El grupo Bimbo en el Perú es comandado por Mauricio Olvera desde el 2019, poco antes de que iniciara la pandemia, que ha causado cambios profundos en el consumo. El gerente general de la firma mexicana cuenta a Día1 cómo afronta hoy el alza de los costos de materias primas y del dólar en su producción, la Ley de Alimentación Saludable -cuya segunda fase inició el 17 de septiembre-, así como sus estrategias.
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—¿Cómo ha cambiado la industria de panificación con la pandemia?
En estos últimos dos años, el consumo ha cambiado radicalmente, tanto a nivel de los canales de venta como en el comportamiento del consumidor, en frecuencias, actos de compra, y ha vuelto a cambiar ahorita, en los últimos seis meses. Y con estas alzas de materias primas alrededor de toda la industria, se está moviendo otra vez, por lo que se ha vuelto una industria mucho más dinámica de lo que era antes.
—¿Cuánto ha impactado el alza de costos de las importaciones de materias primas en la operación local de Bimbo?
No estamos exentos de esta afectación por los mayores costos de materias primas, que compramos en el mercado internacional al igual que toda la industria.
—¿El efecto lo han percibido sobre todo en su cadena de producción o también en la importación de algunos productos?
Prácticamente todo nuestro portafolio es producido acá. De hecho, el Perú es productor y exportador de Salmas para toda América del Sur. Hay alguno que otro producto que eventualmente traemos, pero prácticamente toda la producción es local.
¿Es la harina de trigo el principal insumo que genera sobrecosto a la panificación o hay otros dentro de la cadena productiva?
Las harinas, las grasas, y los aceites son los principales insumos para hacer pan, todos han tenido alzas importantes. Y el tipo de cambio también ha afectado, por ejemplo, en el traslado [importación] de los mismos insumos, que es lo que nos está pegando a toda la industria panadera.
—¿Se han trasladado estos sobrecostos al consumidor?
En agosto hubo un ajuste que hicimos en uno de los canales: el tradicional (bodegas), y en septiembre se dio en el moderno. Habíamos logrado contener lo más posible con eficiencias operativas, que es como suele trabajar Bimbo cuando se producen estos ciclos de ‘commodities’. La estrategia es absorber lo más que se pueda el mayor tiempo posible y pasar lo mínimo al consumidor.
—¿Qué porcentaje de todo el sobrecosto se refleja en el precio final?
Por políticas de la compañía no puedo mencionarlo, pero son diferentes según la categoría y el canal de venta. Los incrementos van para todas las categorías.
—¿Desde cuándo empezaron a contener el alza del precio final?,¿fue a partir de julio cuando el tipo de cambio local se sumó al alza de los ‘commodities’ y de los fletes?
Desde antes [de julio] porque si bien el tipo de cambio empieza a despegar en julio, los ‘commodities’ llevan un buen rato con tendencias alcistas y los analistas globales del grupo nos alertaron de la presión en materias primas. Ahí empezamos a redoblar los programas de ahorros y eficiencias.
—¿Qué pasará si se mantiene esta tendencia al alza de las materias primas o del tipo de cambio?
Nuestros incrementos serán lo mínimo que se pueda. La estrategia de la compañía será crecer agresivamente en el Perú en los próximos cinco años, vemos un mercado que tiene mucho para desarrollar en pan embolsado, frente a los mercados vecinos, por lo que nuestra mira es desarrollar mercado e ir por la mayor cantidad de volumen posible.
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—¿Hay algún segmento de precio donde estos costos hayan impactado más?
Cuando lo comparas con el alza del pan a granel y las disminuciones de gramaje, estamos muy por debajo de eso. Nuestra estrategia es aguantar [el alza de costos] lo más posible para que la gente empiece a probar nuestros productos. Y por otro lado, una de las vías de crecimiento más grande será Bimbo Rendidor, que es nuestro pan de bajo costo, el pan empacado por kilo más barato del mercado, al que dirigiremos todos nuestros esfuerzos.
—¿Viene a competir con el pan a granel?
