Agrobanco: ¿Cuál es el plan de fondo para reactivarlo?

Tras un 2018 de incertidumbre sobre su devenir, el Banco Agropecuario (Agrobanco) se ha trazado un plan estratégico para retomar y acelerar los desembolsos de no más de 15 UIT (S/63 mil) en agricultores cuyas ventas no superen las 100 UIT (S/420 mil).

En efecto, este fue el target que estableció el Ejecutivo mediante la Ley 30893 de fortalecimiento de la entidad que hoy concentra alrededor del 60% de su cartera morosa en unas cincuenta empresas. Se trata de préstamos que aún están en su mayoría en proceso de cobranza judicial. El resto de la deuda está vinculada al sector cafetalero. Transferida en diciembre último al Fondo Agroperú, Agrobanco —como su administrador— comenzaría a cobrarlas en el 2023, cuando se vence el período de gracia del que gozan. ¿Cuál es el plan de fondo? Entrevistamos a la economista Lorena Masías, quien en julio último asumió la presidencia del directorio del banco.

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—¿Cuál ha sido el desempeño de Agrobanco este año?

Desde el último año el banco está concentrado en prestar al agricultor agropecuario que no tenga más de 100 en ventas anuales, con préstamos de no más de 15 UIT. Dentro de este ámbito de acción, el banco ha prestado 11.820 créditos por S/84 millones entre enero y octubre pasados. Es un 35% más en número de créditos respecto al mismo período el año pasado. Del total, el 29% van para el sector pecuario y el resto (71%) para el sector agrícola. Entre los principales cultivos financiados tenemos arroz, papá, maíz, palto, cacao, mango y caña de azúcar. Se han dado en Lambayeque, Piura, Cajamarca, Áncash y Huánuco. La distribución (por regiones) toma en cuenta el Plan Nacional de Cultivos del Ministerio de Agricultura (Minagri) en base a la demanda de los agricultores.

—¿Cuál es el estado de la deuda no minorista (empresas)? ¿En qué estado está su cobranza?

La cartera de Agrobanco tiene un saldo de deuda de S/865 millones, de los cuales S/554 millones corresponden a la cartera no minorista (agricultores medianos). De estos, el 96% es cartera de alto riesgo. Ha habido repagos, pero nos queda la cartera dura. La mayor parte está en cobranza judicial (entre 454 y 504 millones) y proceso concursal (entre 50 millones y 100 millones). Estamos haciendo seguimiento a estos créditos.

—En el 2018, Agrobanco reveló que al menos 52 grandes empresas tenían alrededor del 60% de la deuda del banco. ¿Cuántos clientes no minoristas han saldado su deuda?

Tengo la data para los 35 principales clientes. Se desembolsó S/565 millones hasta antes del 2017 y a octubre del 2019 estos clientes han realizado pagos por la suma de S/272 millones. De estos, S/177 millones corresponden a capital y S/95 millones a intereses. Son 8 clientes que ya han saldado sus cuentas y 1 está por pagar.

—Declaró a El Peruano que el pago se venía ejecutando de manera lenta. ¿A qué se debe dicho ritmo de pago?

Cuando uno entra a procesos de cobranza judicial, la cobranza no es tan rápida. Pero que se va a hacer la cobranza, se va a hacer. Dentro de las proyecciones que tenemos estamos estimando que para el 2021 ya debemos de tener ejecutada en buena cuenta la cobranza a no minoristas.

—¿En qué medida?

Para el 2020 y el 2021 estamos estimando que debemos estar cobrando S/250 millones adicionales, entre un 50% y 60% del total que se debe. Es un monto cercano a los S/400 millones que aún está pendiente de cobro. La mayor parte debemos estar cobrándola en el 2021. Los procesos judiciales van madurando y se van obteniendo resultados.

—¿Qué impacto tiene esta lentitud en su plan estratégico de colocación de créditos a pequeños productores?

