Días atrás la peruana C Coorp anunció su intención de invertir U$50 millones para implementar la primera industria nacional del cáñamo (cáñamo común), variedad de cannabis empleada desde tiempos inmemoriales en la fabricación de textiles, cuerdas y lienzos, y que carece de componentes psicoactivos.
Objetivo del ‘holding’ es confeccionar polos y uniformes de trabajo ‘made in’ Lambayeque para su exportación, debido a que en el Perú no existe una regulación para la industrialización este cultivo, como sí ocurre en países cercanos, por ejemplo, Colombia y Uruguay, donde hay más de 160 empresas dedicadas a esta actividad.
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Precisamente, para allanar este obstáculo, el congresista Arturo Alegría presentó ante la Comisión Agraria del Congreso de la República, el proyecto de ley 3962/2022-CR que busca promover la reactivación económica mediante el cultivo e industrialización del cáñamo.
La propuesta recibió opiniones favorables de los miembros de la comisión, la ministra de agricultura, Fabiola Muñoz, y funcionario del Produce.
Esto, en el ánimo de ‘dar una oportunidad al cáñamo no sólo como cultivo alternativo, sino como medida de desarrollo u oportunidad para la economía del país’, señala Alegría.
Y, sobre todo, apunta el congresista, para quitar el estigma que se tiene a la planta de cáñamo, dejando en claro que ‘el cáñamo y la marihuana son productos diferentes’.
De hecho, existe una diferencia sustancial entre la cannabis sativa sativa o cáñamo común, planta utilizada en la fabricación de papel, cuerdas, ropa, bioplásticos y margarinas, y la cannnabis sativa indica, de la cual se obtiene la marihuana y el hachís.
‘Son plantas que no crecen juntas porque si una planta de marihuana se infiltra en un plantío de cáñamo, contamina todo el cultivo y lo dejaría en proceso de ilegalidad’, precisa Alegría.
MESA TÉCNICA
El proyecto presentado por el congresista busca poner en valor la frontera agrícola peruana y, de forma particular, las zonas costeras del norte porque ‘son las tierras más fértiles y adaptables para la industria del cáñamo’.
El congresista apunta que el cáñamo puede ser usado para transformar las plantaciones de arroz, que son un producto con sobreoferta, y convertirlos a esta variante del cannabis, que tiene una sobredemanda enorme en el mundo.
Raúl Injoque, director de Desarrollo de Negocios de Futura Farms, empresa implicada en la utilización del cáñamo en todas sus variantes, apunta que el mercado mundial de esta planta genera alrededor de U$4 mil millones anuales y se piensa que crecerá al menos cinco veces más.
Alegría señala que en los próximos días se instalará una mesa técnica de trabajo con participación del sector privado, público, la sociedad civil y la academia, para discutir el proyecto de industrialización del cáñamo.
‘Tenemos el compromiso del Produce y de la ministra de Agricultura. Nos falta invitar a los ministerios de Justicia, Comercio Exterior y a Salud’, señala. La idea, anota, es generar un predictamen en el Congreso que cuente con el aval y el convencimiento del Ejecutivo.