos un cruce entre la economía física y la digital. El Comercio conversó con el Head of Digital de Citi Latinoamérica sobre ello.
—¿Los diferentes sistemas de monedas digitales que hoy ya se manejan van a coexistir en el futuro o las criptomonedas lograrán ‘comerse’ a las monedas digitales que ya desarrollan los bancos centrales (CBDC’s)?
Mucho estamos hablando de tecnologías que o son reguladas o no son reguladas […] Por cuál va a optar el consumidor final termina siendo una elección, un riesgo que cada uno de nosotros toma. Si eres una empresa también es una elección. Lo que sí sé, por mi rol actual en Citi, es que las eficiencias que tiene esta tecnología como una nueva forma de dinero regulada es hacia donde vamos nosotros, porque somos una entidad regulada, y también lo son nuestros clientes, que quieren siempre minimizar riesgos. Yo no manejo inversiones, pero cuando se habla de pagos, siempre ellos buscan la mejor manera, la más segura, la más eficiente, que mejora la experiencia de su cliente y se aleja mucho del riesgo potencial. Esa es la respuesta: coexistencia, pues siempre la empresa o el consumidor deberá escoger qué tipo de riesgo quiere tomar.
—Cuando hablamos de un mercado regulado, ¿estamos hablando del que impulsan los bancos centrales?
Estamos hablando de un país soberano que emite su dinero de una manera digital, que tiene una infraestructura moderna y eficiente para manejar ese dinero digital. Y, después, que las regulaciones ayuden para generar esa confianza en el sistema financiero […] Estamos hablando de tecnología, de regulación, de incentivos y adopción para su uso.
"Lo que estamos viendo ahora son países que están estudiándolo, que están lanzándolo, o que están piloteando [una prueba con estas monedas digitales]".
—¿Para cuándo podemos esperar el uso masivo de CBDC’s?
Es un tema de incentivos. Hoy el efectivo se usa mucho porque tiene poder -sabemos todos- en el punto de venta. El que tiene efectivo es el que tiene más poder. Con las eficiencias que se pueden ganar, con los ahorros que se pueden lograr, [se pueden generar incentivos para masificar su uso]. Si esos ahorros se devuelven como incentivo a la pequeña tienda, al consumidor final, ahí se genera la adopción. Es decir, la infraestructura sola no crea la adopción. Se puede ofrecer más por menos, 2x1, es eso lo que las personas siempre van a buscar.
—El dinero digital regulado, ¿se podría estar utilizando en dos o cinco años?
Primero es la infraestructura. Lo que estamos viendo ahora son países que están estudiándolo, que están lanzándolo, o que están piloteando [una prueba con estas monedas digitales]. Por ejemplo, tienes a Bahamas y a Jamaica en vivo, tenemos a Brasil, México, Chile, y Argentina anunciando que lo van a lanzar a partir del 2024, y otros países estudiando [todavía la situación]. Latinoamérica es la región donde está creciendo la economía digital muy rápido […] y ahora estamos siguiendo la evolución de la forma del dinero para acompañar esta economía digital, pero de una manera inclusiva, porque no puedes crear una economía digital solamente para una parte de la población que tiene una cuenta en el banco. Si ese es el caso, vas a dejar afuera a toda la gente que hoy no tiene acceso a una entidad bancaria.
—Entendidas no como un activo de inversión, sino como un método de pago, ¿las criptomonedas son eficientes?
Antes de hablar de eficiencias, hay que hablar de riesgo. Si hoy, mediante un banco, una persona que le manda dinero a otra y este no llega, el banco debe responder. Y si el banco no responde, se recurre a un juicio. Pero, ¿si mañana le mandas el dinero a alguien y este no llega, a quién llamas?
"“Tokenización del valor” es pasar cualquier valor del mundo físico al mundo digital. Cualquier cosa que tenga un valor, como el dinero".
—Sí, pero en términos operativos, ¿una transacción cripto puede tomar mucho tiempo? ¿Tres semanas?
