Ha pasado poco más de un año desde que los octógonos de advertencia aparecieron en los empaques de los productos industrializados- que superaran los parámetros técnicos del Ministerio de Salud (Minsa)- para informar al consumidor peruano si son altos en sodio, en azúcar, en grasas saturadas o si contienen grasas trans, en el marco de la Ley 30021 o también denominada Ley de alimentación saludable. ¿Cuál es el balance de este primer año?
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De acuerdo a Francisco Luna, country manager de la consultora Kantar división Worldpanel, en los primeros seis meses desde que los octógonos entraran en vigencia, el consumo de los productos con sellos tuvieron una caída del 11%, en particular productos como galletas, embutidos, gaseosas, helados.
Para este año, el especialista estima que estos indicadores se van a mantener y que hasta podría haber una ligera mejora, dado que el consumidor se está acostumbrando a estas advertencias y a que muchas marcas aceleraron sus reformulaciones. “La industria inició un proceso rápido y eso provocó que veamos menos sellos en los empaques. La mayoría de productos hoy tiene solo uno”, menciona. No obstante, precisa que muchas cosas han cambiado también con la pandemia, cuando para el consumidor el abastecimiento ha sido más importante antes que mirar un octógono.
Alexandro Saco, director de Promoción de la Salud del Minsa, sostiene que el balance ha sido exitoso porque se ha logrado colocar en el imaginario colectivo la necesidad de una adecuada alimentación. “Diferentes consultoras resaltan cambios de comportamiento en el consumidor al momento de adquirir productos industrializados, por lo que es importante continuar con diferentes acciones intersectoriales e intergubernamentales en esa línea”, precisa. A su vez destaca que, de acuerdo a Ipsos Perú en enero de este año, el 37% de peruanos afirma que el impacto de los sellos ha sido alto en la decisión de compra del consumidor.
En tanto, Gonzalo Bernal, abogado del estudio Echecopar quien siguió de cerca la normativa, considera que la evaluación del año es complicada porque la norma presentaba deficiencias, que ocasionaron muchos cambios en el camino, y falta de claridad. Desde su posición, partió de parámetros mal diseñados que generaron, en un primer momento, “una invasión de octógonos”.
Doryan Zea, presidente del Comité de bebidas y alimentos de Ádex, señala que esta disposición terminó afectando a las empresas pequeñas, a quienes les ha costado más adecuarse debido a los costos y a la menor rotación de sus envases, razón por la que muchas continuaron con el etiquetado manual (con adhesivos). Las inversiones para alcanzar el etiquetado necesario por solo un tipo de producto, asegura, supera los US$2500.
En tanto, para Crisólogo Cáceres, de la Asociación Peruana de Consumidores (Aspec), ha pasado tiempo más que suficiente para adecuarse, los octógonos llegaron para quedarse”, afirma.
En cuanto a lo que se viene a nivel de los octógonos, desde el Comité de bebidas y alimentos de Ádex resaltan que si bien la pandemia ha hecho que la industria piense en el corto plazo, hay dos posturas: buscar cumplir con lo mínimo indispensable de estas normativas, que irá reduciendo la cantidad de nutrientes críticos a futuro, y la otra respecto a ver certificaciones de los productos nuevos que vayan lanzando (como libre de gluten o alergenos) como iniciativa propia. Lo último les permitirá estar un paso adelante como empresas.
MODIFICACIONES Y MEJORAS
De acuerdo a Zea, el gremio envió una carta al anterior ministro de salud solicitando la ampliación de plazo para la aplicación de adhesivos con las advertencias publicitarias a que se refiere el numeral 8 del Manual de Advertencias Publicitarias aprobado por D.S. N° 015-2019-SA, detallando varios argumentos. Algunos de ellos fueron que las empresas de alimentos no están alcanzando su proyección de ventas locales en lo que va del año, lo que afectó su liquidez para la producción de nuevos envases o etiquetas.
