Christian Silva

En enero continuó mejorando la confianza de los consumidores de la capital peruana por el y una mejora del mercado laboral, aunque sobre todo del .

Justamente, el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca) para Lima Metropolitana, que elaboró Apoyo Consultoría junto a Ipsos, se ubicó en el primer mes del año en 41,5 puntos, cifra que supera los 40 puntos de diciembre de 2023.

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El nivel de enero es uno de los más altos que se registran en el Indicca desde la pandemia, apuntó José Carlos Saavedra, socio y economista principal de Apoyo Consultoría. Los otros meses fueron enero, febrero y julio del 2023, cuando el indicador estuvo cercano a los 42 puntos y fueron previos a que los impactos de la conflictividad social y los fenómenos climatológicos “sean más contundentes”, respectivamente, en la generación de empleo y la situación económica de las familias peruanas, añadió.

Factores

Como señala el informe del Servicio de Asesoría Empresarial (SAE) de Apoyo Consultoría de enero, el crecimiento en la confianza del consumidor se debe a tres factores: el aparente reflejo de la menor inflación en la percepción de los consumidores, la recuperación del mercado laboral en la ciudad metropolitana y el hecho de que ha mejorado la perspectiva de las personas sobre su situación económica para los siguientes doce meses.

Respecto al primer punto, según el reporte, ha caído de 90,4% en diciembre a 87,7% en enero el porcentaje de consumidores encuestados que considera que los precios están más altos. De otro lado, creció la cantidad de personas que perciben precios más bajos, pasando de 9,6% en diciembre a 12,3% en enero.

Estos niveles no se habían visto en más de dos años, indicó Ana Lucía del Río, miembro del SAE. Justamente, el dato de la inflación anualizada de enero, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), fue de 3,02, bordeando el rango meta -de 1% y 3%-.

Indicca de enero. Infografía: Antonio Tarazona.
Indicca de enero. Infografía: Antonio Tarazona.

Ello ya ha sido percibido de forma generalizada en todos los niveles socioeconómicos de Lima Metropolitana, por lo que existe la posibilidad de que esta mejora se consolide en los siguientes meses, añadió.

En el segundo factor, el mercado laboral, casi un 48% de consumidores cree que hay más posibilidades de encontrar un empleo en la capital, superando al 44,5% de diciembre.

Sin embargo, precisó el reporte, esto tiene una relación con el aumento del subempleo, por lo que no implica una mejora significativa en la disponibilidad de puestos laborales de calidad.

Saavedra consideró que puede mejorar la percepción de encontrar un empleo si hay un mayor dinamismo del mercado laboral, en especial el formal y el adecuado.

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Esto también se podría notar en una mejor situación económica dentro de los hogares limeños, dado que habría una mejor remuneración laboral y beneficios adicionales. “Esperemos que todo esto suceda, muy gradualmente, durante la segunda mitad del 2024″, agregó el economista principal de Apoyo Consultoría.

Justamente, ello se podría traducir en un impacto significativo en el tercer factor, la percepción de los consumidores sobre su situación económica a 12 meses, que tuvo un aumento de 41,1% a 43,7% en el porcentaje en la perspectiva favorable.

Próximos meses

Con todo ello, ¿qué se puede esperar para este año? Con una disminución en la inflación, el empleo formal en recuperación hacia el segundo semestre y las menores probabilidades de que ocurra un Fenómeno del Niño de fuerte intensidad, hay la probabilidad de que esta tendencia de mejora continúe en el 2024, de acuerdo con el informe del SAE.

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Pero para considerar que esta tendencia llegue a un “punto medio” entre el terreno optimista y el pesimista, va a depender de cómo actúan los distintos factores cruciales, sostuvo Saavedra, como una inflación ubicada por debajo del 3%, la consolidación de un escenario de El Niño débil o moderado, y, esencialmente para generar confianza en el consumidor, la estabilidad política sin violencia social.

Esto generaría un clima favorable para que pueda ‘rebotar’ la inversión privada y el empleo formal, y para que continúe recuperándose la capacidad adquisitiva”, expresó el especialista.

La probabilidad de que se llegue al tramo optimista dependerá de que el país tenga un mayor crecimiento económico frente a lo registrado en los últimos años, lo que requerirá que haya un enfoque proactivo que favorezca a una agenda de procompetitividad, en donde haya un mayor control de los riesgos institucionales que en la actualidad, precisó.

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