Agrobanco reportó pérdidas por S/95 millones en el 2019 Fuente: GEC
Agrobanco reportó pérdidas por S/95 millones en el 2019 Fuente: GEC

La semana pasada, el Ejecutivo aprobó el , que promueve el financiamiento de la mediana, pequeña y microempresa, emprendimientos y startups. En esta regulación, el papel del banco de desarrollo estatal Cofide es clave para la gestión de los recursos.

También, el Estado tiene otros programas de financiamiento para el sector agropecuario a través de . Sin embargo, tanto como presentan problemas de gestión que han afectado la salud financiera de las entidades; con lo que queda en duda el éxito que puedan tener los programas.

“El Estado debería limitarse a proveer servicios financieros. La experiencia muestra que cuando lo ha hecho, le ha ido mal; y eso nos cuesta como contribuyentes”, afirma Enrique Castellanos, profesor de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico.

Desde agosto del 2017, la evolución de los créditos otorgados por el sistema financiero estatal presenta una tendencia de declive, muy distinta a la que luce el financiero privado.

Por ejemplo, a noviembre del 2019 –última información disponible–, el crédito de los bancos, financieras, cajas municipales, cajas rurales y edpymes creció en 7,8% frente a similar período del año anterior, mientras que en el brazo financiero estatal cayó en 2,4%.

El , Cofide y el Fondo exhiben una clasificación de riesgo A y Agrobanco de B. En la mayoría de estas entidades, más que sus propios méritos, la clasificación obedece al respaldo y fortaleza del accionista, que es el Estado Peruano. Aunque la realidad es distinta en cada una de las instituciones, algunos problemas son comunes. Los bancos que han afrontado pérdidas por problemas en la admisión de créditos, todavía no se recuperan.

COFIDE

El banco de desarrollo estatal, recientemente, perdió un laudo arbitral con la Minera IRL por US$34,2 millones, a la que otorgó un crédito que, a la fecha, se encuentra en calidad de vencido. La modalidad en la que ha venido operando Cofide, sobre todo, es a través de la oferta directa de créditos (banca de primer piso).

Esta modalidad ha originado en la estatal un incremento en sus gastos en provisiones durante el año pasado, que junto a la caída de los ingresos del negocio de créditos, la ha llevado a reportar pérdidas en su operación. Sin embargo, sus resultados finales lucen en azul, debido a ingresos extraordinarios.

De acuerdo con la calificadora de riesgos Moody’s, Cofide tiene el reto de presentar indicadores financieros acorde con su calificación de riesgo. Esto, porque la morosidad se encuentra en “niveles consideradamente elevados”, mantiene una alta concentración de deudores, y presenta una alta rotación en los principales ejecutivos de la organización.

Sobre esta situación, el presidente de Cofide, Carlos Linares, afirma a Día1 que el deterioro en los indicadores de la entidad ya habría alcanzado su ‘punto de inflexión’ en el 2019; con lo que este año se recuperaría buena parte de la cartera morosa; a la par que se revertiría la caída de los créditos, en línea con un entorno más favorable para la inversión privada y pública.

AGRABANCO

La entidad estatal opera a través de la oferta de créditos directos. Pese a estos problemas de gestión, Agrobanco administra cinco fondos del Estado: Agro-Perú, Preda, Agroasiste, Fondo de Reconversión Productiva Agropecuaria y Raes.

Al igual que Cofide, la estatal registra una alta rotación en su plana gerencial clave. Según Apoyo & Asociados, la clasificación de Agrobanco está limitada al deterioro en la calidad de su portafolio de créditos y a una disminución sostenida de su rentabilidad.

A decir de Lorena Masías, presidenta de Agrobanco, el banco ha reportado pérdidas en el 2019 por S/95 millones. Esto obedece sobre todo a la magnitud de la cartera pesada que se tiene que provisionar, que llega a los S/500 millones.

No obstante, asegura que las pérdidas son menores respecto a hace un año. Según la funcionaria, el banco cuenta con un plan para aumentar sus créditos en S/200 millones, en el 2020, bajo la política de que la morosidad no debe ser superior al 10% de la cartera.

Sobre la plana gerencial, sostuvo que están en camino a designarla.

“Hemos comenzado con la designación del gerente general y el resto de la plana se tendrá completa entre marzo y abril próximo”, afirmó.

EN MEJOR POSICIÓN

Las entidades estatales que en mejor posición se encuentran son el Banco de la Nación y el Fondo Mivivienda.

El Banco de la Nación administra las subcuentas del Tesoro Público y ofrece financiamiento directo a los trabajadores del Estado y pensionistas del sector público. Dicha entidad presenta una morosidad de alrededor del 2,4% y sus créditos crecieron apenas 0,3%, a noviembre del año pasado. Según Moody’s, la clasificación de riesgo del Banco de la Nación está limitada al riesgo de una eventual injerencia política y la rotación que existe en su plana gerencial.

A decir de Luis Alberto Arias Minaya, presidente del Banco de la Nación, el 90% de los gerentes de la estatal ya han sido ratificados. Explica que la demora obedeció al proceso natural que toma ratificar a un gerente en el Estado.

El funcionario manifiesta que el banco ha reducido sus colocaciones, debido a la implementación de políticas crediticias más rigurosas, pero espera un repunte en las colocaciones entre el segundo o tercer trimestre.

Por su parte, el Fondo Mivivienda opera sobre todo como un banco de segundo piso, brindando fondos al sistema financiero para ser otorgados a través de hipotecas. A noviembre del 2019, la entidad registró un incremento de créditos de 9,6% y su morosidad se encuentra controlada. Según las clasificadoras, la única limitante a la clasificación de riesgo de Mivivienda es su alta rotación de las planas gerenciales.

En consecuencia, las cifras muestran la necesidad de que el Estado tenga un mejor control de sus entidades financieras, como el caso de Cofide y Agrobanco, y evalúe el costo-beneficio de intervenir, considerando la trayectoria que tiene como financiador.

Contenido sugerido

Contenido GEC