La conflictividad social, lo otra cara de la moneda de la actividad económica, sale a relucir con todos sus tintes grises en Ica, La Libertad, La Oroya y el Corredor Minero. Ante ello, otros temas con importante trasfondo social se han visto opacados, como es el caso de la propuesta del Ministerio de Energía y Minas (Minem) para agilizar la ‘consulta previa’ en minería.
Se trata de una iniciativa que ha hecho sonar las alarmas de los colectivos sociales, pues trae como novedad el reemplazo de la consulta previa por el ‘acuerdo previo’ en la etapa de exploración minera.
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De acuerdo a Jaime Gálvez, titular del Minem, la medida tendrá como efecto “agilizar el diálogo intercultural” y reducir el timeline de la consulta previa, de 1 año a 6 meses en la instancia exploratoria.
A ese fin, señaló que su portafolio prepara una “propuesta del acuerdo previo” que será pre-publicada en enero del 2021. ¿Qué contiene y cómo se origina esta iniciativa?
COMISIÓN MINERA
Cuando la propuesta del Minem fue hecha pública, muchos supusieron que se trataba de una idea pergeñada en el seno de la Confiep.
“La iniciativa del ministro Jaime Gálvez es una de las propuestas presentadas por la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP) en su Agenda de Reactivación 2020”, escribió Juan Carlos Ruiz Molleda, abogado del Instituto de Defensa Legal (IDL).
Y es cierto. La Confiep plantea reemplazar la consulta previa por el acuerdo previo. Pero lo hace siguiendo las recomendaciones de la Comisión para el Desarrollo Minero Sostenible (CDMS), equipo variopinto de investigadores al que el gobierno de Martín Vizcarra encargó redactar un informe con propuestas para mejorar la percepción del sector minero.
Una de ellasaconseja impulsar el modelo de ‘acuerdo previo’ entre comunidades indígenas e inversionistas, como una alternativa válida que “cumpla las exigencias de la consulta previa (…) con un acompañamiento del Estado en el proceso”.
Esa es la sugerencia que el Minem ha hecho suya y que se encuentra afinando antes de consensuarla con el Ministerio de Cultura y los representantes de los pueblos originarios.
Su objetivo, sin embargo, no es aplicar el nuevo mecanismo en este gobierno sino dejarlo “para la evaluación del próximo”, comentó a Día1.
Pero ¿qué piensan los actores del sector sobre este propuesta? ¿Y que implica esta?
ACUERDO VERSUS CONSULTA
“El acuerdo previo es, básicamente, el convenio que una empresa minera entabla con una comunidad campesina para entrar a explorar al campo”, indica Rafael Lengua, experto en minería del estudio Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU).
Se trata, en otras palabras, de un permiso de uso del territorio, que es el primer acuerdo de carácetr social que los exploradores mineros pactan cuando inician un proyecto.
Sin él, explica el geólogo Miguel Cardozo, las compañías explordoras no pueden hacer nada, ni perforar, ni levantar un mapa ni excavar una trinchera.
“El hecho de que estemos explorando implica que ya tenemos acuerdos con las comunidades para acceder a sus terrirorios”, señala el presidente de la junior Alturas Minerals.
Para la CDMS queda claro que que este permiso es equiparable a la consulta previa en la etapa exploratoria, y es por ello que aconseja aplicarlo con acompañamiento del Estado a fin de “evitar duplicaciones innecesarias y costosas” de los procesos de diálogo.
“La lógica es que si una comunidad ya tiene un acuerdo con una empresa en la fase de exploración no debe exigírsele también que pase por una consulta previa”, anota Lengua.
Ana Leyva, especialista en consulta previa de CooperAcción, considera, por el contrario, que ambas figuras son muy distintas y no pueden ser intercambiables.
“La consulta previa es un acto administrativo del Estado que evalúa el impacto que va a tener un proyecto en una comunidad campesina, mientras que el acuerdo previo es un convenio privado por el uso de la tierra”, señala.
En su opinión, si el Minem intenta reducir la consulta previa al uso de tierras estaría invisibilizando los impactos que puede generar el proyecto. El resultado, advierte, sería la desprotección de los derechos de los pueblos indígenas.
Los especialistas consultados para este informe divergen en el tema del acuerdo previo, pero concuerdan en un punto: que la consulta previa no cumple con su objetivo de preservar los derechos de las comunidades indígenas, porque se aplica en tramos del ciclo de vida de un proyectos en los que la población no puede consultar impactos trascendentes.
CONSULTA A DESTIEMPO
Para entender eso, es necesario saber que la consulta previa en minería se realiza en dos momentos específicos: antes del inicio de la exploración y antes del inicio de la explotación.
Es decir, cuando la empresa minera no sabe aún qué va a encontrar, y cuando ya ha ha recibido la aprobación de todos sus permisos ambientales y no cabe que las comunidades se pronuncien al respecto.
Por eso Miguel Cardozo considera que el mejor momento para implementar la consulta previa es cuando el proyecto obtiene viabilidad económica y no ha obtenido aún los permisos de construcción.
“En exploración, la mayor parte de los proyectos que obtienen un acuerdo con las comunidades se abandonan muy pronto. De 1.000 prospectos, 100 entran a perforación y sólo 1 se convierte en mina. Ese debería ser el único proyecto en que se haga consulta previa”, declara Cardozo.
En opinión de Ana Leyva el momento adecuado debería ser antes de la aprobación del EIA, que es cuando “se discuten condiciones ambientales y sociales importantes para las comunidades”.
Un ejemplo puntual es el del proyecto cuprífero Coroccohuayco (Cusco), paralizado ad portas del inicio de su construcción por la población de Espinar, indignada porque no se le consultó cambios relevantes en el EIA, como el reasentamiento de parte del poblado.
“Coroccohayco es un caso emblemático porque pone en tela de juicio el momento oportuno de la consulta previa”, anota Leyva.
El Minem ha concluido 26 procesos de consulta previa desde el 2015 y tiene en curso otros 8, entre ellos, los de Coroccohuayco y San Gabriel (Moquegua), que deberían ser las nuevas minas de cobre y oro del Perú.
Para la minería es vital que estos y otros proyectos avancen lo más rápido posible, aprovechando la ventana de altos precios del cobre y oro, que están en su mejor momento en muchos años.
“Eso va a generar un boom en la exploración minera, que es un sector que reacciona rápido a los precios de los metales”, advierte Lengua.
Eso no se va a lograr, sin embargo, con consultas previas mas hechas. “Si no se hacen bien las cosas, siempre habrá conflictos”, anota Leyva.
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