: “El asilamiento ha dejado en evidencia que nuestro sistema de emergencia tiene todavía bastante por desarrollar y eso es fundamental para la sostenibilidad del país”, opina Carolina Trivelli. (Ilustración: Rolando Pinillos/ El Comercio)
: “El asilamiento ha dejado en evidencia que nuestro sistema de emergencia tiene todavía bastante por desarrollar y eso es fundamental para la sostenibilidad del país”, opina Carolina Trivelli. (Ilustración: Rolando Pinillos/ El Comercio)
Manuela Zurita

La semana pasada, El Comercio reportó que en Tarapoto familias que se habían quedado sin víveres durante la cuarentena estaban colocando banderas blancas en sus casas para acudir a la solidaridad de sus vecinos. Es un gesto que comienza a diseminarse en otras zonas del Perú y otros países de la región. ¿Cuál es su mensaje de fondo?

A juicio de Liuba Kogan, profesora de ciencias sociales y políticas de la Universidad del Pacífico, el uso de banderas blancas sintoniza con el lenguaje bélico-militar instaurado en torno a la pandemia. No obstante, advierte que a diferencia de otras contiendas en la coyuntura actual la bandera no apela a un atacante o enemigo. “No se trata de alguien que está siendo atacado y se rinde. Es el manotazo de un ahogado que dice ‘no tengo nada para sobrevivir’”, afirma a Día1.

Para Gonzalo Alegría, investigador de Centrum PUCP, las banderas blancas hablan de la necesidad de reforzar el alcance de poblaciones vulnerables para no retroceder en los logros alcanzados en materia de reducción de pobreza. Para ello, opina que deberían realizar programas “de choque” en alianza con las fuerzas armadas, mediante la distribución de ayuda humanitaria desde el aire o, en zonas semi-urbanas, de raciones por familias durante los días que dura la cuarentena.

Dichas medidas complementarían el esfuerzo logístico de los municipios a la hora de entregar las canastas de comida y bonos de S/380 asignados a las poblaciones no identificadas en los registros oficiales o bancarizadas, agrega. “Ahí tenemos un problema que no se puede solucionar con los programas sociales habituales”, sostiene.

OTROS INSTRUMENTOS

Para Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), las banderas blancas muestran que el sistema de emergencia nacional está preparado para atender crisis por desastres naturales, como terremotos o el Fenómeno del Niño, pero no pandemias, como la actual. Bajo esa óptica, ilustra, se desarrollaron los comedores populares, las ollas comunes, las rondas campesinas y la vigilancia ciudadana. “Tenemos que movernos a otros instrumentos, donde necesitamos que la gente tenga un teléfono y esté conectada a sistema de pagos digitales o al sistema financiero”, subraya.

En todos los casos, la batalla de los excluidos –aunque lejana- tiene sentido. A veces es necesario exponer la propia vulnerabilidad para dejarse ayudar y volver empezar.

DATO

  • US$1,24. Es el ingreso diario por debajo del cual una persona es considerada en pobreza extrema. Hacia el 2030 los países miembros de las Naciones buscan erradicar dicha situación a nivel global.

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