El hecho de que las -hasta hoy- 15 personas contagiadas por el coronavirus en el Perú hayan llegado recientemente por el aeropuerto internacional Jorge Chávez (AIJCh) ha puesto las miradas sobre cómo está lidiando nuestro primer terminal aéreo con esta pandemia, qué medidas de seguridad está tomando y cuál es la percepción de los usuarios sobre ello, habida cuenta de los problemas de congestión de su infraestructura.
Según Patricia García, gerenta general de la agencia de investigación de mercados Opino, la percepción de saturación que actualmente tiene el aeropuerto entre sus usuarios puede jugarle en contra en este contexto, pues muchos de los pasajeros está dejando de volar en estos días, y más aun sabiendo que el Jorge Chávez tiene problemas de congestión.
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“Hicimos una encuesta sobre la percepción de los viajeros respecto del aeropuerto ahora y el resultado ha sido que el 80% considera que está saturado”, precisa la ejecutiva. “En ese sentido, es entendible que posterguen o cancelen sus vuelos, ya que las recomendaciones del Ministerio de Salud (MINSA) indican que debemos evitar las aglomeraciones”, añade.
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En efecto, de acuerdo con el estudio de Opino –elaborado en exclusiva para Día1- los problemas identificados por los pasajeros comienzan en las zonas de estacionamiento, pasando por los ‘counters’ de las aerolíneas y las salas de embarque, tanto nacionales como internacionales. “Es más, hay quejas respecto de la limpieza de los baños (31% de los usuarios la señala como una queja recurrente). Eso definitivamente genera molestia y provoca que el viajero desista de volar, al menos por ahora”, comenta Patricia García.
En esa línea, el director de la asociación Contribuyentes por Respeto, Juan José García, apunta que la saturación del Jorge Chávez está impactando de manera negativa en los usuarios, no sólo en estos días, por la amenaza del coronavirus, sino y sobre todo, económicamente, ya que la saturación genera sobrecostos a las aerolíneas, que estas trasladan a los viajeros a través del encarecimiento de los boletos.
De hecho, Contribuyentes por Respeto también ha elaborado un estudio según el cual nuestro primer terminal aéreo figura séptimo entre 10 aeropuertos ‘hub’ de Sudamérica en la medición sobre eficiencia en el uso de infraestructura aeroportuaria, con base en el Reporte de Competitividad Global que elaboró el World Economic Forum (WEF) el año pasado.
Ese resultado cobra mayor sentido al colegir que el 60% de los encuestados por Opino responde que no se está haciendo un uso eficiente de las diversas áreas del Jorge Chávez, sobre todo en cuanto a las zonas de estacionamiento y las de ingreso a las salas de embarque y zonas de espera. “Todo esto deja ver que habrá un efecto negativo para el aeropuerto, porque se va a reducir la afluencia a los vuelos, aunque esto será temporal, acotado”, explica Patricia García. Por ello, refiere, es importante que el concesionario, Lima Airport Partners (LAP), sea más comunicativo con sus protocolos de seguridad y salubridad.
La tarea de LAP y las aerolíneas
Al respecto, el gerente general de LAP, Juan José Salmón, ha precisado a Día1 que están aplicando un plan de emergencia donde está establecida la alerta 5 (alerta epidemiológica), la que, a su vez, está vinculada a los protocolos que dispone el MINSA. “Estos protocolos contemplan todos los escenarios posibles que puedan darse en el Jorge Chávez”, destaca el ejecutivo, y apunta que desde hace semanas están trabajando en acciones preventivas, con, por ejemplo, paneles informativos (entre otras acciones), para evitar el contagio, “y capacitando también al personal de la comunidad aeroportuaria”.
A decir de Patricia García, estas acciones son positivas, aunque todavía existen “muchas oportunidades de mejora en el aeropuerto”. Y no sólo para LAP, porque las aerolíneas tienen tarea pendiente en este contexto, ya que buena parte de la insatisfacción de los usuarios tiene que ver con los retrasos y cancelaciones de los vuelos (51%), problemas que se pueden afrontar, de acuerdo a los viajeros, con el uso de mayor tecnología, como por ejemplo con el uso del ‘check in’ virtual, entre otras alternativas.
Todo ello con miras a la ampliación –ya en marcha- de nuestro primer terminal aéreo, que debería comenzar a concretarse con la entrega, por parte de LAP, de la segunda pista de aterrizaje (en el 2022), y el nuevo terminal de pasajeros (en el 2024). Al respecto, Juan José García, de Contribuyentes por Respeto, hace suya la llamada de atención que hiciera días atrás la Asociación de Empresas de Transporte Internacional (AETAI), sobre la necesidad de replantear el uso del actual terminal de pasajeros para actividades comerciales cuando las obras de expansión estén listas. “No es lo que se estila en otros aeropuertos ‘hub’ de la región, apunta.
Sin duda, varios pendientes por mejorar en un entorno que, apenas comenzado el año, ha puesto a prueba al Jorge Chávez y a la capacidad de gestión de su concesionario, LAP.