Las fuertes lluvias -influenciadas por la presencia del ciclón Yaku en el litoral- que azotan al norte del país desde la semana pasada no solo están afectando vidas y la infraestructura regional, sino también causando estragos en muchas viviendas y pequeños negocios locales. En particular en Piura, Lambayeque, La Libertad, y ahora Áncash.
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Es así que tal como reporta Rodolfo Ojeda, presidente del gremio de la pequeña empresa de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), los más pequeños negocios del sector comercio están sufriendo también las consecuencias de la furia de la naturaleza, aunque con distinta intensidad.
“En ciudades como Tumbes, Chiclayo y Piura, que venían con un comportamiento comercial bastante dinámico, hoy se han frenado. Por ejemplo, las ventas del comercio minorista, de la producción económica del norte, han decrecido alrededor de 30% desde que empezaron las lluvias”, nos comenta Ojeda. En particular las pequeñas y microempresas vinculadas al sector comercio, servicios y negocios como salones de belleza, bodegas.
Según Javier Bereche, presidente de la Cámara de Comercio de Piura, la demanda para los servicios de pequeñas y micro empresas -como las bodegas, tiendas o restaurantes- cayó significativamente. Esto no solo porque hay negocios que se han visto afectados, sino porque la gente procura no salir de sus casas.
En el caso puntual de las bodegas, Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú (ABP), comenta que la situación en las principales ciudades no han tenido efectos muy graves, pero los problemas más importantes sí se han presentado en las bodegas rurales, en las ciudades más pequeñas y centros poblados. “Las bodegas también se han inundado. Algunos socios lo han perdido todo, lamentablemente”, sostiene.
Actualmente, la asociación se encuentra recopilando información y cuantificando las bodegas afectadas y otros daños relacionados. Asegura que están preocupados, ya que en ciertas zonas impactadas no han tenido mucha comunicación con sus socios. Pero, dice, esperan que en el transcurso de las horas se regularice la comunicación.
Además, se observa también un impacto en otros sectores como transporte y el sector agrícola, que también se ven perjudicados, destacan desde la CCL. Los cultivos como el limón o el arroz, entre otros, están inundados o presentan algunas afectaciones.
El mayor impacto de las lluvias, explica Ojeda, ha tenido lugar en las plazas de Piura, Chiclayo, Trujillo y Chimbote. En estas, el sistema financiero reporta que clientes y no clientes han sufrido daños materiales tanto en sus viviendas como en sus negocios, lo que ha generado una menor actividad comercial y bancaria.
De acuerdo a Bereche, en el caso de Piura, esto tendrá un efecto económico en el PBI de la región, que se estimaba sería 3% en marzo. Ahora, la cifra llegaría a 1%. “Dado el encarecimiento de la cadena de suministros y la inflación de 23% en la segunda semana de marzo que encarece la canasta familiar. Además de la ralentización del turismo, que el 80% de turistas llega a las playas vía terrestre”, detalla.
Por el lado de la Asociación de Bodegueros, indican que lo que sí ya se está empezando a observar, en particular en Lima como efecto de las lluvias en el norte del país, es el encarecimiento de algunos productos básicos como limones, huevos, arroz, entre otros. Si bien hay un impacto en los fletes, ante los embates de las lluvias en las carreteras de estas regiones, hoy por hoy hay también un componente de especulación.
“Precisamente, son estos productos frescos los que componen el 25% de la venta de las bodegas. En particular desde la pandemia, cuando las bodegas se volcaron a vender más productos frescos. Afecta al ticket promedio de la venta. La gente no suele compra un kilo [de un producto particular] en la bodega, sino un cuarto, que es la compra más frecuente”, anota.
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En tanto esto sucede, Bereche, de la Cámara de Comercio de Piura, indica que las medidas que se toman en el norte del país son muy reactivas y “que se puede ver que no hubo una reconstrucción con cambios”:
Incertidumbre y cautela
De acuerdo a Ojeda, dentro de las empresas existe un temor generado por todos los costos extra que se necesitarían para protegerse de los efectos de estas lluvias y desbordes originados por el ciclón Yaku, ya que las empresas tienen que prevenir la inversión destinada a la protección de sus actividades a lo largo del año.
En ese sentido, la afectación económica del norte por las lluvias está afectando incluso a las entidades financieras, ya que la gente no va a solicitar ningún crédito por la incertidumbre. “Las pequeñas empresas que necesitan inversión no se atreverían a solicitar créditos para la campaña de invierno ante un posible Fenómeno El Niño Costero en los próximos meses (lo que elevaría la temperatura en invierno). Los pequeños negocios lo están pasando mal, primero la situación política, la situación social y ahora la climatológica”, apunta a Día1 Ojeda.
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Para el empresario, los pequeños negocios están ahora en una ventana de transición, ya que cuando hay incertidumbre , bajan las ventas y las inversiones se paralizan. A nivel de los micro y pequeños negocios, Ojeda indica que estas dos o tres semanas que vienen estarán observando cómo evoluciona el clima para definir sus inversiones.
Por su parte, John Sarmiento, gerente de servicios corporativos de la Federación de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC), afirma que en las cajas hay una preocupación por el comportamiento de los clientes afectados para que no se rompa la cadena de pagos. No por el lado de los negocios en sí mismos, sino por aquellas familias que tienen sus propios emprendimientos.
“Estamos arrastrando una situación compleja. La pandemia; luego la convulsión social, que echó a perder la campaña de navidad y la escolar. Y ahora se suma el componente climático. Esto no durará todo marzo, probablemente lo tendremos una semana más y esperemos no tenga un impacto como el de El Niño Costero del 2017, ya que la afectación mayor es para los microempresarios”, sostiene.
De acuerdo a Sarmiento, durante la convulsión social, se rompió la cadena de pagos en un 50% en las zonas más complicadas. “Esperamos que este nuevo contexto no tenga el mismo impacto. Este es un golpe adicional que hace más difícil la recuperación de la microempresa”, afirma.
El 30% de la cartera de las cajas a nivel nacional se encuentra en las provincias del norte del país. Esto es La Libertad, Tumbes, Piura, Lambayeque y Áncash. En el caso de Caja Piura, Caja Sullana o Caja Paita, tienen un 40% de su cartera en las zonas más afectadas, por lo que lógicamente esta situación va a impactar en el comportamiento de pago de sus clientes.
A nivel de sectores, indica que uno de los más afectados en este momento es el agro, tanto por los cultivos inundados como por no poder trasladarlos, en algunos casos.
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En este contexto, Sarmiento comenta que así como se reunieron con la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) para revisar los lineamientos y alternativas ante los impagos en la región sur por los bloqueos y la convulsión social en los meses anteriores, ahora tendrán una nueva reunión con la SBS para ver cómo mitigar los impagos que se puedan dar ante los efectos que tienen las fuertes lluvias, a través de reprogramaciones. El ejecutivo indica que la reunión se dará esta semana.