(Foto: BCP)
(Foto: BCP)
Daniel Macera

El modelo tradicional de (RS) en una empresa está evolucionando hacia uno de . Es decir, ya no se trata solo de implementar un programa de corte social o ambiental para la comunidad aledaña u otro ‘stakeholder’, sino de llevar a cabo prácticas que sumen al núcleo mismo del negocio. La gerenta de Reputación y Responsabilidad Social del , Silvia Noriega, explica el cambio progresivo de este paradigma en el Perú.

¿En qué momento las empresas peruanas empiezan a fijarse en el concepto de sostenibilidad, como un paralelo al de responsabilidad social?
Lo que describes es un proceso que está en curso y que además tiene distintos apetitos por parte de las empresas. Este cambio se ha visto con más fuerza durante los últimos 10 años en el Perú; sin embargo, se inició de manera previa en Europa, Oceanía y en algunos sectores de EE.UU.


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¿Por qué no lo habían notado o implementado antes?
Porque no veían la necesidad o el valor de hacerlo. Sigo pensando que vamos a medio camino en la ruta de la sostenibilidad. He tenido la suerte de participar en congresos sobre este tema en Colombia, donde no solamente la regulación está a otro nivel, sino también las políticas públicas están en un nivel de cooperación dentro e intergremios y con la academia.

¿Existen eventos puntuales que motivan este cambio?
Lo que ha gatillado esta “necesidad de cambio” tiene que ver con el contexto internacional y cómo este va permeando poco a poco la realidad peruana.

El 87% de los líderes en todo el mundo son conscientes [de] que deben resolver problemas ambientales y sociales como elemento central en la búsqueda de una ventaja competitiva. Es urgente que las empresas extractivas sean completamente sostenibles y las de energía migren a renovables.

¿Cuál es la situación en el Perú?
Tenemos compañías cuya área de RS ha cambiado de nombre y ha pasado a llamarse de sostenibilidad y, sin embargo, siguen haciendo lo mismo.

También existen aquellas que sí abordan temas de sostenibilidad y otras cuyas áreas tradicionales de RS siguen trabajando, pero, en paralelo, otros departamentos del negocio trabajan temas específicos de sostenibilidad, los cuales se apoyan del área de RS.

¿Qué tanto sigue influyendo “tener una buena reputación” en la puesta en práctica de un modelo de negocio sostenible?
Es fundamental. El riesgo reputacional está en la cabeza de los CEO como uno de los top 3 riesgos que se les vienen a la mente. Esto sucede a nivel global.

En el caso del BCP, por ejemplo, estudiamos los determinantes de la confianza de la opinión pública en el BCP, y 20% de esta confianza se explica por nuestra política y acciones de responsabilidad social. Por ello, para nosotros la responsabilidad social resulta estratégica, pues incrementa o impacta directamente en la reputación.

¿Qué áreas (medio ambiente, educación, cultura, salud, etc.) son las primeras en las que se fijan las empresas para llevar a cabo esta estrategia ‘ganar-ganar’?
Es variable y lo ideal es que tenga una relación con su negocio. Lo ideal es también que se relacione con algún Objetivo de Desarrollo Sostenible. En el Perú tenemos mucha intervención en temas asociados a nutrición, educación, salud y últimamente -a nivel de empresas- se está trabajando más el tema de equidad de género.

Por ejemplo, en el caso del BCP, el programa Becas BCP trabaja en alianza con determinadas universidades e institutos, que invierten también sus recursos para lograr beneficiar a más jóvenes talentosos de escasos recursos.

Invertir en educación normalmente tiene resultados en el largo plazo, ¿por qué elegirla?
Nos enfocamos en educación, porque somos una empresa que apuesta a largo plazo y por el país. Tenemos 130 años y pensamos quedarnos 130 más, y por ello, nuestro compromiso con la sociedad es de largo aliento y es estratégico. Por eso elegimos hacer lo que hoy hacemos.

Si hay beneficios en esta estrategia, ¿eso implica que también hay riesgos?
A nivel de las empresas, se están dando cuenta de que existen riesgos que antes no existían y son de índole ambiental.

Por ejemplo, según el Global Risks Report 2018, 5 de los 9 riesgos globales más importantes tienen que ver con medio ambiente (en términos de probabilidad de ocurrencia e impacto): eventos climáticos extremos, desastres naturales, fallas en adaptación y mitigación del cambio climático, crisis de agua, entre otros temas. Estos riesgos, claramente, son riesgos materiales para todos los negocios, nadie se salva de ellos.

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