Hemos trabajado un plan de colocaciones. En el 2018 el programa de desembolsos fue pequeño comparado a lo que había tenido (el banco en el pasado) en parte por la inestabilidad del banco. Se detuvo de manera temporal el desembolso de créditos. (El desembolso) ha ido creciendo mientras se fortalecen los procesos internos y de cobranza del banco. En base a este fortalecimiento de créditos en curso y las recuperaciones que estamos consiguiendo, tenemos un programa de desembolsos que para el 2019 es de S/121 millones que va a ir incrementándose hasta alcanzar S/512 millones en el 2024. Las recuperaciones van a financiar el programa de desembolsos para los siguientes cinco años.

—¿Se apoyan solo en esta estrategia?

Este programa de desembolso va a generar ingresos, de tal manera que el banco pueda volver a tener utilidades hacia fines del próximo año. Con este programa de desembolsos —con las recuperaciones y dados los gastos que tenemos— estamos proyectando que hacia fines del próximo año ya entremos en utilidad. Para todo el año (2020) va a ser un equilibro financiero de 0 y para el 2021 ya tener utilidades.

—Este año registraban S/59 millones de pérdidas.

Sí, la mayor parte de las pérdidas están explicadas por gastos de provisiones. En el 2017 tuvimos S/271 millones de gastos de provisiones y pérdidas de S/340 millones. En el 2018, S/209 millones de gastos de provisiones y S/131 millones de pérdidas. Para este año, hasta octubre pasado tenemos S/36 millones de gastos de provisiones y S/59 millones de pérdidas.

—El año pasado tras la discusión sobre la continuidad de Agrobanco como banco o como fondo, comenzó la reestructuración del banco. Según supimos este proceso supuso despidos y reducción de agencias. ¿Cuánto necesita crecer el banco para crecer en las colocaciones que proyectan?

El año pasado, cuando estaba esta discusión y el banco estaba en proceso de reestructuración, se dio la reducción de personal dadas las pérdidas que tenía. El banco creció de manera desordenada. En el pico, tenía S/1.600 millones de crédito, que ha ido reduciéndose. A la par de eso, el banco ha tenido que reestructurarse y despedir personal. Hay que retomar el crecimiento del banco, pero enfocado en el pequeño productor. El modelo de negocio tiene que ser adecuado a ellos. Es necesario tener oficiales de negocios que puedan hacer las colocaciones y las cobranzas. También hay que evaluar la red de agencias para que responda a la demanda de los pequeños productores y las necesidades de recuperación de créditos del banco. Hay que desarrollar un nuevo modelo de negocio que responda a las necesidades del pequeño productor y evaluar la estructura de gastos y se adecúe a ellos. Es un trabajo que se está haciendo. Hay que preparar al banco para que sea sostenible.

—¿Cómo van a crecer orgánicamente?

El plan de crecimiento está basado en mejorar la productividad del oficial de negocios. Lo que estamos evaluando es que los niveles están por debajo del promedio de la industria. Esto no implica aumentar personal, sino trabajar con ese oficial para que pueda aumentar el número de colocaciones y de esa manera tener el sustento para crecer. Por ahí va el énfasis. Adicionalmente, hay que hacer una evaluación constante para asegurar que las oficinas están en los lugares que nos van a posibilitar cumplir con el plan de colocaciones que tenemos (proyectadas). Sí, es un trabajo enfocado en la eficiencia operativa.

—¿Dentro del plan de colocaciones van a enfocarse solo en la selva y la sierra?

Permíteme aclarar. En el marco de la Ley de fortalecimiento del Agrobanco publicada en diciembre del año pasado se creó el Fondo para la Inclusión Financiera del Pequeño Productor Agropecuario (FIFPPA), que reduce el costo del crédito al pequeño productor (asciende a S/100 millones) El Minagri está más interesado en fomentar los cultivos permanente versus los de corto plazo, en proveer un poco más de recursos en la sierra y la selva versus la costa y promover la asociatividad. En base a esto (el Minagri) está diseñando cómo va a ser la reducción de costos para el agricultor. Aquellos que estén asociados van a tener una mayor reducción. Todavía no hay una decisión del Minagri.

