Desde que el gas de Camisea arribó a Lima, en agosto de 2024, la historia de esta Metrópoli y también la del país cambiaron para siempre. Según estudio de Macroconsult, el Perú ahorró más de US$ 110 mil millones por el uso de este energético.
Con motivo de esta efeméride conversamos con Martín Mejía, director general de Cálidda, empresa concesionaria del servicio de gas natural en Lima.
LEE TAMBIÉN: Gas natural y vehículos eléctricos: Soluciones para la polución del transporte que causa 5.675 muertes al año en Lima
—¿Cuándo se conectó el primer domicilio a gas natural en Lima?
La primera conexión ocurrió en la urbanización Los Pinos, del Cercado de Lima, en marzo del 2005. Pero los primeros clientes fueron las generadoras eléctricas y las grandes industrias, que eran las ‘anclas’ iniciales de Cálidda y de TGP (el transportador de gas).
—¿La era del gas empezó con la generación eléctrica y la industria?
El diseño inicial se hizo considerando a los clientes ancla. Nosotros teníamos el compromiso de tender la red de distribución y de conectar a Etevensa (termoeléctrica), Alicorp, Sudamericana de Fibras, Cerámica San Lorenzo, Owens Illinois y Cementos Lima. En base a ellos se diseñó la ruta del ducto y después se empezaron a atender las otras mallas.
"Los grandes clientes permiten subsidiar de forma cruzada a los pequeños clientes (hogares). Sin grandes clientes las redes residenciales nunca se van a poder desarrollar"
—Eso demuestra que para masificar el gas natural es necesario atender a las grandes industrias.
Los grandes clientes permiten subsidiar de forma cruzada a los pequeños clientes (hogares). Sin grandes clientes las redes residenciales nunca se van a poder desarrollar. El ejemplo claro es Lima, donde se implementaron, además, cambios regulatorios que han permitido construir casi 18 mil kilómetros de redes de distribución.
—¿Cuántas industrias han conectado al gas natural desde el 2004?
Tenemos más de 1.000 industrias conectadas, entre grandes, medianas y pymes.
"De los 2 millones y medio de viviendas que estimamos que hay en Lima, vamos a llegar a dos millones cien mil el próximo año"
—¿Y en lo que respecta a domicilios, cuántos han conectado hasta ahora?
El próximo mes (setiembre) debemos estar llegando a 1 millón 900 mil clientes, y el próximo año esperamos pasar la barrera de los dos millones. Ese es el desafío que tenemos como compañía.
—¿Qué porcentaje de los hogares limeños representan estas dos millones y pico de conexiones?
Nosotros estimamos que en Lima hay dos millones y medio de viviendas, sin contar las zonas de los cerros donde hay, por lo menos, 300 mil viviendas más. De esos 2 millones y medio vamos a llegar a dos millones cien mil el próximo año, lo cual representa un número importantísimo porque quiere decir que más del 80% de la ciudad estará conectada. Con más detalle, el 88% de Lima estará conectada al servicio de gas natural el próximo año.
—¿Qué faltaría por hacer en Lima?
Nos faltan, aproximadamente, 3.000 kilómetros de redes para terminar con toda la tarea. Y eso lo realizaremos en las zonas de niveles socioeconómicos altos. Hablamos de San Isidro, Miraflores, Surco, La Molina, San Borja y algo de Jesús María. Eso, en cuanto a Lima Metropolitana. En el sur ya hemos conectado la mayor parte de Chilca y de Cañete, donde nos falta la zona de Imperial. Y las playas también nos faltan.
—¿Cuándo van a entrar a la zona de playas?
Vamos a empezar el próximo año. Y después entraremos al Norte Chico, a Huaral y Huaura, que son zonas que deberíamos estar conectando en los próximos años.
—¿Y la zona este de Lima? ¿Hasta donde van a ingresar?
Ya hemos entrado a trabajar en Chaclacayo y Chosica. Eso es lo que tenemos hasta hoy día como objetivo.
—También acaban de llevar el gas natural al Hospital Rebagliati. ¿Cómo avanza la conexión de hospitales?
