Antes de la crisis sanitaria del coronavirus, nuestro país ya representaba una oportunidad para las firmas tecnológicas que brindan servicios financieros, como las fintech. Y con la crisis, fue todavía mejor.
María Laura Cuya, profesora de Fintech de Pacífico Business School, sostiene que la demanda de servicios financieros virtuales que se generó por el confinamiento impulsó la aceleración de la oferta de las fintech.
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Sobre la base de las estadísticas del Centro de Emprendimiento e Innovación de la Universidad del Pacífico (Emprende UP), Cuya precisa que el volumen de transacciones de las fintech, que en el 2019 llegaba a los US$2.000 millones, en el 2021 ya alcanza los US$12.000 millones. “Y nos podemos quedar cortos”, menciona la catedrática.
Cuya explica que las transacciones de las fintech aumentaron debido a que las personas y empresas de perfil ‘antidigitalización’ fueron obligadas por la pandemia a adoptar la tecnología con menos temor.
“Y aún cuando el efectivo sigue siendo el rey en el Perú, existe información que más familias pobres o de la base de la pirámide están abrazando a las fintech como una ventana de oportunidades para tener servicios más eficientes”, anota.
La catedrática menciona que ante la demanda de servicios financieros que generó la paralización de la economía y la necesidad de evitar el contacto físico, en plena pandemia se crearon alrededor de 50 fintech en las diversas verticales o categorías de servicios financieros.
Así, refiere nombres como FinanciaPe, Wauky, tuKompa, Anticipate 24/7, Baldecash, Zaz Perú, instacash, YuPay, QintiTec y sanatudeuda.com, por citar algunas.
“La industria fintech ha tenido un crecimiento exponencial, según las cifras que manejamos hoy. Hemos pasado de 120 fintech en el 2019 a 170, y se seguirán creando porque hay espacio para ellas”, anota Ljubica Vodanovic, socia fundadora de Vodanovic Legal.
De acuerdo con la especialista, las fintech cuentan con modelos de negocios que consisten en brindar servicios financieros como pagos, envíos de remesas, cambio de divisas, créditos, entre otros, mediante la tecnología. El modelo puede ser empleado tanto por firmas especializadas como por la banca convencional.
“En el Perú se habla de fintech reguladas y no reguladas. Un ejemplo de fintech regulada es el caso de Yape, que pertenece a un banco local y brinda el servicio de dinero electrónico”, precisa.
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Categorías
¿Qué categorías de fintech existen en el Perú? La clasificación de las fintech, llamada también verticales, va a depender de la organización que la realice.
A decir de Cuya, por ejemplo, la clasificación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las divide en gestión patrimonial, negocios de activos financieros y mercados de capitales, préstamos y remesas, que incluye divisas, financiamiento colectivo, puntaje crediticio, identidad y fraude, tecnologías empresariales para las instituciones financieras, banca digital o neobancos, seguros, gestión de finanzas personales y gestión de finanzas empresariales.
En el Perú, los segmentos de mayor crecimiento, según Cuya, son los de cambio de divisas, créditos para pymes, pagos de remesas, finanzas empresariales e inversión y gestión de patrimonios, así como el crowdfunding.
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La especialista señala que un sector prometedor es del criptomonedas, que en las primeras 9 semanas de mayo (alrededor de dos meses) logró transacciones en el Perú que superaron los US$16.000 millones.
“Este es un año de consolidación del sector (fintech), en términos de movimiento financiero. No es que hemos explotado en número de fintechs, pero sí en transacciones. En el segundo año, casas de cambio, e-comerce y todo lo que está detrás de la virtualidad han multiplicado en varias veces sus montos de transacciones”, indica Javier Salinas, director de Emprende UP.
Javier Pineda, CEO y fundador de Billex, una fintech dedicada a la compra y venta de dólares por Internet, comenta que en su giro hay más de 50 firmas tecnológicas que compiten. Indica que las fintech han ocupado un espacio bastante grande a raíz de la oferta poco competitiva de la banca y por brindar los mismos niveles de seguridad que esta.
Piñeda sostiene que en el caso de Billex, en su cartera de clientes no solo están las personas, sino las empresas medianas, grandes y corporativas. “Desde el 2017, ya movemos más de S/1.200 millones en volúmenes de cambio”, destaca.
Otra evidencia del espacio que han ganado las fintech es la demanda del servicio de envíos de remesa y transferencia de dinero. A decir de Gastón Fernitz, country manager para Perú de Global66, tecnológica especializada en este negocio, el atractivo del Perú obedece a que ha pasado de ser un país netamente receptor de remesas a emisor. Y esto no solo por la inmigración de extranjeros, sino por la demanda de servicios en el exterior, como por ejemplo el pago de estudios del extranjero, entre otros consumos.
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“Perú es un país interesante porque tiene un incremento exponencial en las transacciones. En setiembre fue el país que más creció para Global66″, dice Fernitz.
Asimismo, otro servicio demandado ha sido el de las pasarelas de pagos digitales para las ventas por Internet. Patricio Quijada, VP Comercial Latam de Kushki, sostiene que la demanda de medios digitales por parte de los comercios, en el Perú, ha crecido a doble dígito por la pandemia. Esto con el propósito de que los comercios no solo puedan vender en línea, sino aumentar sus ventas y aceptar nuevas formas de pago.
No menos importante ha sido la contribución de las fintech en la inclusión financiera.
Cuya, quien también es CEO de Innova Funding, detalla que desde el 2019 su representada, gracias al concurso Rural Fintech Challenge, iniciativa de la Alianza Cr3ce, gestionada por Cedro, con el apoyo de Usaid y Emprende UP, ha desembolsado cerca de S/20 millones a agricultores y cadenas de valor, en la Amazonía, mediante la compra de facturas o recibos por honorarios.
“Les hemos ayudado [a los agricultores y cadenas de valor] a multiplicar su facturación por cuatro y su capacidad instalada hasta por 8. Los hemos financiado por S/400 millones a nivel nacional”, indica Cuya.
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Pero en esta expansión de las fintech, la banca no ha estado ajena. Denisse Cuéllar, gerente de Ecosistema extendido del BCP, precisa que las fintech del banco, así como en las que participa el Grupo Credicorp, como Yape, Coco$ y LucaS/, tyba, Culqi y Wally, han permitido aumentar la oferta de servicios financieros, mejorar la experiencia de los clientes y la inclusión financiera.
A su turno, Aurora Otoya, líder de Open Innovation BBVA Perú, señala que el banco y su matriz trabajan en alianzas con las fintech para acceder a soluciones innovadoras. Menciona que en la actualidad trabajan con Kontigo y Alfi, y recientemente acaban de traer al Perú a Openpay, una fintech especializada en el desarrollo y comercialización de plataformas de pago, que el Grupo BBVA adquirió en México.
Así, la industria se proyecta bien para los próximos años. De acuerdo con los expertos, el 2022 será el año del ingreso de nuevas fintech y de la consolidación de las que ya operan en el país.
“Se viene un 2022 con nuevos productos. Más empresas [fintech] para desembarcar en el Perú. Existe la expectativa que más fintech puedan desembarcar en el país. Esto es muy bueno, porque puede generar cantidad de empleo, además de la llegada de más competencia para el peruano de a pie”, concluye Fernitz.
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