—¿Cuándo van a publicarse esos parámetros?

Pensamos que pronto, porque con esa información vamos a poder definir los temas operativos.

—¿Qué otros objetivos va a tener el plan estratégico de colocaciones al 2024?

El Banco toma como referencia al Plan nacional de Cultivos y este instrumento nos va a dar nuevas luces de hacia dónde orientar los recursos. También la asociatividad.

—¿Cuál es la tasa de morosidad del banco hoy?

Nosotros diferenciamos entre la cartera nueva (desde agosto del 2018) y la antigua. Si ves solo la cartera total, no te da una buena idea (de la morosidad) porque arrastras la mochila anterior. Para toda la cartera estamos hablando de una morosidad del 85%. La mora de la nueva cartera está entre 7% y 8%. Es importante mirarlo de esa manera, porque necesitas medir lo nuevo que estás haciendo y si eso lo estás haciendo bien o no.

DEUDA CAFETERA

—¿En qué estado está el cobro de la deuda cafetalera?

En diciembre del 2018, la ley de fortalecimiento del banco estableció que Agrobanco debía transferir esa cartera de café al fondo AgroPerú (reembolsable) financiado con recursos de Fonafe. En ese momento, se transfirieron S/146,7 millones del Agrobanco al fondo AgroPerú. Son 13.148 créditos, pertenecientes a 12.698 productores. Esta ley les dio algunos beneficios, como ampliar su cronograma de pago hasta por 10 años, con un período de gracia inicial de 4 años y adicionalmente les dio una reducción de la tasa de interés a 5% para aquellos agricultores cuyo saldo inicial de deuda era de más de S/10 mil y exoneraba del pago de intereses a aquellos cuyo saldo inicial era menor.

—Hacia el 2021 planean duplicar el número de clientes, de 30 mil a 65 mil, según informaron. ¿Podrán atender a los caficultores?

Esta cartera de café ya no está en Agrobanco sino en el Fondo AgroPerú. Dentro del plan de colocaciones, les estamos prestando a los pequeños agricultores que tienen un buen historial crediticio. El 70% de las colocaciones es para los clientes con buen historial crediticio y el 30% para clientes nuevos. Pero sí estamos siendo cuidadosos.

—¿Entonces no se está cobrando hoy la deuda cafetera?

Hay que sujetarse a las disposiciones de la ley. La ley les dio (a los beneficiarios) 4 años de período de gracia.

—¿Entonces no se está cobrando?

Todavía no, porque son cuatro años de gracia a partir de diciembre del 2018.

—¿Empezarían a cobrar en el 2023?

Sí.

—¿Ya se está pagando la deuda?

Esa cartera venía de Agrobanco. Estaba clasificada por riesgo y se reportaba a la central de riesgos. De acuerdo a la ley, se dispuso que la cartera se siguiera clasificando por riesgo. Entonces, los agricultores que están en esta situación están en una mala situación desde un punto de vista de reporte a la central de riesgo. En el mejor de los casos están como deficientes, sino están en pérdidas. Eso ha generado algún incentivo para que algunos productores – de manera voluntaria- paguen sus créditos para poder mejorar su rating.

—Entonces, ¿Agrobanco, como administrador del fondo AgroPerú, comenzaría a cobrar la deuda cafetera en enero del 2023?

Sí.

—¿Los intereses se congelan?

A partir de esa fecha (2023) crecen a una tasa del 5% anual.

—¿A cuánto ascienden sus deudas hoy?

Tenemos deudas de mediano plazo con Cofide y Banco de la Nación. Con Cofide tenemos una soles de casi S/100 millones y otro en dólares de casi US$50 millones. Se repagó las deudas más caras. Nos hemos quedado con las deudas con mejores plazos. Estamos repagando los créditos de manera normal.

—¿Han pasado la crisis?

Sí, la situación que he encontrado es que es un banco que tiene mucha liquidez. Estamos siendo cautos en el programa de colocaciones para asegurarnos que fortalezcamos nuestros procesos internos antes de tener S/500 millones en colocaciones.