Competitividad peruana: La urgencia constante de innovar

El Perú ha mejorado en materia de innovación, según el Índice de Competitividad Global del 2017/2018, elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF). Según el reporte, basado en encuestas a empresarios de 137 países del mundo, en los últimos 24 meses el Perú pasó de la posición 119 a la 113 en innovación del ránking.

Dicha mejoría es el resultado del avance en cinco de los siete factores analizados en este pilar. Con base en esos resultados, Día1 conversó con expertos en innovación a propósito de este suplemento especial, sobre los retos y oportunidades para mantener la tendencia positiva.

En ese sentido, las fuentes coinciden que si bien existe un esfuerzo por alentar la innovación desde el sector privado y público, el concepto no se ha instalado con la debida urgencia. “No es que estamos avanzando, sino que los demás están yendo más rápido que nosotros”, advierte Julio Vela, coordinador del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor (CIDE) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Sobre este punto observa la necesidad de promover el rol de investigador en el país, sobre todo entre los doctores.

También coadyuvaría la creación de un marco legal robusto que la aliente. “Hay retos en materia de propiedad intelectual, ya que invertir para ser fácilmente copiados desalienta la innovación”, opina Carlos González, director del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales (CIEN). El ejecutivo reconoce la iniciativa del Estado para fortalecer la propiedad intelectual (y alentarla) a través de fondos concursables, pero señala que en el mundo corporativo no terminan de convencer. “Hay desconfianza en el administrador de los fondos, lo que lleva a desalentar la participación de los empresarios”, dice.

Aún así, para Sebastián González, director de Corporate Venturing de la aceleradora de negocios Wayra (del Grupo Telefónica), innovar ha dejado de ser una posibilidad. “Es un mecanismo para sobrevivir y encontrar nuevas vías de crecimiento”, define. En ese sentido, a su juicio, las empresas deben ser capaces de asignar recursos “importantes” y “prioritarios” para innovar. “El desafío es cómo se vinculan más eficientemente con otros actores de mercado, como las startups, para que los modelos de innovación sean más efectivos y los ciclos de innovación sean más cortos”, remata.