El productor musical, con 45 años en la industria de conciertos, fue el primero que trajo a Paul McCartney en el 2011 y a otros grandes artistas. Ahora alista los shows del icono del rock Lenny Kravitz y la gira de despedida de Joaquín Sabina. Ferrand analiza la industria de conciertos en el país y las expectativas de sus shows.
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¿Cómo se está moviendo la industria de conciertos? De hecho, ha anunciado dos conciertos, uno para final de año con Lenny Kravitz y otro con Joaquín Sabina para el 2025.
Lo veo complicado por algunos factores. Antes contábamos con dos arenas en Surco, que solíamos usar mucho, y se clausuraron. Actualmente utilizamos Arena 1, donde vamos a realizar el concierto de Lenny Kravitz el 8 de diciembre, con una capacidad de 10 mil personas, y Costa 21, con una capacidad similar para el concierto de Joaquin Sabina el 17 de marzo del 2025. Al no tener la posibilidad de que exista más competencia entre las arenas hace que sean más costosas. De otro lado, han entrado jugadores al mercado que pagan por los shows cifras que no son las correctas, qie son muy altas. Pero estoy muy orgulloso de haber podido contratar a Lenny Kravitz, un artista muy importante del rock, con 40 años de carrera, más de 40 millones de discos vendidos, es un privilegio. Y también a Joaquín Sabina para su gira de despedida. Desde hace 35 años viene al Perú conmigo.
¿Cómo va la venta de entradas?
Empezamos en los últimos días de junio para Lenny Kravitz, quien ha sacado un nuevo disco. Llevamos 4.000 entradas vendidas. Nuestra meta son las 10 mil. Con Joaquín Sabina salimos a la venta en los primeros días de agosto y hemos vendido 4.500 entradas y nos queda más o menos la misma cantidad para vender, pensamos que vamos a ser ‘sold out’. Estamos en buena línea. Si bien es cierto que la situación económica en el Perú no es la mejor y que también hay muchos shows, confiamos en que la gente se incline también por nuestros artistas.
¿Cuánto suele demorar la negociación para traer a un artista?
Demora mucho, estas negociaciones son muy complicadas. La negociación con Paul McCartney para el 2011 empezó en el 2009, casi dos años. Y con Lenny Kravitz me he demorado seis meses, son muchos los factores. Primero, se da toda la negociación económica, muy difícil y a veces en el medio de ello aparecen los jugadores que te mencioné y comienzan a subir precios. Hay que ser muy prudente. Para Lenny Kravitz, yo tuve dos o tres competidores.
¿Siempre la parte económica es la más determinante?
Depende. El local también es muy importante para el artista, tiene que estar completamente de acuerdo, acorde a sus necesidades de producción. Y la parte económica, claro, lleva un papel preponderante en la negociación.
¿Se han incrementado los costos de producción hoy en día?
Sí, claro. A menos cantidad de oferta, el costo sube. Los costos de producción se han incrementado una barbaridad, después del Covid han subido entre un 40% y 50%. En el recinto hay que armar todo, montar el escenario, sonido, luces, la seguridad, los baños, absolutamente todo. No es como la Arena Movistar que está en Chile, Colombia o Argentina.
¿Esto ha mermado la rentabilidad del negocio?
En realidad hace que el riesgo sea mayor porque si tú antes con un 50% o un 60% de la venta de las entradas llegabas al punto de equilibrio, ahora debes llegar al 80% para lograrlo. Es mucho más riesgoso. No todos los shows son rentables. Si se tuviera un menor costo de producción, no se tendrían que vender las entradas más caras para llegar.
“Yo calculo que el costo de los artistas ha subido al menos un 30% desde el 2019”.
. ¿Hoy en día también han variado las tarifas de los artistas?
Sí, todos los artistas han aumentado su costo. Este es un mercado y el mercado se mueve. Lenny Kravitz, por ejemplo, es caro. Yo calculo que el costo de un artista o ‘show fee’ ha subido, al menos, un 30% desde el 2019. Tiene mucho que ver que el mercado discográfico desapareció, antes los artistas tenían un ingreso muy importante con los discos, pero hoy con las redes y las aplicaciones abiertas como Spotify, ya prácticamente no tienen regalías, entonces el dinero es por las presentaciones en vivo.
¿Cómo se avizora el próximo año? Se anunció a Shakira, con dos fechas ‘sold out’ y se espera la llegada de Oasis a Latam.
Hay buenos proyectos para el 2025, soy optimista. Va ser un año con shows importantes que van a girar, ojalá que todos consigamos bajarlos y vengan a Perú. Sabemos que Argentina, Brasil, Chile y México son los que acaparan una parada de estos artistas grandes como fue el caso de Taylor Swift. Esperamos ser parte de la ruta de las giras grandes del 2025.
¿A quiénes mira para el próximo año?, ¿cuántos shows?
No tengo un número, escojo mucho lo que hago. Mi anhelo es traer a AC/DC. Me encantaría, sería un privilegio gigante hacer el show en el Perú. Estamos en conversaciones porque sé que van a estar en gira el 2025. Pero eso no quiere decir que tenga algo aprobado ni mucho menos. Son conversaciones largas, reuniones y viajes.
¿La falta de espacios adecuados nos puede relegar de las grandes giras?
Yo creo que no, porque de una u otra manera tenemos tres estadios grandes. No se han perdido actuaciones por eso, pero una cosa es tener el estadio y otra uno preparado para realizar el show. Los grandes artistas tienen a mucha gente alrededor, mirando todos los detalles.
¿Cuál es el rango de rentabilidad que se tiene hoy en día para un concierto para un show?
Se ha reducido muchísimo. En una época floreciente estábamos en el rango del 25% al 30% y yo creo que actualmente se ha reducido a la mitad. Debemos estar el 10% al 15% más o menos porque los costos han subido notablemente.