Eso es el ‘settlement´ […] El ‘blockchain’ es público [y tiene] miles de nodos participando. En el ‘blockchain’, tú mandas de una persona a otra y todos los nodos deben ponerse de acuerdo. Cuando ese consenso se crea, se genera el ‘token’ y es la moneda que paga a todos los nodos. Así se crea el Bitcoin y eso toma mucho tiempo, que puede llegar hasta tres semanas y [el proceso] consume mucha energía. El tema de esto es que es público. Ahora, si tú creas lo mismo pero solamente con 300 participantes, que son los bancos regulados, por supuesto se hace mucho más rápido y mucho más eficiente.
—¿A que llama usted “tokenización del valor”?
“Tokenización del valor” es pasar cualquier valor del mundo físico al mundo digital. Cualquier cosa que tenga un valor, como el dinero. El dinero es valor empaquetado en confianza […] Tú tienes tu dinero en un banco, pero el día que quieres sacar el efectivo y llevártelo a tu casa, el banco te lo debe dar. Esa es la confianza que se crea en el sistema financiero, sabes que tu dinero está ahí y siempre lo puedes tener. Eso hoy está en forma física. [La “tokenización” es] convertir todo eso en un token digital, con un código que sea único para una moneda, por ejemplo, un peso. Además, se puede saber quién el dueño [de ese activo]. Por otro lado está el ‘settlement’ atómico. Esto es, por ejemplo, cuando realizas un pago con un peso a Alex […] Con el sistema financiero actual, que utiliza bases de datos, necesitamos confirmar o ‘matchear’ los datos de una compra. Eso se traduce en costos, tiempos, ‘fees’. En el otro mundo, con el dinero “tokenizado”, eso es atómico y no hay necesidad de reconfirmar o ‘matchear’. Es inmediato y sabemos quién lo tiene en cualquier momento y para qué se usa. Eso es eficiencia, recude costos.
—¿Qué es un token?
Depende de qué estamos hablando. Si es dinero, es el mismo dinero. Pero podría ser un voto. Actualmente, pones en un papel el nombre de una persona, luego muestras tu identificación. Ese papel se pone en una caja, se lleva a un lugar específico, se tabula y después se pone un sistema. Todo eso podría hacerse con una identidad digital atada a tu persona [física]. Se coloca el voto en un ‘blockchain’ y es ‘atomic settlement’ de inmediato. En el segundo sabemos quien, dónde y para qué. Sirve para el dinero, para energía, para votos, para autos. Crea eficiencia en una economía digital. Hoy todo se hace en papel, con movimiento físico. Tenemos este cruce entre una economía tradicional y digital, donde la forma del dinero es lo que está frenando la velocidad [de las nuevas tecnologías].
—¿Nos alejamos de los depósitos?
Siguen estando, pero no en su forma [tradicional], con la ineficiencia que tienen en este momento.
—¿Cuál es tu opinión sobre la relación que tienen las cripto con la corrupción y con lavado de activos?
No soy experto en corrupción y es algo que ustedes leen todos los días y conocen más. Nosotros somos un banco, una entidad privada de unos servicios muy claros, pero académica e históricamente, la forma del dinero no impacta. Es un factor humano, el comportamiento de las personas. La tecnología y su adaptación a la forma del dinero, nos da más visibilidad y control, porque sabemos dónde se está moviendo el dinero, quién lo tiene, en qué momento. En una red regulada, soberana, eso suma, no resta. Cuando vas a una red no regulada, no hay ninguna persona, un gobierno soberano o una entidad que sea el dueño. Vas a tener de todo allí, va a pasar de todo.
—En América Latina, ¿es más probable que se maximice el uso de Pix, el de CBDC’s o que hablemos más de billeteras electrónicas?
Las tenemos todas en Latinoamérica y no es que una va a reemplazar a la otra. Es un tema que depende de donde está el país en su curva de madurez. Hay países que hoy están implementando pagos instantáneos, hay países que están [apostando] por el ‘Open Banking’, hay países que están empujando billeteras electrónicas con códigos QR, leyes de fintech, ciberseguridad, identidad digital […] Con el tiempo, todos los países se van a armonizar. Mientras, los países van a ir por una [solución] o la otra, pero todos por el mismo camino y con el mismo objetivo.