El anuncio del fin de semana pasado acerca del cierre de cuatro unidades mineras en Ayacucho se produjo en medio de una recuperación del empleo minero tras la crisis de la pandemia.
A setiembre de este año, la cifra de trabajadores directos del sector minero—entre compañías y empresas contratistas— ascendió a 241.671, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem). La cifra es mayor incluso que los 209.772 empleos que se generaron en el 2018. Y si bien el nivel de empleos que genera la minería es bajo (1% de la población ocupada en el ámbito nacional), su impacto radica en el efecto multiplicador. Según una estimación del Instituto Peruano de Economía (IPE), por cada empleo directo que genera la minería se generan 6,25 empleos adicionales en el resto de la economía. Con esto, actualmente se podría tener un margen de acción sobre 1,5 millones de empleos.
A ello se suma, explica Miguel Jaramillo, investigador principal de Grade, el alto nivel de productividad por trabajador minero. “La minería en el siglo XXI genera menos empleo del que generaba hace un siglo. Esto tiene que ver con que el trabajo se ha tecnificado y las condiciones de empleo son infinitamente superiores”, explica.
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Coincide con ello Álvaro Monge, gerente general de Macroconsult. “El valor agregado que genera la minería por unidad de trabajo es altísimo para el tamaño de empleo que tiene”, asevera.
Según ha estimado el Ministerio de Trabajo, la productividad del sector minero logró mantenerse durante el 2020 y es 59 veces la productividad de un trabajador del sector agrícola. “El empleo formal que genera directamente la minería es de alta calidad y de remuneraciones más altas frente al promedio de la economía”, acota Monge.
En Ayacucho
El cierre de las unidades mineras operadas por Apumayo, Sami y Compañía Minera Ares habría afectado al 75% del empleo directo que genera este sector en Ayacucho. Según cifras del Minem a setiembre, el empleo minero en esta región superó a los 7.600 puestos de trabajo que se alcanzaron antes de la pandemia.
Sin embargo, el panorama de la región revela un contraste preocupante: solo el 1% de la población ocupada de Ayacucho se encuentra en el sector minero, que es el más productivo. El 55% de la población se desempeña en sectores de menor productividad como la agricultura.
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Empleo temporal
Los 1,5 millones de empleos que puede generar la minería –entre directos e indirectos– es 5,4 veces mayor que los empleos temporales que pudo crear el Gobierno a través del programa Trabaja Perú.
Es por eso que para Jaramillo resulta relevante promover empleos de mayor productividad. “Lo que uno quiere es promover empleos que generen nueva actividad. Esos no son empleos que el Estado pueda generar. El empleo en Lima está un 5% por debajo de lo que era hace dos años”, dice.
Asimismo, Monge considera que ambos empleos no son comparables y se requiere de ambos para salir de la crisis. “La estrategia adecuada es una donde las actividades económicas produzcan en total capacidad y donde se reconozca que existe un espacio para que el Estado cubra el empleo de personas con menor experiencia”, agrega.