En lo que respecta a EsSalud tenemos cuatro hospitales conectados y nos faltan 16. Para darte un dato, el Hospital Rebagliati va a ahorrar S/3 millones anuales por usar gas natural en vez del combustible sustituto.
—¿Qué combustible usaban antes en el hospital?
Ellos usaban diésel para los calderos, de los cuales dependen la lavandería y la cocina. Ahora estamos trabajando para que tengan aire acondicionado en base al gas natural, lo cual va a permitir ahorros más importantes. El mismo trabajo estamos haciendo con el Ministerio de Salud. Una parte de sus hospitales ya están conectados.
—¿Será posible que conecten el 100% de Lima? ¿O habrá zonas que nunca se conectarán?
Sí es posible, pero para seguir realizando esas inversiones necesitamos ampliar nuestro contrato de concesión, que vence en el 2033. En ese sentido, el contrato estipula que podemos realizar ampliaciones, de diez años cada una, si vamos presentando proyectos. Por eso estamos trabajando en un proyecto que consiste en ayudar al Estado a masificar el gas natural en la sierra centro-sur del país.
GAS PARA REGIONES ALTOANDINAS
—¿Se refiere al proyecto Siete Regiones?
Es esa misma zona donde ha habido varias licitaciones a cargo de Proinversión desde el año 2013, que nunca se han podido concretar.
—Entiendo que ustedes presentaron el proyecto al Estado y que recibieron varias observaciones. ¿Ya las han resuelto?
Nosotros presentamos un primer proyecto en noviembre del 2023, y el Gobierno hizo una evaluación con comentarios que recibimos en febrero de este año. En julio hemos vuelto a presentar el proyecto levantando todas las observaciones, con los pedidos de alcance adicional que nos hicieron llegar. Eso está ahora en manos de los organismos que tienen que evaluar la adenda.
—¿Qué pedidos adicionales ha efectuado el Gobierno?
Se ha incluido, por ejemplo, todo el Norte Chico de Lima. Y lo que nos queda ahora son muy pocas cosas para revisar con el Gobierno. Por lo tanto, esperamos que en los próximos meses eso pueda ser una realidad.
—¿A que ciudades de la sierra centro-sur proyectan llevar el gas natural?
Vamos a conectar las ciudades de Andahuaylas y Abancay, en Apurímac, Huancayo, en Junín, y las ciudades de Huancavelica, Cusco, Puno, Huamanga y Pucallpa. También hemos incluido el Norte Chico. Este es un proyecto que tiene una inversión de más de US$510 millones.
—¿Para cuántos domicilios?
La inversión es para unas 200 mil viviendas, que estarían cubiertas inicialmente con este proyecto.
—¿Eso al inicio?
Ese es el compromiso de los primeros ocho años, pero después seguirá creciendo. Además, que siempre hemos superado los compromisos que hemos asumido. Entonces, seguramente conectaremos más de lo que nos hemos comprometido.
—¿Conectarán también a los grifos e industrias?
Si alrededor de las casas hay estaciones de servicio o una industria comercio la conectaremos, pero nuestro compromiso es llegar a las viviendas.
—Si el Gobierno les da luz verde, ¿tomarán la posta de los proyectos que el Minem está desarrollando en Huancavelica y Quillabamba?
Claro. Lo que ha hecho él Minem son estos pequeños proyectos piloto que representan una primera piedra. Pero ellos vienen buscando un operador para esos sistemas. Nosotros seríamos el concesionario que se encargará de la operación y el mantenimiento, y también de la atención de las emergencias en caso de fugas de gas natural.
—¿Este servicio que prestarán en las regiones llevará el mismo nombre que el de Lima, o sea Cálidda?
Exacto. Es la misma empresa con los mismos socios que quieren seguir apostando por el país. Y esto se remuneraría con una prórroga de diez años de la concesión de Lima. Nuestro contrato, en su cláusula 4, dice que podemos presentar proyectos para solicitar una ampliación de la concesión. Esto, tomando en cuenta que el contrato inicial está diseñado para que el concesionario tenga la oportunidad de quedarse hasta el año 2050.