La expansión del COVID-19 ha transformado el modo en que vivimos, y generado oportunidades insospechadas en medio de la crisis. Así, al sinsabor de mantenernos distanciados para evitar el contagio, ha sucedido el uso intensivo de tecnologías digitales, como Whatsapp, Zoom, Microsoft Teams y otras, que posibilitan que nos sigamos comunicando de manera dual o grupal, no solo en las ciudades sino también en el campo.
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Esto es particularmente cierto para las comunidades del área de influencia de Kallpa, empresa de energía que ha apostado por la comunicación virtual para no interrumpir sus programas de relacionamiento comunitario a causa de la pandemia.
TALLERES AMBIENTALES VIRTUALES
Tal es lo que ocurre en la provincia de Coronel Portillo, en Ucayali, donde la generadora eléctrica acaba de realizar los dos primeros talleres virtuales de participación ciudadana del país.
Ello, en el marco de la mesa de desarrollo del lote 31-C, el productor de gas natural más grande del Perú después de Camisea.
Luis Alburqueque, gerente de responsabilidad social de Kallpa en Perú, comenta que la asistencia a ambos talleres superó la de convocatorias previas, efectuadas de manera presencial.
Y añade que lo mismo aconteció con las reuniones virtuales de monitoreo y vigilancia ambiental realizadas en otras dos locaciones de Kallpa: la hidroeléctrica Cerro El Águila, en Huancavelica, y la planta térmica (reserva fría) Puerto Bravo, en Mollendo.
“En Cerro El Águila estas reuniones han tenido de 16 a 17 participantes, más de los que asisten regularmente (de forma presencial), lo cual demuestra que los mecanismos digitales están dando muy buenos resultados”, apunta Alburqueque.
COMUNICACIÓN MÁS FLUIDA
Para el sector minero-energético se trata de una gran oportunidad para mejorar su relación con las comunidades.
De hecho, el último análisis de desafíos del sector extractivo (Tracking the trends 2020), publicado por la consultora Deloitte, identifica la inversión social como la materia más grave a tomar en cuenta.
Más aún, recomienda invertir en proyectos digitales como una forma de generar impactos socioeconómicos positivos para la población y para la competitividad de las empresas.
En ese sentido, Federico Seminario, gerente de exploraciones de Pluspetrol, considera que la pandemia ha abierto una “oportunidad gigante” para llevar la educación por vía remota (virtual) a las poblaciones más alejadas.
“Esta pandemia nos ha enseñado que si en algo debemos de invertir es en salud y en educación remota. Ese va a ser el cambio en el país para las zonas adonde el Estado no llega”, señala.
Sebastián Benavides, gerente de exploraciones del productor cuprífero First Quantum, apunta que la inversión en digitalización no solo complementará la tradicional inversión en infraestructura, sino que abrirá nuevas y mejores vías de comunicación entre empresas y comunidades.
Al respecto, señala que una de las principales razones por las que se malogran las conversaciones empresas-comunidades en los proyectos de exploración inicial, son las exigencias de estas últimas por hablar directamente con los CEOs y presidentes de las empresas exploradoras, muchos de los cuales se hallan en Canadá, Australia o EE.UU.
“Con la digitalización eso se puede hacer y con mayor frecuencia”, menciona.
PAQUETES DE DATOS
Pero hay otras ventajas. Alburqueque apunta que las herramientas digitales no solo posibilitan la continuidad de los programas comunitarios en tiempos de pandemia (y más allá) sino que facilitan y abaratan su logística.
En circunstancias normales, explica, las empresas corren con los gastos de transporte, alojamiento y alimento de los integrantes de los comités.
“Ahora, en tiempos de pandemia, hemos redireccionado la logística a la compra de paquetes de datos, para que los participantes no tengan problemas con su ingreso a la red”, añade.
Esto implica una capacitación previa, persona a persona, a través de llamadas telefónicas o WhatsApp, para que el poblador pueda manejar de forma conveniente las nuevas herramientas puestas a su alcance.
En esto, anota Alburqueque, la base de conocimientos tecnológicos de la población rural (todos saben cómo usar un Smartphone) es de gran ayuda.
“Esta es una práctica que ha permitido a nuestros comuneros aprender otras herramientas para comunicarse con sus familias y su junta directiva, de forma dual, tripartita o grupal, porque no pueden realizar asambleas debido a las medidas de distanciamiento social”, añade el funcionario.
COMUNIDADES DIGITALES
En opinión de Alburqueque, el éxito de estas iniciativas debería motivar a que el Ministerio de Energía y Minas reinvente su estrategia comunitaria.
En otras palabras, que complemente lo aprendido en estas semanas de cuarentena con lo “que se tenía antes”, para construir un nuevo orden post-COVID en las relaciones comunitarias.
“Sería un despropósito no continuar con lo que ha funcionado virtualmente”, exclama.
De acuerdo a Seminario, la oportunidad está dada para que el Gobierno, con ayuda de las compañías minero-energéticas y de otros sectores, lleve la modernidad a los pueblos alejados.
“Al apoyar a las comunidades a modernizarse y digitalizarse, el conocimiento de la población rural (todos saben cómo usar un Smartphone) es de gran ayuda”, concluye Benavides.
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¿Qué es la covid-19?
La covid-19 es la enfermedad infecciosa que fue descubierta en Wuhan (China) en diciembre de 2019, a raíz del brote del virus que empezó a acabar con la vida de gran cantidad de personas.
El Comité Internacional de Taxonomía de Virus designó el nombre de este nuevo coronavirus como SARS-CoV-2.
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