Existen escenarios como el que estamos viviendo que hacen ineludible y urgente, en ciertos casos, evaluar la posibilidad de vender tu empresa. ¿Cuáles son esos escenarios?
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RECONOCIMIENTO GENUINO DE IMPOSIBILIDAD
Por más enamorado que puedas estar de tu empresa y por más viable que pueda ser esta en el mediano plazo, podría ocurrir que tu tiempo como accionista se haya acabado. Y es que el tremendo impacto financiero que ha generado esta crisis podría haberte hecho imposible seguir soportando sobre la espalda semejante carga (entiéndase costos fijos que aunque llevados al mínimo siguen siendo difíciles de solventar y obligaciones que se vencen sin poder ser cumplidas). Si bien es cierto que podrías contar con patrimonio personal, no es menos cierto también que podrías tener un miedo genuino de apostarlo en la empresa en medio de esta turbulencia e impredictibilidad.
ESPIRAL DE PÉRDIDA DE VALOR
Lo cierto es que así las cosas, el deterioro en el valor de la empresa puede incrementarse de manera exponencial al entrar en una espiral cuyos elementos típicos son: reducciones o ausencia de líneas de financiamiento, pérdida de proveedores que ya no confían en la empresa como pagador o no pueden conseguir pólizas que aseguren sus créditos, clientes que ya no confían en la capacidad de la empresa para cumplir sus compromisos y temen que sus adelantos terminen siendo mal utilizados o sus compras desatendidas o atendidas fuera de plazo, maquinaria y equipos que empiezan a resentir la falta de mantenimiento, volviéndose operativamente menos confiables o eficientes, talento que empieza a estar más atento a oportunidades fuera de la empresa que a crear oportunidades en beneficio de la empresa... Y todo esto además esparcido como reguero de pólvora en un mercado en el que la ‘chismosería’ ha encontrado en las redes sociales un boost espectacular.
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ANÁLISIS DE LA OPCIÓN DE VENTA
En ese escenario, una venta total o parcial de la empresa podría convertirse en una solución a los problemas que enfrenta, siempre que aquella cuente con la mayoría de las características siguientes: (i) sea conceptualmente viable en el mediano plazo teniendo en cuenta el sector al que pertenece o las ventajas competitivas que tiene, (ii) necesite una espalda más fuerte que genere confianza en los stakeholders y pueda soportar la carga los próximos 12 o 18 meses, (iii) cuente con activos subyacentes que de alguna manera puedan darle cierta tranquilidad a un inversionista, (iv) se apresure en tomar la decisión antes que el deterioro derive en una situación de insolvencia de la empresa que termine apartando al accionista del control efectivo de esta y, en simultáneo, (v) se realice un rápido ordenamiento de la documentación de la empresa, que permita a un potencial comprador realizar un adecuado análisis de la misma y viabilidad de la transacción en el menor tiempo posible.
COMPRADORES INTERESADOS
Existen diversos fondos de inversión o inversionistas en general interesados en este tipo de compras y que, según el origen de la crisis financiera que enfrenta la empresa, valoran mucho el conocimiento y habilidades del accionista y el management. Estos fondos de inversión o inversionistas en general tienen experiencia o apetito por lo que se conoce como distressed M&A. En pocas palabras, el distressed M&A es una adquisición que tiene como objetivo empresas con las características descritas en esta columna. Sin duda, la negociación con dichos fondos o inversionistas no es sencilla, dadas las condiciones adversas del vendedor; sin embargo, los resultados pueden ser muy interesantes incluso si ello demanda que el accionista deba verse obligado a dejar valor encima de la mesa a cambio de liberar algunas garantías personales, o eventualmente apostar a futuro con una venta parcial.
VENDER PARCIALMENTE Y RECUPERAR VALOR A FUTURO
Lo ideal en estos casos de distressed M&A es que el accionista pueda mantener un porcentaje de acciones en la empresa apostando a recuperar valor si la tesis y fundamentos de valor de la empresa a futuro se confirma. Esto podría ocurrir negociando un precio variable que se ajuste a favor del vendedor en función de la confirmación de la referida tesis de valor futuro, o manteniendo el vendedor acciones en la empresa con la idea que en una futura venta pueda lograr recuperar parte del valor que tuvo que sacrificar.
(*) Mauricio Olaya es socio principal y director del área de Derecho Corporativo y M&A en el estudio Muñiz.
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