Así, el mes pasado, el Minsa decidió ampliar el plazo para el uso de adhesivos con las advertencias publicitarias (octógonos) en los envases hasta el 30 de junio del 2021. No obstante, Saco precisa a este Diario que esta modificación se dio únicamente para los productos importados. Para esta ampliación, detalla, se tuvieron en cuenta algunos factores como las solicitudes de las empresas importadoras que informaban que los fabricantes no les aceptaban hacer una producción diferenciada para el mercado peruano y a que la pandemia paralizó las conversaciones que sostenían sobre este tema.
Este 2020 también marcaba que las bodegas deben tener solo productos con el etiquetado correspondiente en sus tiendas, ya que hasta el año pasado se les permitía aún la venta de productos sin sellos debido al stock que les quedaba. A diferencia del canal moderno, las bodegas no siempre compran directamente al fabricante, anota Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodeguero.
“Ahora ya todas las bodegas tienen productos con octógonos, lo único que se dio en estos meses fue el proceso de adecuación”, comenta. En cuanto al impacto de los sellos en sus ventas, refiere que no hay una medición en este canal, ya que hubo otros factores que han influido en las ventas, como la contracción que arrastra el consumo y la pandemia. Desde la Asociación de Bodegueros cuentan que realizarán, para fin de año o el próximo, acciones relacionadas a los octógonos. Por ahora no lo hacen por la emergencia sanitaria.
Desde el Minsa, reconocen que hay algunas mejoras que tienen en agenda, luego de este primer año. Sobre todo en relación a fortalecer la vigilancia y la fiscalización continúa, promover políticas y programas de prevención de obesidad de manera intersectorial e implementar campañas educativo comunicacionales y un sistema de acompañamiento a las pequeñas empresas. Asimismo, Saco adelanta que incorporarán en los alcances de la ley a productos que aún no están obligados de llevar octógonos pese a superar los parámetros.
PROYECCIONES DE CONSUMO
A causa de la crisis sanitaria y sus restricciones, la industria alimentaria estuvo dos meses al 50% de sus niveles de atención, cuenta Zea. No obstante, estima que entre septiembre a octubre las empresas ya estarán en la capacidad de vender al 100% como antes de esta coyuntura, entre otras razones porque se irá normalizando el consumo.
“A nivel de demanda, todo lo que haya sido para productos dentro de casa, duplicaron ventas y hasta más durante la cuarentena, pero ahora estamos notando que la demanda está bajando”, explica.
Luna, de la consultora Kantar, agrega que a causa de la cuarentena algunas canastas empezaron a crecer, como la de alimentos, que años atrás arrastraba una caída en categorías como arroz o leche. La explicación, además del confinamiento, va aunado a que durante los primeros cinco meses del año hubo también un flujo de dinero adicional que recibieron los hogares. “Hemos vivido con un oxígeno irreal, desde retiro de CTS, AFP y subsidios que se destinaban a alimentación”, explica. Para el segundo semestre, entonces, se vería el escenario real.
En esa línea, menciona que si bien existe una tendencia hacia un consumo saludable que se impulsa con lo octógonos y con la tendencia hacia productos más sanos para hacer frente a la enfermedad, Luna recuerda que cuando el bolsillo aprieta, la salud queda de lado.
Según estima la consultora, este 2020 el consumo cerrará ‘flat’; es decir, no crecerá y, en el mejor de los casos, podría tener un crecimiento muy marginal.
DATOS
- El Ministerio de Salud a través de la Oficina de Procuraduría Pública ha interpuesto el recurso de apelación ante la Comisión de Eliminación de Barreras Burocráticas (CEB) del Indecopi, ante resolución que indicaba que el Minsa carecía de competencia para regular la publicidad para la exigencia de los octógonos de la Ley de Alimentación Saludable en la publicidad. Para Gonzalo Bernal, del estudio Echecopar, habrán más denuncias de este tipo por parte de las empresas.
- Al margen del etiquetado de octógonos que los alimentos procesados llevan desde mediados del año pasado, un proyecto de ley que se viene debatiendo en la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso actual propone un nuevo etiquetado, donde se precise el país de procedencia de los productos alimenticios. Por el momento, en predictamen se ha restringido a productos procesados.