Chinecas proyectada la construcción de un embalse en el río Santa. (Foto: archivo)
Chinecas proyectada la construcción de un embalse en el río Santa. (Foto: archivo)
Manuela Zurita

El Proyecto Especial de Irrigación , creado hace dos décadas para irrigar con aguas del río Santa unas 52 mil hectáreas –31,3 mil mejoradas y 20,6 mil nuevas- del valle del Santa al de Sechín, subastará en setiembre unas 8.000 hectáreas, reveló su gerente general, Edilberto Ñique. 

“Estamos trabajando en el proceso de subasta. Son tierras debidamente saneadas. Estamos en el proceso de colocación de hitos”, dijo a Día1 y explicó que esperan en total sanear unas 18 mil hectáreas del proyecto.

Ñique, quien fue gerente general de los proyectos de irrigación y Alto Piura, señala que desde que asumió el cargo en julio pasado han desarrollado un plan para repotenciar la irrigación, cuya inversión ascendería a US$400 millones.

Este plan reemplazaría al perfil técnico elaborado por la empresa SISA hace seis años por S/1.428 millones, actualmente materia de un proceso judicial.

El plan de Ñique apuesta, por un lado, por evaluar la disponibilidad hídrica superficial y del subsuelo. Según calcularon, el río Santa los dotaría de unos 100 m3/s. Los volúmenes estimados de las napas los conocerán a fines de este mes, dice.

El segundo pilar es la optimización de la infraestructura hidráulica existente: dos bocatomas y un canal de 140 kilómetros que conecta los valles del Santa, Lacramarca y Nepeña.

Sobre este último, explicó que buscan aprovechar mejor su capacidad (hoy discurren 18 m3/s de los 35 m3/s posibles) y expandir su curso hacia los valles de Casma y Sechín.

Este último componente, que implicaría ampliar el canal a lo largo de 46 kilómetros, podría financiarse mediante el mecanismo de obras por impuestos, sostiene Ñique.

Sin embargo, en la Asociación de Agricultores de Casma opinan que esta iniciativa “no tiene ni pies ni cabeza” si no se parte por reconstruir las zonas del canal en uso afectadas por el fenómeno de del verano pasado.

Al respecto, Ñique afirma que están a la espera de la activación de un seguro contratado por el para los arreglos. Consultado al respecto, en el Minagri explicaron que el asunto compete al Gobierno Regional de Áncash.

OPORTUNIDADES Y RIESGOS

Los empresarios consultados para este informe coinciden en la oportunidad que representa la zona en calidad de suelo y cercanía a los puertos del Callao y, en un futuro, de Salaverry.

En efecto, según informaron en el proyecto ya existen plantaciones de frutales de exportación y de caña de azúcar instaladas.

Entre los primeros destaca el mango, del cual habría unas 300 ha en edad comercial en el sector La Carbonera en el valle de Nepeña.

Como en Casma, su valle vecino, la fruta puede ser cosechada en una ventana única en el mundo que le permite obtener hasta el doble de retorno por kilo que el resto de zonas productoras peruanas, explica Rafael Meza, gerente general de ARA, productora de mango en Casma.

Juan Carlos Rivera, gerente general de Apem, advierte que la inseguridad de Chinecas -donde operaban hasta el año pasado mafias como “Los chacales del desierto”- ya no es un problema.

En el cultivo de mango, el riesgo sería, a su juicio, que la ventana se extienda y choque con la producción mexicana, brasileña o africana.

Más allá del mango y otros frutos peruanos posicionados en el mundo, Ricardo Polis, presidente de la Asociación de Gremios Agrarios del Perú (), llama a investigar la vocación agrícola de la zona para impulsar nuevos cultivos. Pero, antes, observa la necesidad de titular la tierra.

Ñique reconoce dicha problemática y confirma que hay empresas agroexportadoras en actividad en terrenos adquiridos a posesionarios. “Aun no pueden formalizar la tenencia”, afirma, pero existe expectativa sobre la agilización de este asunto. “La zona es buena. Sé que hay un tema de usurpaciones, lo primero es formalizar”.

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