Sí, nuestro objetivo es que la gente pruebe todos los beneficios de Bimbo Rendidor, que desde agosto incluye hierro de manera relevante, para contribuir a frenar la anemia de los hogares. Tiene también una versión más chiquita (de 290 gr.) para que la gente lo pueda comprar, es el producto más barato que hemos tenido nunca. La idea es que con todo este nubarrón de precios que se viene, empujar el producto para el sector C y D e incluir a más consumidores a la categoría. En esta coyuntura cumple las dos funciones: producto de mejor precio y función social de romper la tendencia creciente de la anemia, que aumentó en la pandemia.
—¿Cuál es la meta?, ¿van a priorizar la producción de este producto?
Sí, este es el producto que nos va a dar ese volumen que va a compensar los gastos fijos y mantener los precios donde están. En consumo masivo, si logras mantener el volumen puedes contener otros costos variables al absorber los fijos. Al nosotros ir con esta apuesta a crecer en puntos de venta y hogares podemos guiarla por ahí. Desde que llegamos al Perú queríamos sacarlo, pero por la pandemia se retrasó.
“Ser líderes en un mercado chiquito [pan envasado] no tiene ninguna gracia, no nos llena. Tenemos que expandir la categoría”.
—¿Este producto es el que más cuidarán de posible subidas de precio?
Siempre estará separado de los demás en precio, Y no solo este producto, también ampliaremos la línea Rendidor fortificada con hierro a otras categorías. En las próximas semanas va a salir la bollería (pan de hamburguesa y para hot dog) de Rendidor fortificado con hierro. Y a finales de año tendremos el quequito Rendidor, en el segmento de pan dulce. Esta será la punta de lanza.
—Hace unos años comentaron desde la empresa que el pan empacado era el 10% del mercado y el otro 90% era a granel, ¿ha cambiado esta proporción con la pandemia?
Es muy difícil de medir, no me aventaría a decir cifras, pero direccionalmente por ahí va. Lo que sí es un hecho es que hemos ganado cuota de mercado en estos [casi] dos años. La penetración del pan empacado ha crecido dramáticamente y se mantiene. Al inicio de la crisis, la gente prefería compras cosas empacadas y la mayoría de hogares que nos probaron por primera vez se quedó en la categoría. Ahora, lo que queremos es ganar a los consumidores que nunca han probado pan empacado, muchos del segmento C y D, pero no solo con un buen precio sino con una oferta de valor [fortificado con hierro]. Por eso tenemos una campaña muy agresiva.
—¿En cuánto incrementarán la producción de este producto?
No puedo compartir el dato exacto, pero lo que sí te puedo decir es que esta es la vía de crecimiento más importante para el grupo Bimbo en el Perú para los próximos cinco años.
Mercado y posicionamiento
—Hasta hace tres años, desde Bimbo indicaron que estaban en el top 3 en el mercado de panes empacados.
Hoy ya somos los líderes indiscutibles, pero más que vernos como el líder del mercado, nosotros vemos que somos una partecita, un mercado muy chiquito. Ser líderes de un mercado chiquito no tiene ninguna gracia, no nos llena, entonces lo que tenemos que hacer es expandir la categoría, que más consumidores puedan entrar a la categoría para que la gente pueda ver sus beneficios.
—En el 2018 la operación peruana se había convertido en la tercera operación más grande de Bimbo en Latinoamérica, ¿qué falta para ser la segunda?
Dada la población que hay en Perú, deberíamos vender más pan de lo que vendemos hoy. Yo creo que la llave es que ahora vamos a entrar duro al segmento C y D. Nuestro producto históricamente no había estado en la base de la pirámide, entonces habíamos dejado a algunos consumidores fuera de la jugada. Y hoy con los aumentos en los [precios de los] alimentos, cobra una mayor relevancia tener un producto con valor agregado y que sea barato. Así seguramente podremos crecer más y tener el lugar que le corresponde a un país de la magnitud de Perú.
—La operación de Perú exporta Salmas a otros países, ¿también podríamos exportar más productos?
Por ahora nos hemos especializado en Salmas, una marca de productos saludables que quiere crecer de manera super agresiva, la compañía está metiendo muchas fichas ahí. Y el expertise que ha ganado Perú la esta convirtiendo en una de las top 3 en calidad y volumen exportador de Salmas. Estamos contentos. Exportar otros productos es difícil porque la mayoría de nuestro negocio tiene muy corta vida, como los panes. Las Salmas tienen una vida de anaquel más larga. Por eso tenemos 250 plantas en el mundo.
“Bimbo no tuvo necesidad de estar tan al pendiente de estas decisiones [sobre el debate sobre los sellos impresos o adhesivos, o ampliar inicio de segunda etapa de los octógonos]”.
—Hace unos años compraron la marca PYC, dirigida a un segmento de menor precio, ¿ha cambiado con Bimbo Rendidor?
La marca va a seguir teniendo esa esencia de la peruanidad y estamos creciendo en muchas rutas especializadas con Pyc. El pan está performando muy bien, con otra oferta de valor diferente a Rendidor. No compiten directamente. PYC apunta más a un segmento medio, más económico que Artesano o que los panes especializados.
—¿Cuál es la proyección de Bimbo para este 2021?
En el 2020 crecimos super agresivo frente al 2019 por la pandemia, hubo mucho viraje de pan a granel al envasado. Proyectamos crecer sobre el 2020 y la intención es seguir así en los próximos cinco años. Tenemos mucha oportunidad para crecer.
Octógonos y Ley de Alimentación Saludable
—Hace unas semanas inició la segunda etapa de la Ley de Alimentación Saludable, ¿tuvieron que cambiar mucho sus formulaciones para adecuarse a los valores de los nuevos sellos?
Para esta segunda etapa de la ley de etiquetado, los cambios para Bimbo fueron menores, en pocos productos de nuestros 250 SKU, porque desde la primera etapa hicimos modificaciones y nos guiamos de experiencias internacionales similares. En nuestro caso, aceleramos planes que ya traíamos desde antes. Todo nuestro portafolio de panes, pitas y tortillas, no tienen sellos.
Donde sí tenemos sellos es en productos de consumo eventual como Pingüino Marinela o Gansito, snacks dulces de consumo ocasional.
—¿Cuál es el balance de los octógonos para Bimbo en el Perú?
A nosotros en lo particular no nos ha pegado tan fuerte, en parte por las modificaciones que hicimos. Con los cambios en nuestras recetas pudimos llegar, pero no estamos sintiendo un decrecimiento en el consumo.
—¿Los sellos que tienen son impresos o adhesivos?
El 99% de nuestros sellos son impresos. Es otra de las ventajas de tener ese ‘know how’ de que no es la primera vez que nos pasa [lo vimos en Chile] porque requiere mucha precisión de la demanda y cadena de suministro. Además tener stickers no es sustentable.
—¿Cómo hacen con los productos que exportan?
Muchas veces tenemos recetas regionales y en algunos casos recetas particular por regulación, no son empaques multipaís sino por mercado.
—¿Cuál fue su posición ante el debate sobre si los octógonos debían ir impresos o si se debían mantener los stickers en los empaques? Poco antes de que entre en vigencia la segunda etapa también un sector de la industria pidió más tiempo para adecuarse.
Nosotros tenemos experiencia en cambio de leyes de etiquetado. No todas son de una etapa, hay dos o hasta cuatro. Con este expertise pudimos planear para que la inmensa mayoría de nuestros productos no tengan stickers. Nosotros nos apegamos a las reglas de juego que nos toque. Nuestra postura es estar con todas las de la ley en el momento indicado y apalancar toda nuestra experiencia para no sufrir si se da uno u otro escenario, porque es algo que no vamos a controlar, Nos fuimos con lo más seguro y nuestros equipos hicieron un gran trabajo. Bimbo no tuvo problemas con respecto a estos cambios ni necesidad de estar tantísimo al pendiente de estas decisiones.
—¿Entonces no apoyaron los pedidos que se hicieron desde un sector de la industria sobre ampliar la vigencia de los adhesivos de los stickers y los plazos de la segunda fase?
No diría si lo apoyamos o no, nosotros nos dedicamos a estar listos para cualquier circunstancia.
—¿Cómo avizora la campaña navideña?, ¿apuntarán también a un producto económico en panetones?
Le vamos a meter mucha potencia [a la campaña] y vamos a posicionarnos como un panetón importante en el país. El producto que está ganando más importancia es el panetón PYC, que va a un segmento medio, y jugará un rol más relevante que otros años. Desde junio empiezan las campañas.
—¿En esta categoría podría darse un aumento de precio?
El panetón tiene en esencia los mismos componente que el pan, entonces algo se va a tener que compensar, pero estamos metiendo todo el talento de los equipos para que este aumento sea lo menos posible.
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